Por la Prensa, de Panamá.-
La dirección de las oficinas de Mossack Fonseca & Co.. –ubicadas en el corazón financiero de la ciudad de Panamá– aparece en miles y miles de sociedades, en las que, además, figuran los nombres de empleados que trabajan para la firma como dignatarios de esas corporaciones, registradas en más de una docena de jurisdicciones alrededor del mundo, incluida, Panamá.
En la sede del edificio, al que se tiene acceso previa identificación –que incluye la digitalización y archivo de un documento de identificación de los visitantes– dos ejecutivos de la firma dieron un recorrido a La Prensa, mostrando los distintos departamentos y filiales del bufete.
El recorrido incluyó los departamentos de due diligence (debida diligencia), informática, recursos humanos, hospitalidad, así como el núcleo del negocio de la firma, el denominado “Collection”, donde se ubica la “fábrica” de sociedades, de acuerdo con la descripción que brindó la directora de Asuntos Legales de la firma, Sara Montenegro, sociedades que luego son vendidas –a la medida o a la carta– por todo el mundo.
Al llegar al salón de conferencias, una ejecutiva – Jossette Roquebert– esperaba para explicar –ejemplo en mano- cómo hacen el due diligence de sus clientes o potenciales clientes. Las diapositivas mostraban sus herramientas informáticas de verificación: bases de datos del Servicio Secreto de Estados Unidos, del FBI, la DEA, Interpol, Worldchk, Google y en listas especializadas dirigidas a cumplir con el requisito “ conozca a su cliente”.
La firma también exige a sus clientes firmar un contrato, en el que, según Montenegro, este se obliga a “dejarnos saber cuando tiene una investigación en curso o […] en alguna situación legal que ponga en riesgo su negocio”.
Josette Roquebert (JR): De hecho, los contratos están redactados atendiendo los requisitos de las leyes de antilavado y de la diligencia debida en los países donde trabajamos….
¿Han tenido clientes que han informado que están siendo investigados? ¿Qué hace la firma?
Sara Montenegro (SM): Por lo general, trabajamos mucho con clientes profesionales. Yo por lo menos que llevo 11 años trabajando en Mossack Fonseca nunca he tenido ninguno. Sin embargo, sí nos notifican cuando un cliente de él [del cliente profesional], está teniendo algún problema…
¿Qué es un cliente profesional?
Montenegro explicó que la figura del “cliente profesional” es un intermediario, “contemplado en todas las leyes, inclusive la de Panamá”. Estos intermediarios, en el caso de Mossack Fonseca, explicó, son bancos, fiduciarias, firmas de abogados y contadores, que, por lo general “de alguna u otra forma están regulados en sus países y están obligados a cumplir con leyes antilavado de dinero”. A esos les llamamos en nuestro argot “cliente profesional” […].
Nosotros siempre tenemos la debida diligencia de esos clientes profesionales, que son nuestros clientes directos. Ellos son revendedores [de sociedades], pero al final, cumplen sus leyes en cada país. Entonces, la ley en Panamá, por ejemplo, la Ley 2 de 2012, te permite que, cuando se trata de un cliente profesional regulado, puedas descansar en ese cliente [el intermediario] en lo que tiene que ver con la debida diligencia…
Mucho trabajo…
SM: Nosotros tenemos una cartera amplia de trabajo y son 40 años de experiencia en esta industria, en donde obviamente tenemos carteras de sociedades viejas y tenemos que comenzar a hacer ese trabajo. Para las nuevas es más fácil, porque es algo que empieza a regir a partir de la fecha. Sin embargo, también lidias con lugares en donde sus propias leyes […] por protección a la confidencialidad, te impiden compartir esa información. Es el caso, por ejemplo, de Suiza, que tiene leyes muy estrictas sobre eso.
Si un cliente suyo que tiene cuentas en Panamá, digamos, y la Unidad de Análisis Financiero (UAF) en Panamá le solicita la información de este cliente, que a su vez, le compró una sociedad a un intermediario suyo en Ginebra, entonces, ¿cómo hacen para que la información que está solicitando la UAF de Panamá venga de allá, si ellos no están obligados a dar esa información?
