El Perú es la segunda nación pesquera en el mundo después de China y la primera en la producción de harina de pescado. El 85 por ciento de su pesca es anchoveta y casi todo lo que se captura se convierte en harina que es exportada para engordar a otros peces y a los cerdos. A pesar de su gran importancia, o por ella, es una industria que mantiene graves problemas de corrupción. Así, por ejemplo, el fraude sistemático y los laxos controles permitieron que unas 630 mil toneladas de anchoveta se esfumaran del registro oficial entre 2009 y mediados de 2011, según una amplia investigación realizada por IDL-Reporteros y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Las miles de toneladas de anchoveta que desaparecieron representan, por ejemplo, toda la pesca que las flotas británicas llevan a puerto en un año y están valorizadas en unos 200 millones de dólares una vez procesadas en harina. Reportar menos toneladas significa que las compañías paguen menos impuestos y tasas de derechos de pesca al Estado, y que el pescador reciba menos dinero ya que cobra por cada tonelada pesada que se registra. Lo que es peor, esta práctica contribuye a la depredación del ecosistema marino.
La investigación ya fue publicada, con exhaustivo y comprobado detalle, por ambos medios. Ahora se la presenta resumida en vídeos en español e inglés que se publican simultáneamente en Perú y Estados Unidos.