El historial ambiental de la empresa minera Caudalosa es tan turbio como los 110 kilómetros del río Opamayo hoy contaminados por 25 mil metros cúbicos de relaves y que han colocado a esta zona de la región más pobre del país, Huancavelica, en emergencia.
Según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) el masivo derrame de relaves ha dañado toda esa extensión ribereña. El río Opamayo cambia de nombres conforme recorre los pueblos de la zona: el tramo más cercano a los depósitos de relaves se denomina río Escalera, luego se convierte en río Huachocolpa, Lircay y otros. Varios nombres pero una sola contaminación.
Antes que colapsara el depósito de relave “A”, cerca de las 6 de la tarde del viernes 25 de junio, la compañía ya había sido notificada hasta en 14 oportunidades, entre 2007 y 2010, por la contaminación de ríos y la ampliación y funcionamiento de esa misma relavera, sin permiso del Ministerio de Energía y Minas (Minem). Pese a las infracciones detectadas por el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), éste nunca logró imponer las sanciones.
¿Cuáles fueron esos casos?, ¿por qué Osinergmin no impuso ninguna sanción? Veamos.
Delitos ambientales
El 16 de julio de 2009, la institución fiscalizadora realizó una supervisión especial que incluyó la visita de todas las relaveras de la unidad minera ‘Huachocolpa Uno’ de Caudalosa. Entre estos depósitos, figura la ‘A’, que colapsó recientemente, y la ‘B’ que fue paralizada porque había sido ampliada sin autorización e incumplía con “los estándares, procedimientos y prácticas de trabajo seguro”.
De acuerdo con el oficio N° 1279-2009-OS-GFM que Osinergmin envió a la empresa el 10 de agosto, la inspección detectó que la relavera ‘A’ también crecía “sin contar con la autorización de construcción” y contenía relaves sin el permiso de funcionamiento del Minem que debe evaluar técnicamente la viabilidad de cambios en la estructura del depósito y el plan de contingencia ambiental en casos de emergencia. Sin embargo, en este caso el organismo supervisor sólo dio recomendaciones y no ordenó su paralización. ¿Por qué?
El presidente de Osinergmin, Alfredo Dammert, respondió que no se dio la orden porque la cantidad de relaves no excedía los “límites permitidos”. Dammert no dijo, sin embargo, que ya entonces su institución tenía conocimiento que la empresa había ampliado el depósito y acumulaba los relaves de manera ilegal.
La norma, aunque suene increíble, sólo permite paralizar los depósitos de relaves cuando haya un peligro inminente. En los más de tres años que ha tenido a su cargo Osinergmin la supervisión minera, no ha logrado modificar los reglamentos para una fiscalización más eficaz de los depósitos de relaves. Y en este caso, pese al peligro detectado, programó una nueva inspección de las relaveras informales recién para un año más tarde: julio de 2010.
Hoy se sabe de la investigación preliminar del propio Osinergmin que la causa del accidente fue el exceso de relaves que hizo colapsar la infraestructura y que unos 25 mil metros cúbicos de líquidos tóxicos se derramaron en el río. A la luz de lo expuesto, se evidencia que fue por falta de prevención.
Las infracciones detectadas desde antes son diversas. En el oficio N° 1279-2009-OS-GFM, también se advirtió de “un manejo inadecuado de vertimentos en la cabecera de la relavera A y la salida de relaves sobre suelo natural”.
Tal documento fue la notificación a Caudalosa del “inicio del proceso sancionador” que no constituye una sanción o multa, sino una advertencia a la compañía de que se investigará el hecho y que se han detectado infracciones.
Estos oficios son manejados en reserva entre Osinergmin y la empresa, no son mencionados en la web de esta institución a diferencia de las resoluciones con sanciones emitidas por su gerencia general y consejo directivo, la primera y segunda instancia en la vía administrativa.
IDL-Reporteros pidió a Osinergmin los expedientes que contenían las infracciones cometidas por la empresa. Luego de cinco días de insistencia, siete pedidos por correos y otras tantas llamadas, accedimos a algunos documentos, pero no se nos permitió al final revisar los expedientes sobre la supervisión especial a las relaveras del derrame.