SM: Por lo general la UAF se va a dirigir a las dos instituciones. Va a ir al banco a pedir quién es el beneficiario de esa cuenta y nos va a contactar a nosotros para saber quién es el beneficiario final.
En caso de que nosotros no podamos obtener la información […] tenemos dentro de nuestros archivos la dirección física del intermediario y tenemos otros datos que la misma UAF nos ha indicado que es información que le satisface… En el caso específico de la UAF […] contactan al intermediario y le piden la información…
La estructura, o esa política de trabajar con clientes profesionales es de vieja data y es porque, de alguna u otra forma, eso se sirve como un double check. Ellos hacen su debida diligencia y nosotros la hacemos. Y al sentirte respaldado, sabes o tratas de buscar una mejor aseguranza [sic] de que estás tratando con gente honorable o de buena reputación.
¿Cuáles son las razones que más se le presentan que motivan la renuncia de sus sociedades?
SM: El tema del PEP [persona Políticametne Expuesta] es un tema delicado, pero tiene que quedar claro que en todas las políticas de «conozca a su cliente», ninguna te dice que, porque es un PEP, tú no puedes atenderlo.
Lo que te mandan todas estas políticas es hacer un ‘ enhanced diligence’, que es una [debida] «diligencia ampliada» y son varios y más profundos los recaudos que solicitas para atender a esa persona. Inclusive, dependiendo de la ley del lugar, hay algunos que te dicen que después de dos años de haber abandonado el cargo, el PEP deja de ser PEP. En otros, se van hasta cinco años.
El hecho de que tengas un PEP en tu cartera no es un tema escabroso por solo el hecho de ser un PEP, es solo que es riesgoso. Y nuestra matriz de riesgo inmediatamente lo detecta y obliga a hacer un enhanced diligence. [Pero] el tema de los PEP está satanizado…
Yo les puedo decir el caso del licenciado [Jurgen] Mossack, [que] ha sido catalogado como PEP porque él es un miembro honorario de Conarex, que es el Consejo de Relaciones Exteriores. Eso es un honor, que a ti te nombren miembro de ese consejo. Ellos no reciben ningún tipo de honorario, ni siquiera reciben dieta… Entonces no cumple con el concepto de PEP.
El concepto de PEP es aquel que, por razón de su cargo, tiene acceso al erario público o tiene acceso, de una u otra a forma, a beneficiarse por razón de su posición… [o hacer] relaciones públicas … pero en esos casos, como le dije, la imagen está satanizada. Pero eso sí, donde suena que un PEP tiene un tema, nosotros inmediatamente renunciamos a la sociedad…
Ahora, a raíz de la Ley 23, estoy obligada a reportarle a la UAF cada vez que se detecta, por ejemplo, un escándalo de un PEP o de cualquier otro tipo. Como una sociedad mía, yo hago un ROS ( reporte de operación sospechosa), a la UAF para enterarla y darle todo el expediente y la debida diligencia que tengo […].
De la misma forma, en BVI [ Islas Vírgenes Británicas, por sus siglas en inglés] nosotros tenemos que llenar un SAR, (Suspicious Activity Report), que se les manda al ente regulador, el Financial Service Commission, y ellos, a su vez, si tienen a bien, me mandan otro cuestionario donde yo tengo que ampliar la información. Eso es a nivel regulatorio y siempre hemos cumplido.
¿Qué pasa si ese cliente también es cliente en la fiduciaria o del Assets Management?
SM: Es lo mismo, y es hasta peor, porque esas personas, esas entidades sí están supervisadas de vieja data, y son licenciadas por entidades que tienen muchísimo tiempo andando e, inclusive, ellos son auditados.
Cada vez que los audita la Superintendencia de Bancos y la Superintendencia de Valores [estas instituciones] verifican que, en efecto, tienen todas las actualizaciones de debidas diligencias…
Por ejemplo, ellos establecen plazos: cada seis meses tienes que hacer corridas, por ejemplo, de los clientes que son high risk [alto riesgo] o cada año cuando no son tan high risk. Ellos, cuando vienen a investigar e inspeccionar, verifican que en los expedientes esté la evidencia de lo que se hace.
