Un episodio hasta ahora desconocido, relacionado con la denuncia con fines de destitución, presentada por la congresista Yeni Vilcatoma contra el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) tuvo lugar en la casa de su presidente, Guido Aguila, el 1 de febrero pasado.
Por esas fechas, el Consejo Nacional de la Magistratura – la institución que nombra, ratifica y destituye fiscales y jueces – debía elegir a su nuevo presidente. Los candidatos para suceder en la gestión al muy notorio Guido Aguila; eran el abogado Julio Gutiérrez y el antropólogo Orlando Velásquez. El candidato que apoyaba Aguila era Gutiérrez.
Pocos días antes de las elecciones, Guido Aguila buscó en su despacho al consejero Baltazar Morales, otrora vocal supremo que había sido nombrado representante del Poder Judicial en el Consejo, para hacerle una inesperada invitación. A su casa, nada menos, pues quería presentarle “a una persona muy importante para la vida política del país” que deseaba conocerlo personalmente para una conversación de mucho interés.
Intrigado, Morales aceptó.
A las 8 de la noche del miércoles 1 de febrero, Morales llegó en su auto, acompañado por su hijo, a la casa de Aguila, que estaba a unos metros de su escuela EGACAL (Escuela de Altos Estudios Jurídicos), en la calle Trinidad Morán, en Lince.
Dejando a su hijo, el consejero Morales ingresó solo a la casa del presidente del CNM. Lo recibieron afablemente Aguila y su esposa, Ana Calderón. En la sala de la casa lo esperaba el connotado personaje de estatura abreviada y perfil inconfundible. “Mucho gusto, congresista Becerril”, dijo, todavía sorprendido, Baltazar Morales.
Luego de un corto intercambio de conversación social, Aguila se levantó con aire de discreción y dejó solos en la sala al congresista Héctor Becerril y al consejero Morales para que se entendieran sin testigos.
Becerril no perdió tiempo y fue al grano. Su presencia esa noche, le dijo, era en representación de su bancada y de su partido, Fuerza Popular, de Keiko Fujimori.
¿Y para qué tan masiva representación? Porque, se franqueó Becerril, Fuerza Popular tenía un interés no precisamente académico en las elecciones del Consejo Nacional de la Magistratura. De hecho, tenían un candidato fujimorista, que era el consejero Julio Gutiérrez, exdecano del Colegio de Licenciados en Administración.
Becerril le pidió a Morales el voto por Gutiérrez.
Incómodo, pero no tanto como para quedarse mudo, Morales explicó a Becerril que no votaría por Gutiérrez porque no lo consideraba idóneo para el cargo. Le dijo además que ya le había adelantado a Aguila que no tenía intenciones de cambiar su voto. Que votaría en blanco.
“¿Aunque te lo pidamos?”, insistió Becerril, según fuentes familiarizadas con Morales. Este respondió que no.
No había caso. Becerril se levantó para irse, apareció Guido Aguila y lo acompañó hasta la puerta. Poco después se fue Morales. La conversación duró no más de 30 minutos.
Al día siguiente de esa negociación fallida, en la sesión de votación del Consejo para elegir al nuevo presidente, el consejero Gutiérrez declinó su postulación y propuso a Guido Aguila como candidato a la reelección. Este aceptó de inmediato.
El acta de la sesión N° 2908 del Consejo Nacional de la Magistratura cuenta una historia interesante. En las primeras dos rondas de votaciones en las que se enfrentó Aguila con Velásquez, Morales votó en blanco. Como no hubo consenso, se dio un receso. Y para la tercera ronda, Velásquez declinó su postulación. Aguila fue reelecto y Gutiérrez fue elegido como su vicepresidente. Las gestiones de Becerril, después de todo, no fueron infructuosas. A la cabeza del CNM quedaban su anfitrión y su protegido.
IDL-Reporteros contactó por teléfono al congresista Becerril, quien no negó la reunión en casa de Aguila. “No voy a declarar sobre este tema”, anunció el congresista, y cortó la comunicación, con lo cual no solo no declaró sobre ese tema sino sobre ninguno.
Guido Aguila contestó a través del jefe del área de imagen del CNM, Julio Pizua. Su críptica respuesta fue que Aguila “no ha participado” en ninguna reunión que vincule a otro consejero y un congresista durante las últimas elecciones de la presidencia del Consejo.
Pero Becerril y Aguila están vinculados por algo más que esta reunión caleta. Ambos tuvieron, aunque en tiempos diferentes, el mismo asesor entre 2011 y 2016: Alberto Alva Azula.
Alva Azula fue asesor de confianza de Becerril en el Congreso en 2011; y luego pasó a trabajar como asesor de la alta dirección del CNM, en 2015, bajo el liderazgo de Aguila. Volvió luego al Congreso, en 2016, para trabajar en el despacho de la congresista fujimorista Rosa Bartra, presidenta de la comisión Lava Jato. Estuvo ahí hasta mediados de este año.
En entrevista telefónica con Alva, este confirmó que ha trabajado para ambos. “Yo conozco a Héctor [Becerril] y él se cuida de que estas cosas jamás manchen”, indicó.
La esposa de Héctor Becerril, de paso, trabaja en la procuraduría del CNM. Y el hermano de Guido Aguila, Carlos, lo hace en el despacho del congresista fujimorista Glider Ushñahua, según reportó Cuarto Poder el 15 de octubre de este año.
Tanto Bartra como Becerril (y, de hecho, toda Fuerza Popular) han declarado abiertamente la guerra contra el Ministerio Público por dos razones convergentes: la reabierta investigación sobre Joaquín Ramírez, que incluye a Keiko Fujimori; y las acciones por el caso Lava Jato. Un síntoma de ira o desesperación ocurrió luego del allanamiento a los locales de Fuerza Popular, cuando Becerril gritó frente a la prensa, respecto de una actuación legal y legítima de los fiscales, que Pablo Sánchez había convertido a un gran sector de la Fiscalía en una organización criminal.
Hasta ahora, el fujimorismo no ha podido concretar su plan de descabezar a la Fiscalía de la Nación en el Congreso. Pero, en forma más astuta y silenciosa, lleva, como hemos visto, tiempo preparando otro ataque desde el CNM. Con un presidente más cercano a Becerril que a la imparcialidad que le exige su cargo, y que tiene en sus manos la posibilidad de descabezar al Fiscal de la Nación, la investigación Lava Jato está en un verdadero peligro.
(*) Esta es una investigación conjunta de Justicia Viva e IDL-Reporteros.
(**) Cruz Silva como parte del área de Justicia Viva, del Instituto de Defensa Legal (IDL), fue abogada en los procesos de tacha contra la candidatura de Julio Gutiérrez y Guido Aguila durante la selección de consejeros del CNM, en 2015. Ese mismo año, solicitó la inhibición de Gutiérrez en el concurso de magistrados supremos ante el CNM.