La portada de esta edición de IDL-Reporteros es la cuarta que se dedica al llamado caso de la “estafa camionera”, la compra groseramente sobrevaluada de portatropas para el Ministerio del Interior. Cada nota de portada ha venido acompañada por varias otras relacionadas con el tema principal.
Para un medio que no llega todavía a los tres meses de publicación, pudiera pensarse que se trata de una concentración inusitada en un solo tema. ¿Es así? No lo creo.
Una característica común en muchas denuncias y varias investigaciones periodísticas es su carácter hiperventilado, su energía convulsiva y su consecuente corta duración. El “escándalo” del día o la semana moviliza redacciones, desafía estridencias en tituleros y poco después se abandona y se olvida. De esa forma, pocas denuncias y menos investigaciones se terminan y muchas no llegan siquiera a revelar los asuntos que resta desentrañar.
Una investigación de importancia debe seguirse hasta su conclusión, hasta haber desarrollado los puntos importantes por revelar y exponer. Cuando se investiga actos de corrupción, especialmente los presuntamente perpetrados por altos funcionarios de gobierno o por compañías poderosas, la persistencia en la investigación es uno de los factores más importantes para llegar a la continuación lógica de la misma: su paso al ámbito fiscal y judicial. Es, a la vez, la mejor forma de enfrentar a los relacionistas, manejadores de opinión y desinformadores al servicio de los corruptos.
Por eso, IDL-Reporteros continuará profundizando en éste y en otros casos en los que existen fundadas razones para asumir que el patrimonio y los bienes de la sociedad, de la gente, del pueblo han sido defraudados o robados por quienes tenían como misión principal el protegerlos.