JR: En los expedientes en los que no tenemos ningún indicador de riesgo, [las corridas de debida diligencia] se hacen cada 3 años. Esa es una política… Si se encuentra algo diferente que cambia lo que se reportó hace un año […] también se reporta…
Aquí en Panamá, ¿cuánto tiempo después de dejar el cargo se considera a una persona PEP?
SM: Yo creo que aquí en Panamá no está regulado. Yo creo que nosotros […] consideramos dos años, dos años y medio.
JR: A nivel interno, atendemos los estándares de Gafi [Grupo de Acción Financiera], que son 5 años. Utilizamos los mismos estándares en términos generales.
Sobre el tema del due diligence, sobre todo con las personas que entran a trabajar con ustedes por primera vez, ¿A ellas le tienen algún manual?
JR: Sí, manuales de complimiento en cada jurisdicción.
SM: Aquí todo es proceso y procedimientos que hay que seguir […]. Yo considero que somos dentro de todo, pioneros en el tema de la debida diligencia…
A la entrevista se unió entonces uno de los socios y fundadores de la firma, Ramón Fonseca Mora, socio de Jurgen Mossack, el otro abogado fundador del bufete.
Ramón Fonseca Mora (RFM): Nosotros estamos totalmente dispuestos a ser francos y transparentes con ustedes. Nunca hemos sido demandados ni hemos sido acusados formalmente de nada… Pedí que me dijeran cuántas sociedades hemos hecho en 40 años… y son más de 240 mil. No todas están vivas, la mayoría están muertas, pero eso da una idea de la industria… Esos vehículos los vendemos principalmente a intermediarios, como bancos, abogados, fiduciarias, contables.
El 90% de nuestra clientela es profesional y a su vez revenden [las sociedades] a sus clientes finales que a veces se meten en problemas. Lamentablemente, eso sucede. El mundo no es perfecto y nosotros no tenemos una varita mágica para saber quién se mete en problemas y quién no. Algunos pareciera que se meten en problemas, pero no es así, como el caso Lava Jato en Brasil […]. Vender una sociedad ahora es tan peligroso casi como vender uranio.
Tenemos un departamento de due diligence cada vez más grande, enfocado cada vez más en buscar quién es el cliente final, en base a las nuevas leyes, para cumplirlas. Creo que somos los únicos que más cumplimos eso, modestia aparte. Y tratando verdaderamente de llegar siempre al fondo de las cosas.
Pero, repito, no tenemos una varita mágica…. [Somos como] una fábrica de carros que produce carros y el carro lo usan para un robo. Es muy difícil que las fábricas prevean eso. Nosotros somos como una fábrica de sociedades, de fundaciones, de fideicomisos…
¿Alguna vez el bufete o empresa del grupo ha pedido no hacer el ‘due diligence’?
RFM: No que yo sepa, a menos que tengan un contacto directo con el departamento de due diligence, que diga que no se hace.
¿Qué pasa cuando una persona se convierte en PEP, que previamente ha sido cliente de ustedes y en el trascurso de la relación se convierte en PEP?
RFM: Yo no podría ser cliente de Mossack Fonseca. Ja, ja… Ser PEP no es pecado.
Se nos explicó que hay que ampliar más la debida diligencia.
RFM: Sí, la hacemos mucho más exhausta, ya dimos instrucciones de no aceptarlos [como clientes]. Pero sí es un riesgo… Una persona en un puesto público es un riesgo, porque ahí es donde vienen los malos manejos. Nosotros tomamos la decisión ya hace un par de meses de no aceptar PEP ya del todo. [Ya] es […] norma de la firma.
Ha habido gente que se nos ha acercado después de haber publicado algún reportaje y nos dicen: ‘me han cerrado todas las cuentas’.
