“Bienvenidos al infierno verde”, indicaba hasta hace poco un letrero al ingreso de la base contrasubversiva de Yuveni, en La Convención, en un curioso espíritu retro de los militares, que recuerda la visión que existía de la selva hasta mediados del siglo XX.
Hoy se ve a la selva como el edén verde en proceso de perderse si la deforestación y la contaminación siguen avanzando.
Quizá por eso, y para no ofender a los habitantes locales, el letrero, que coronaba una calavera con boina, fue retirado hace poco.
Para el contingente policial de la Dinoes, la guarnición de Yuveni – que comparte con la Base del Ejército–, las cosas siguen igual. Esa selva sí es el infierno verde o, por lo menos, un purgatorio malero.
La tropa policial ha pasado los más de sesenta días que lleva acantonada ahí en una situación de negligente abandono. A principios de agosto pasado, El Comercio publicó una nota describiendo la precariedad en la que vivían y operaban policías y soldados acuartelados en la zona.
Tres meses después, IDL-Reporteros decidió averiguar si la situación había mejorado luego de esa denuncia.
Esta publicación obtuvo información precisa y encontró que en vez de mejorar, las condiciones de acuartelamiento para los policías de la Dinoes en la base de Yuveni, han empeorado, como veremos a continuación.
IDL-R consiguió más información que la que publica ahora, pero decidió reservar parte de esa información por razones de seguridad, para no poner en peligro adicional a la guarnición de Yuveni. De toda forma, como se verá, lo que IDL-R muestra es más que suficiente para tener una idea de lo que se vive y padece ahí.
El personal destacado en la base de Yuveni se ha acomodado en dos viviendas que flanquean la casa de una autoridad local, donde funciona también una bodega.
La guarnición ha armado parapetos con sacos terreros. Son indispensables para proteger su vida de los francotiradores senderistas y, en caso extremo, para repeler un ataque. Pero, ¿quiénes adquirieron los sacos? Los propios policías, tuvieron que comprarlos, con su dinero.
¿Quién paga la luz? Los policías, con la suya. Como no hay agua potable, ¿quién compra el agua embotellada? Lo adivinaron: los propios agentes, con su plata.
La tropa policial vive en las condiciones de insalubridad y hacinamiento que las fotos permiten ver. Los efectivos duermen en colchones ruinosos sobre unos tablones precarios. Los techos son de calamina y plástico, que no sería terrible si no sirvieran para hornearse de día permitiendo a la vez el paso de la lluvia. “La situación ha empeorado. Los plásticos no nos cubren de la lluvia. La gente está durmiendo en el suelo. Las comunicaciones fallan por la lluvia”, indicó una fuente de las fuerzas de seguridad a IDL-R.
La cocina cuenta con unos pocos recipientes, platos y cubiertos que han debido ser comprados también por el personal, con el dinero de su sueldo. En esas condiciones, el comedor de la base solo tiene una mesa y dos bancas, en las que deben sentarse por turno las decenas de policías que prestan servicio ahí.
La ‘cocina’, el fogón más bien es, como se ve, a leña. También para comprarla, los policías tienen que ‘hacer chanchita’ con su dinero.
Cuando hay que salir a patrullar, ¿llevan raciones de campaña? En sueños, quizá. Otra vez, cada policía debe escarbar el bolsillo para comprar las galletas y latas de conserva con las que salen de patrulla.
Ustedes pueden apreciar, en la foto, las letrinas precarias y notoriamente insalubres, que sirven a toda la guarnición. Tuvieron que ser hechas por los mismos policías, con lo que tenían a mano, ya que la alternativa era el aire libre.
Esa situación de abandono es de pleno conocimiento de los mandos policiales.
IDL-R preguntó al coronel PNP Eleodoro Flores Valdivia, director de la Diroes, sobre las condiciones en las que viven los policías en Yuveni y en otras bases en La Convención y el VRAE. Flores indicó que “estamos muy limitados. Yo no deseo que mi personal pase estas cosas. Pedimos a nuestro comando que nos apoye, porque es nuestro comando el que distribuye la economía”.
¿Ya le ha informado esto al director general de la Policía?, preguntó IDL-Reporteros.
“Nuestro general sabe, él ha estado ahí. (…) El comando sabe la situación. Nosotros hacemos todo lo posible para que nuestro personal tenga las mínimas condiciones, pero tenemos una limitación ahí. (…) Realmente estamos en una situación crítica [en equipamiento]. Todo pasa por disposiciones políticas y del comando. Nosotros solamente somos una unidad operativa que obedece órdenes”, indicó el coronel Flores.
Puede ser que haya una situación mala en cuanto a equipamiento. Algo por lo demás inexplicable hasta en un ministerio cuya incapacidad de inversión y gasto, pese a los cientos de millones de soles que dispone, es de las peores en el Estado.
Pero la situación de abandono en la que se deja a los policías en la vital zona de la Convención, no se explica por problemas de equipamiento sino por negligencia, por incompetencia y, muy probablemente, por corrupción.
Si hay incapacidad para cumplir con lo más básico de la logística (la parte de la organización policial ‘que atiende al movimiento y mantenimiento de las tropas en campaña’), ¿qué aprendieron en la escuela de oficiales? ¿qué le pueden exigir a policías que abandonan a su suerte?
‘Chanchita’ operativa
En las bases de Venecia y el aeródromo de Kiteni, ambas en La Convención, los policías no están mejor que en Yuveni.
Según indicaron fuentes a IDL-R, los policías de esa base han expuesto a sus superiores las difíciles condiciones en las que se encuentran. “Tenemos que hacer chancha para comprar combustible. No hay agua potable. … . El gobierno no se preocupa”, informó una de las fuentes.
A media hora del aeródromo de Kiteni, por tierra, está la base de Venecia, donde hay un menor número de policías. Las condiciones son similares. “… no tenemos un lugar adecuado para dormir. Nosotros tenemos de rancho diario seis soles con veinte. No nos alcanza. Aquí todo es caro: el agua, el gas. Acá no tenemos un centro médico. Tenemos que pagar nuestras medicinas cuando nos enfermamos”, narró un policía de la base.
El rancho de seis soles con veinte céntimos diarios es estándar para los policías de la Dinoes. De ahí salen todas las ‘chanchitas’. Pero además se les da viáticos solamente para cubrir 29 días. En Yuveni, los policías ya llevan 60 días.
¿Qué responde el comando desde Lima?
En entrevista telefónica con IDL-R, el director general de la PNP, general PNP Raúl Salazar, reconoció la situación crítica por la que atraviesan los policías de la Dinoes en el VRAE.
Salazar indicó, sin embargo, que el ministerio del Interior ha destinado una partida de 26 millones de soles para la construcción de bases en el VRAE, comprar equipos, armamento y municiones. “En diciembre van a comenzar las obras allá en el VRAE. Lo sé por boca del ministro y por boca del viceministro del Interior. Son ellos los que hacen los procesos”, refirió Salazar.
¿Y la logística, la administración básica de campamentos, raciones, cocinas, letrinas y medicinas para las operaciones de ayer, hoy y mañana? Sobre eso no respondió Salazar.
Hace pocas semanas, el ministro del Interior, Wilfredo Pedraza informó a IDL-R que se proponía gastar cientos de millones de soles en equipamiento policial en las semanas y los meses siguientes.
Después de ver la situación en Yuveni y en otras guarniciones en uno de los frentes operativos más importantes en el país, habría que preguntarle a Pedraza cómo piensa mantener todos los equipos que va a comprar cuando su ministerio no es capaz de abastecer con lo más elemental a los policías que combaten ahora en el VRAE y La Convención.