Apenas empezó a expandirse la pandemia, el neumólogo Augusto Salazar, del Hospital Dos de Mayo, desarrolló en marzo un proyecto focalizado en la atención primaria para el tratamiento temprano de pacientes con Covid-19 en estadios leves o moderados. La idea central del proyecto es simple: acercar la medicina a los ciudadanos para evitar la saturación de los hospitales y la movilización de personas.
A los enfermos con síntomas leves se les atendería en postas médicas para darles un tratamiento, cuyo seguimiento y monitoreo sería, en la mayoría de los casos, por vía telefónica. A aquellos pacientes que presentaran signos de neumonía se les tomaría radiografías al tórax en unidades móviles que circularían en las zonas con mayor número de contagios, y en caso de detectarse neumonía, serían derivados a centros materno-infantiles adaptados para atender la emergencia sanitaria con puntos de oxígeno para asistirlos y tratarlos. Si necesitaran una asistencia mayor, se los trasladaría a hospitales. En las áreas con mayor nivel de contagio, los estadios y coliseos se convertirían en estaciones de salud provistas con balones de oxígeno para asistir en forma pronta a un gran número de pacientes con dificultades respiratorias y así evitar que mueran asfixiados.
El 12 de mayo, el infectólogo clínico Manuel Espinoza, que integra el comité de expertos que formó el Minsa para la atención y el manejo del Covid-19, que asesora directamente al ministro de Salud, Víctor Zamora, envió la propuesta de Salazar a todos los integrantes del comité —en un chat grupal en el que está incluido el ministro— por considerarla una medida urgente para “evitar que los pacientes vayan a morir al hospital”.
“La idea es que todos los puestos de salud que están cerrados puedan abrir sus puertas para ver a pacientes Covid. Inclusive abrir centros de salud en locales comunitarios, en coliseos, en estadios donde se formen consultorios y tópicos de atención rápida para atender a familias enteras por médicos que estén preparados”, indicó Espinoza a IDL-R. El infectólogo atiende diariamente unos 20 pacientes con Covid-19, por teleconsulta.
“He tenido cerca de 400 pacientes. De este grupo, solo 20 han requerido ir al hospital a que les hagan exámenes y a todos los han devuelto”, contó Espinoza. “Si el paciente no va en estado grave, no lo reciben ni en los hospitales, ni en las clínicas”.
Entrevistado por IDL-R, Augusto Salazar dijo que “lo más importante ahora es crear una red con puntos de oxígeno. Muchos países han hecho redes en sus coliseos y estadios con más 500 o 600 camas. Así no se mueren los pacientes. El virus tiene un ciclo, solo se requieren medidas de sostén. Si la insuficiencia respiratoria se supera con el aporte de oxígeno, puedes sobrevivir”.
“Las cosas están fuera de control hace rato. La gente se está muriendo en sus casas, en las calles, en los hospitales, a pesar de haber estrategias primarias que no se han ejecutado de forma oportuna”, dijo Salazar, tras señalar que su propuesta ya había sido presentada hace un mes por otro médico que integra el comité de expertos.
Recién el 17 de mayo, el Minsa a través de una resolución ministerial estableció los “lineamientos Técnicos Generales de Expansión de la Capacidad de atención clínica” que permiten asegurar la atención de los pacientes en instalación temporales a nivel nacional como módulos, carpas y contenedores que cumplan con estándares de bioseguridad, y que cuenten con los materiales y equipamiento básico para tratar al mayor número de enfermos. Esto incluye adaptar algunos lugares como hoteles para atender casos leves y moderados; y estadios para la hospitalización de pacientes.
Eduardo Ticona, infectólogo del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Tropicales del hospital Dos de Mayo y hasta hace unos días integrante del comité de expertos, es de la misma opinión que sus colegas: “Si recordamos la epidemia de cólera en nuestro país, el 70% de los casos fueron atendidos en el primer nivel de atención, es decir, en centros de salud, postas y en establecimientos comunitarios. Las unidades de rehidratación oral que existían en ese momento eran regentadas por la misma comunidad y las iglesias, y respondieron de manera brillante. Solo un 30% llegó a los hospitales. Si todo se hubiera concentrado en los hospitales, no hubiéramos tenido la capacidad para atender a todos los pacientes”.
Para Ticona, quien fue responsable del programa de cólera en el Hospital Dos de Mayo, en los noventa, este sistema permitió bajar la letalidad a menos de l%. De ahí que, en esta pandemia, sea necesario fortalecer la atención en el primer nivel, así como la respuesta de la comunidad de una manera integral, para tratar tempranamente y evitar que la transmisión progrese. Así, explica, “las personas que llegan en estadios moderados y severos dispongan de los servicios suficientes para tener una buena atención”.
De acuerdo con el experto, todos los establecimientos de primer nivel, sean de Essalud o del Minsa deberían ofertar sus los servicios indistintamente para que la atención sea más accesibles a los ciudadanos; y que los colegios, universidades e iglesias también se conviertan en centros de salud para poder atender a un mayor número de enfermos.
“Bastaría que en un colegio, cada cinco manzanas, nos den tres aulas para tener personal de salud cercano a la gente. Esto podría ser implementado por el Minsa, Essalud, personal de salud de la propia comunidad, promotores de salud, inclusive hay pastoral de salud. En ese momento se define el tratamiento y luego el paciente y sus familiares deben ser seguidos por telemedicina”, indicó Ticona. “Podrá haber una carencia de servicios, pero no puede haber una carencia moral. Tenemos que comprometer a la comunidad”.