SM: Los bancos locales con los que hemos trabajado por todos estos años son socios de negocios nuestros. Los bancos nos conocen y saben que hay personas de buena reputación detrás de la firma, pero el tema son nuestros corresponsales. El corresponsal no tiene por qué conocerte y no pregunta cuál es la génesis de tu relación…
¿Qué pasaría si alguna de sus oficinas representativas o alguno de sus clientes intermediarios violan políticas de la firma? ¿Ustedes qué hacen?
RFM: Nos ha pasado. Por ejemplo […] hay franquicias que no quieren seguir [las políticas de la firma] y nosotros hemos mandado gente para hacer auditorías periódicas. Ya varias oficinas estamos cortándolas, porque no cumplen completamente con nuestras políticas, principalmente con la debida diligencia […] A partir de la Ley 23, nosotros estamos tomando medidas drásticas con el que no cumple.
SM: A nosotros no nos pesa la mano para terminar una relación. No queremos clientes malos… Queremos que nuestra cartera sea lo más sana posible.
Cuando ustedes hablan de su relación con el banco, ¿ustedes ofrecen directores nominativos para abrir cuentas bancarias?
SM: Llamarles nominales es un término que no debe ser, porque nominal suena a testaferro. La primera diferencia que hay que hacer es que el director de una sociedad no es el dueño de una sociedad. El director de lo que se encarga es supuestamente de la administración de la sociedad. Nosotros lo que brindamos … son servicios secretariales y eso tiene muchos propósitos. Por ejemplo, eso facilita que puedas ingresar documentos al Registro Público […].
Las personas que actúan como directores, por lo general, le otorgan poderes de administración a los reales dueños de las sociedades […]. Sí, los bancos abren hoy en día cuentas con directores nominales, pero siempre saben quién es el verdadero dueño de las sociedades.
RFM: También este es un servicio copiado de Inglaterra. Si ustedes entran al sitio web de muchas compañías inglesas de abogados, fiduciarias, todas ofrecen el servicio secretarial, incluyendo lo que llaman ellos the directors, es decir, los directores.
Antes, firmas de abogados abrieron cuentas para sus clientes y hay abogados de las firmas que tienen firma en esas cuentas. ¿No es el caso aquí o sí?
SM: Quiero corregir algo en su pregunta. Nosotros no aperturamos cuentas para clientes, nosotros presentamos el cliente al banco […]. Y queda muy claro que el cliente del banco, para todos los efectos, es el cliente nuestro. Nosotros […] somos enemigos de dar una certificación en donde diga que nosotros metemos la mano en el fuego por ese cliente. Sí hacemos todo sobre su debida diligencia, pero el banco tiene la responsabilidad de hacerlo…
También es común en la práctica que los fideicomisos […] tienen cuentas bancarias y allí sí hay un departamento financiero que está reconocido y que tiene la capacidad de recibir instrucciones de sus clientes y hacer movimientos bancarios, todo bajo el estricto deber fiduciario que es bien serio y regulado en Panamá.
RFM: También el banco, que es el más importante, sabe quién es el cliente final y, aunque alguien esté firmando en la cuenta, sabe que esa cuenta el dueño es equis persona que no es el firmante.
Entonces, ¿es de uso regular?
SM: Sí, totalmente, porque eso se llama fideicomiso de administración […]. Nosotros, cuando brindamos esos servicios, lo hacemos con un carácter netamente fiduciario, y eso es un tipo de fideicomiso que existe en Panamá, el fideicomiso de administración, que es cuando son fondos de inversiones.
En ese mismo orden, ¿trabajan igual con las casas de valores?
SM: Nosotros no tenemos casa de valores.
Pero las cuentas de inversión, ¿también las trabajan con casas de valores?
SM: Usualmente no trabajamos con casas de valores. Nosotros lo que tenemos es un asesor de inversiones, que es muy distinto a las casas de valores. Sus acciones, sus responsabilidades son bastante limitadas. Ellos no reciben, no captan fondos. Simplemente ofrecen el paraguas de oportunidades de inversión de distintos bancos y entidades financieras, pero nosotros, por lo general, no tenemos relación directa con casa de valores […].
