Con la presente edición, IDL-Reporteros cierra su trabajo del año 2012. Este ha sido el tercer año de existencia de la pequeña redacción de periodistas investigadores que publicaron su primera nota (“Estafa camionera”) el 14 de febrero de 2010. Desde entonces, IDL-R ha publicado 487 notas de diversa extensión y tema, con el denominador común de la relevancia y corroboración de los hechos expuestos.
Este año hemos publicado 146 notas. Algunas han tenido un efecto resonante (“El abandono”, por ejemplo) y en otras su importancia ha sido subrayada por un silencio que retumba (“Cómo subsidiamos un oligopolio” parece ser paradigmático). Unas descubrieron hechos ocultos por veinte años (“Secretos del 13 de noviembre”) y otras sacaron a la luz el detalle de hechos que acababan de suceder (“Cómo murió ‘William’”) o cuya visión precisa estaba distorsionada por el error o la superchería (“los clanes de la cocaína en el Perú”).
Este año, IDL-Reporteros ganó uno de los tres primeros premios del más importante concurso para el periodismo de investigación en Latinoamérica (el de IPYS/TILAC), con la extraordinaria investigación sobre la pesca negra hecha por Milagros Salazar.
¿Nos sentimos orgullosos? Creo que sí. ¿Estamos satisfechos? Claro que no. Cada nota publicada luego de un trabajo intenso de reportaje, de edición, verificación y discusión frecuentemente intensa, nos señala con un implícito reproche todo lo que no hubo tiempo de investigar, todos los casos que no pudimos tomar por estar totalmente ocupados en los que sí logramos culminar.
El periodismo de investigación debe ser un periodismo de resultados útiles para una sociedad democrática. Los casos expuestos deben servir para promover indignación, reformas, justicia. Su práctica constante debe llevar a disminuir los niveles de corrupción en una sociedad y darle al ciudadano común de una república el poder de la información. ¿Lo hemos logrado en IDL-R? Por cierto que no. ¿Hemos avanzado algo en esa dirección? Quizá un poco.
Al despedirnos por lo que queda de este año, tenemos claro el deber de hacer todo lo posible por lograr un periodismo de mayor calidad, profundidad e impacto el año que viene. Pondremos nuestro mejor esfuerzo, imaginación y persistencia en ello. Ahora, les deseamos a ustedes, a nuestro país, un año en el que se fortalezca la democracia y logremos debilitar la corrupción. Volveremos a publicar, si el diablo no mete la cola, un poco antes o un poco después del 20 de enero. Feliz año.