Las delaciones de João Santana y de su esposa y colaboradora, Mónica Moura, permanecieron secretas durante varios meses. Hasta hoy. El magistrado Edson Fachín, del Tribunal Supremo Federal de Brasil, levantó hoy día el secreto (“sigilo”) de sumario y casi de inmediato las revelaciones confesionales del notorio estratega y marquetero electoral repercutieron en varias capitales latinoamericanas.
Tanto Santana como Mónica Moura están entre los procesados por el caso Lava Jato que han tenido mayor proyección internacional. Manejaron campañas electorales o de opinión, en países tan diversos como Angola, El Salvador, Panamá, República Dominicana, Venezuela. Y en sus confesiones hay informaciones nuevas y muy importantes sobre el manejo corrupto de campañas en esas naciones.
Ni Santana ni Moura actuaron directamente en el Perú. Una pena, porque revelan mucho sobre otros países.
Sin embargo, el Perú, o personajes directamente relacionados con él, es también mencionado en por lo menos dos casos.
El primero tiene que ver con una investigación que IDL-R hizo el año pasado a través de varias publicaciones:
Fue el caso de la organización peruana de lavado de dinero dirigida por Gonzalo Monteverde Bussalleu, con la colaboración cercana de María Isabel Carmona Bernasconi.
Desde abril de 2016, IDL-R reveló la trama de lavado de varios millones de dólares provenientes sobre todo del Consorcio IIRSA Norte (Odebrecht, Andrade Gutierrez, Graña y Montero), cuyo predominante destino final, luego de la ruta sinuosa a través de las compañías de Monteverde y Carmona, fue la cuenta de la misteriosa offshore Balmer Holding Assets Ltd., en un banco brasileño de segundo piso (el Trend) alojado en el First Caribbean Bank, de Barbados.
El beneficiario de esa cuenta era el anónimo portador de las acciones de Balmer, que desapareció (correspondencia destruida de por medio), luego de esas transacciones. Balmer terminó luego en manos de Odebrecht.
Eso fue en 2007. Hubo luego un silencio de algunos años.
En 2013 y 2014 las empresas de ocasión de Monteverde y Carmona Bernasconi, volvieron a entrar en acción. Esta vez con la República Dominicana.
En un reportaje “La ruta dominicana”, publicado en junio de 2016, IDL-R reveló que entre octubre de 2013 y julio de 2014, esas empresas con detergente incorporado entregaron, al cabo de su complejo circuito, 4 millones 396 mil 796 dólares a una compañía dominicana que, pese a su nombre: Cine & Art 2013, tenía poco que ver con las películas.
En ese reportaje, se mostró que “una sola de las compañías de Monteverde y Carmona Bernasconi: Isagón SAC, hizo 16 transferencias diferentes a Cine & Art2013 en las fechas mencionadas, por un monto total de 3 millones 896 mil 450 dólares”.
En el reportaje se reveló también la relación que había entre Santana y Moura con Cine & Art 2013.
En la delación que hoy se hizo pública, Santana y Moura confirman lo investigado por IDL-R y añaden algunos detalles reveladores.
En el minuto 10 de una de sus declaraciones videograbadas, Mónica Moura confiesa haber suscrito un contrato ficticio con la compañía Isagón de Perú (de Monteverde), para poder recibir los cuatro millones de dólares.
Según la confesión, los cuatro millones fueron hechos “por la offshore de la empresa Odebrecht de Perú (Isagón)”. Pero, indican “para esa operación Odebrecht exigió que se hiciera un contrato ficticio para justificar los depósitos bancarios”. Esos cuatro millones se destinaron a la campaña presidencial en Panamá, para el candidato oficialista José Domingo Arias, que debía suceder y proteger a uno de los jefes de Estado favoritos de Odebrecht, el entonces presidente Ricardo Martinelli. Pese a los millones y el presunto talento de Santana puesto en campaña, Arias perdió la elección y Martinelli el poder.
Así, resulta que la operación de Odebrecht en el Perú no solo destinaba dinero para coimas nacionales sino también para corruptelas internacionales. De la misma manera, es muy probable que parte del dinero que sirvió para sobornar en el Perú haya provenido del extranjero.
Favre
En las confesiones de Santana y Moura figura también una persona que ha tenido participación prominente en campañas electorales de todo tipo en el Perú: Luis Favre.
Desde el minuto seis al doce de la confesión sobre el tema de João Cerqueira de Santana Filho, este afirma que “a pedido de Marta Suplicy [ex-alcaldesa de São Paulo y ex-ministra de Lula] Santana contrató a Luis Favre, marido de esta. No obstante, ningún servicio fue prestado. Luis Favre recibió de Polis [sic] cerca de 20 mil reais mensuales por un año. El dinero para esos pagos provenía de la Caja 2 del PT [Partido de los Trabajadores] en Odebrecht”.
No es todo. Santana indica asimismo que “Favre fue contratado también por Duda Mendonça a pedido de Marta Suplicy.[…] [pero] tampoco prestó los servicios en consecuencia de ese contrato”.
IDL-R se comunicó por correo electrónico con Favre, para solicitar su respuesta a esas confesiones. Hasta el cierre de esta edición, sin embargo, no llegó su respuesta.