Tenemos, dentro de las políticas de debida diligencia, qué actividades son de alto riesgo –como es el caso de los casinos y lo que tiene que ver con los negocios en línea y casas de valores– para nosotros es un tema bastante delicado.
No es lo que preguntaba. Es, ¿si el mismo servicio que ofrecen a través de las entidades bancarias, las ofrecen a través de casas de valores?
SM: Manejamos cuentas con casas de valores.
Cuentas de inversión.
SM: No… Si hay un caso por ahí, la verdad es no es que los conozco todos, pero te puedo decir que esa no es la generalidad.
RFM: No es la generalidad, pero podría haber un caso que, de repente, hemos ayudado a alguien. Nosotros no trabajamos con casas de valores locales.
En Panamá es un tema muy debatido, pero, ¿qué pasa si ustedes descubren que un cliente, a través de un intermediario o un cliente directo suyo utiliza sus sociedades para esconder activos al fisco de su país? ¿Qué pasa en esos casos?
SM: Ahí hay que hacer una diferencia bien grande y a veces la gente tiende a cometer el error de utilizar esta figura como sinónimos y no lo son. Hay algo que se conoce como elusión y evasión […], que son totalmente distintos. La elusión es perfectamente legal. Cuando tú haces uso de los beneficios que te da un tratado para evitar la doble tributación. Eso es cuando tú encuentras las vías que la ley misma te permite para optimizar fiscalmente tu patrimonio. [Queremos] dejar bien claro que no asesoramos a los clientes […]. Nuestro negocio es atender a personas que vienen con una necesidad específica, pero que han recibido la asesoría en su país y la razón de eso es que nosotros somos todos abogados practicantes en Panamá…
Si es un cliente que quiere hacer uso de los tratados de doble tributación, donde nosotros sí hemos tratado de ser estudiosos, porque Panamá ya tiene una gran cantidad de tratados firmados, para efectos de poder sacar provecho de lo que nosotros hemos hecho como país y poder ayudar a los clientes, pues sí, a veces utilizamos Panamá dentro de alguna estructura que el cliente traiga […], pero no para evasión.
Nosotros […] no apadrinamos, ni siquiera incentivamos la comisión de un delito de esa naturaleza, más cuando la evasión fiscal es tipificada dentro del delito de lavado de dinero y es un cargo bastante serio y es un área donde nosotros tratamos de no entrar.
RFM: No obstante, repito, nosotros vendemos el 90% de nuestras sociedades a intermediarios. El intermediario, de repente, las coloca con una persona que sí las está usando para esos propósitos, pero no estamos enterados. Es más, tengo entendido que tenemos un contrato con el cliente en el cual nos dice que ha cumplido con las leyes de su país, porque no somos abogados de Estados Unidos, Holanda, de nada.
Somos abogados panameños y no podemos meternos a ver las estructuras de la sociedad o las actividades que está realizando la sociedad en contra del sistema impositivo […]. Recuerde, el cliente nuestro generalmente es un intermediario, así que no tenemos acceso al cliente final para que firme esto, pero ya hemos empezado a exigirlo.
SM: Obviamente, si llega un cliente y te dice: «yo necesito una sociedad panameña, yo cumplo con mi debida diligencia», y le pregunto: «¿a qué se va a dedicar la sociedad panameña?», y me dice: «a la exportación de flores». Si esa sociedad […] es colocada en tal estructura, en donde la exportación se da o no o se inventan gastos o se hace […] algún tipo de evasión fiscal… ¿qué podemos hacer nosotros? O sea, tampoco somos policías para estar detrás de las actividades que hacen las sociedades. Tratamos de ir hasta donde se nos es razonablemente posible […].
RFM: ¿Cuántas personas tenemos en due diligence? Cada vez firmo más contratos.
SM: 30 personas, y vamos para arriba.
RFM: Y ahora tenemos un gran problema… tenemos que hacer due diligence para atrás. Si vendimos una sociedad en 1990 y está activa […] ahora tenemos que llamar para ver quién es el dueño de la sociedad desde 1990… Eso, en dinero, es bastante. Pero, bueno, vamos a ser sinceros: Las sociedades panameñas, las sociedades internacionales se han usado mal por algunas personas. A veces nos toca a nosotros y otras veces a la competencia… Y sí, definitivamente aquí había que hacer esto.