Cóctel contaminante
Pero en la lista de infracciones hay más. Según el oficio N°1223-2009-OS-GFM con fecha 30 de julio de 2009, la planta concentradora de minerales de Huachocolpa operó entre enero y junio de ese año por encima del 50% de capacidad autorizada por el Minem. Esto quiere decir que se corría el riesgo de procesar los minerales sin contar con un plan ambiental de manejo de residuos considerando el volumen excedente que se producía.
En este caso, tampoco se concretó la sanción.
Para abundar en irregularidades, ese año también se detectó que la empresa construyó el depósito de relaves el N°3 y una planta de tratamiento sin estudio de impacto ambiental.
A lo largo de 2009, Osinergmin realizó tres monitoreos ambientales en agosto, octubre y diciembre en los que tomó muestras de los efluentes y puntos en los ríos cercanos a las operaciones como Escalera, Opamayo y la laguna Choclococha.
En estas supervisiones se halló que las concentraciones de PH (que mide el grado de acidez del agua), de sólidos totales en suspensión (STS) y de zinc superaban los límites máximos permisibles de acuerdo a pruebas de laboratorio. Sin embargo, el regulador recién notificó a Caudalosa por las infracciones detectadas en las inspecciones, varios meses más tarde: el 8 de junio de ese año.
En 2008 se realizaron cuatro inspecciones en mayo, julio, setiembre y noviembre. En la mayoría de las muestras tomadas se detectó niveles altos de PH, STS, zinc y cobre en el río Escalera. Los oficios N°984-2008-OS-GFM, N°1243-2008-OS-GFM, N°188-2009-OS-GFM y el N°189-2009-OS-GFM y los expedientes respectivos de los casos confirman que estas concentraciones tóxicas eran reiteradas en los puntos de monitoreo a lo largo del año.
Basta un ejemplo. Según los exámenes de las muestras realizados por el laboratorio Inspectorate, en la supervisión de julio de ese año se detectó concentraciones de zinc cientos de veces más de lo permitido: 182 miligramos de zinc por litro (mg/l) cuando el límite máximo es de 3,0 mg/l.
Entre el 9 y 12 de noviembre de 2008, se realizó una supervisión especial ante una denuncia de los pobladores de la provincia de Angaraes, movilizados en esos días en Huancavelica, por un posible derrame de relaves en el río Opamayo. En el oficio N° 266-2009-OS-GFM, el supervisor asegura que en los efluentes de la relavera ‘B’ se encontró cantidades de STS, cobre, plomo, zinc, hierro y arsénico más allá de lo que exige la norma.
Del 7 al 12 de noviembre de 2007, Osinergmin realizó la primera inspección ambiental a Caudalosa, pero recién el 16 de febrero de 2010, más de dos años después, se notificó a la empresa del inicio del proceso sancionador . Hasta ahora no hay multa impuesta.
¿Por qué no se sancionó ni un solo caso por daño ambiental? “Ahí hubo un problema de tiempo. Pero, además, Caudalosa no es el único caso que vemos”, respondió el gerente de fiscalización minera, Guillermo Shinno.
Osinergmin sólo ha sancionado con 240 UIT a Caudalosa por tres accidentes fatales en las minas subterráneas de ‘Huachocolpa Uno’ que cobraron la vida de cuatro trabajadores por problemas de ventilación durante las operaciones y el manejo de explosivos para la extracción del mineral. Las víctimas fueron Efraín Jayo Cuellar y Nils Oncevay Mulato, Edilberto Trucios Acuña y Félix Segama Huamani.
Las tres resoluciones de la gerencia general impuestas por estas muertes fueron impugnadas por Caudalosa, del grupo Raffo , al mismo estilo de la mayoría de empresas como ya ha revelado IDL-Reporteros en un reportaje a inicios de junio. El mismo patrón de faltas graves contra el medio ambiente y la vida se repite una y otra vez, sin que las autoridades tomen decisiones enérgicas para evitar desastres como el que finalmente sucedió.