«Pero, bueno, vamos a ser sinceros: Las sociedades panameñas, las sociedades internacionales se han usado mal por algunas personas. A veces nos toca a nosotros y otras veces a la competencia».
Pero hay que tomar en cuenta también lo siguiente: El mayor vendedor de sociedades anónimas es Inglaterra. Ellos venden 250 mil sociedades al año, en Panamá vendemos 20 mil, de a suerte, y Estados Unidos, donde también compramos sociedades y las revendemos […]. Ellos también venden como 250 mil sociedades al año…
El mayor paraíso fiscal del mundo se llama Estados Unidos. Ellos no quieren competencia, ellos están, en mi opinión muy personal, con esta cosa para eliminar su competencia, porque necesitan que el argentino ponga su plata afuera, en New York y no en Panamá.
Ese dinero [es el que] que tenemos en Panamá en los bancos depositados […]. El péndulo estaba acá, [era] libertinaje total. Pero ahora el péndulo se ha ido hacia acá, y yo creo que debe regresar de nuevo a su justo balance, donde Panamá continúe con esta economía abierta que tanto nos beneficia, que atrae gente.
El sistema nuestro no es corrupto totalmente. Sí tiene elementos que hay que depurarlos, pero hay que protegerlo también. La industria nuestra sí está muy abusada, las sociedades panameñas aparecen en todas partes, las nuestras aparecen por todas partes, somos de las más grandes […].
No somos perfectos, se nos pasa un pez, a veces se pasa un tiburón y a veces me da temor. ¿Quién está detrás de esta sociedad? Pero no es nuestra intención, no lo hacemos a propósito.
Los traficantes, los lavadores, tienen su dinero en Londres, New York y Miami… Yo puedo abrir una cuenta mañana en New York [solo] con mi licencia de conducir, prácticamente […]. El argentino que está en Panamá y tiene su dinero en depósito y le comienzas a hacer muchas preguntas, se lleva su dinero a New York y perdemos ese dinero. Ahora, si el argentino es un estafador, que se vaya a New York…
La sociedad anónima es el vehículo del mundo comercial y empresarial. Es el vehículo de lo que llamo avaricia […]. Lo que mueve el mundo, lamentablemente, es el sentimiento de avaricia, no de ambición. Y las sociedades son lo que las personas usan para desarrollar esto. Hay millones de sociedades anónimas en el mundo y se necesitan para facilitar el comercio, las transacciones y Panamá es un lugar popular, lo hemos hecho popular con un trabajo duro, esforzado[…].
El licenciado Mossack y yo nos fuimos a recorrer el mundo porque los clientes no querían comprar sociedades panameñas. Encontramos las Islas Vírgenes Británicas y fuimos los primeros que pusimos una oficina ahí. Al año siguiente, vino [la firma Morgan &] Morgan, y empezamos a mercadear Islas Vírgenes.
No era cuestión de salvar a Panamá porque los búfalos se habían ido y nosotros, como indios, teníamos que estar detrás de ellos, que eran la clientela. Los búfalos se fueron a pastar y nosotros […] los llevamos a pastar a un lugar seguro, las Islas Vírgenes Británicas. De eso nunca Panamá se ha recobrado… Vendemos muchas más sociedades en BVI que en Panamá.
Hemos tratado de rescatar a Panamá, pero cada vez es más difícil y como ya hay tantos, la gente quiere otra diversidad, por eso ahora estamos en Nevada, en Inglaterra, hacemos sociedades inglesas, en Hong Kong, lo que el cliente necesite.
SM: Eso es importante. Nosotros no solo hacemos sociedades en lugares mal llamados –es un tema muy debatido– territorios offshore. Estamos ya en territorios de Nueva Zelanda, en donde se pagan impuestos.
O sea, el tema es hacer simplemente lo que les digo: uso de los tratados de doble tributación hasta donde la ley permite, y movernos hacia lugares […] que cumplan con los estándares de transparencia internacional.