La lluvia suele empezar con unas gotas indecisas entre la garúa y el chubasco. Las nubes en el cielo indicarán hacia dónde se orienta el húmedo futuro. Y las investigaciones complejas inician su revelación de parecida manera. A continuación, el reporte de la meteorología investigativa en el caso Lava Jato.
En semanas recientes he escrito algunos artículos sobre los avances en Brasil de esa investigación que es con seguridad el más importante caso de corrupción en la historia de Brasil y probablemente también en la de América Latina.
En el caso Lava Jato (como se conoce la investigación sobre corrupción en la gigante empresa Petrobras), que terminó involucrando a las más grandes empresas brasileñas de ingeniería y al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), la enérgica investigación que siguió a su descubrimiento fue el resultado de la acción de un grupo relativamente joven de jueces, fiscales y policías federales; producto reciente de, como apunta el periodista y académico brasileño Rosental Alves, “la profesionalización del servicio a través de concursos públicos para puestos de trabajo tanto en la Policía Federal cuanto en la Justicia o en el Ministerio Público […] Entonces tenemos aquí una convergencia de un cuarto poder [el Ministerio Público], jóvenes concursados [sic] profesionales investigadores, instituciones que funcionan y un último y el más novedoso elemento: la recientemente adoptada delación premiada, que copiamos de los gringos… Fantástico escenario”.
Durante un año y pocos meses, Brasil ha vivido el drama de las pesquisas, los arrestos de ricos y poderosos, las confesiones que delatan historias sorprendentes, la división de los empresarios entre los que cuentan todo y los que niegan todo. El país ha sido profundamente impactado por los relatos y los números de cómo se robaba y cuánto se ganaba. Y pese al costo que significa y que puede significar en el futuro cercano, la mayoría apoya los esfuerzos y los resultados de los investigadores.
Ahora, mientras el drama continúa en Brasil, empieza el relato de revelaciones en América Latina. Y dentro de ella, el de Perú.
Hace varios meses, el periodista brasileño Fernando Mello empezó una investigación independiente sobre el papel del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) en el desarrollo de transacciones presumiblemente irregulares y potencialmente corruptas de las compañías brasileñas en el exterior.
Anteriormente, Mello había publicado en Folha de Sao Paulo, junto con la periodista Flavia Foreque, una investigación sobre los 13 viajes que hizo el ex presidente Lula en América Latina y África, pagados y patrocinados por empresas constructoras brasileñas, para hacer lobby en favor de ellas. La investigación fue distinguida con una mención especial en el último concurso latinoamericano de periodismo de investigación organizado por IPYS y Transparencia Internacional.
La investigación actual acaba de publicarse en BRIO, un nuevo medio periodístico en internet.
Hay revelaciones interesantes sobre el Perú:
La investigación de Mello en este país contó con la colaboración de Milagros Salazar y otras periodistas de Convoca, el medio digital que dirige Salazar; y se centró en determinar si hubo corrupción, y a través de quién, en la construcción de IRSA Sur.
Ese es un tema que IDL-Reporteros exploró detalladamente en 2011. (Ver: “Las cuentas con levadura de Odebrecht”; “Haciéndole el túnel al SNIP”; “Criterio de competencia… en el caso de Odebrecht” en https://www.idl-reporteros.pe). Para resumirlo en pocas palabras, una obra que empieza costando 800 millones de dólares y que termina cobrando más de 2 mil millones de dólares, tiene mucho que explicar.
Ahora, gracias a las investigaciones de la Policía Federal brasileña, emergieron nuevos datos que empiezan a perfilar la resolución de un cuadro que permanecía todavía borroso.
Aquí algunos de esos nuevos datos, que no solo avanzan la investigación sino exigen acelerarla:
• La ejecución de IRSA Sur involucró, en tramos y consorcios diferentes, a buena parte de las principales constructoras brasileñas, entre ellas Odebrecht y Camargo Corrêa. Y en cuanto a tiempos, comprendió a las presidencias de Alejandro Toledo y Alan García.
• En una operación en 2009, la llamada “Castillo de arena”, la Policía Federal de Brasil incautó documentos físicos y electrónicos de Camargo Corrêa. Entre ellos, según indica BRIO, una hoja de cálculo titulada: ““Previsão de Capilés Tramo IV – Interoceânica”. “Capilés” son los sobornos presuntamente pagados a funcionarios corruptos peruanos.
• Según el informe que, de acuerdo con Mello, hizo la Policía Federal, Camargo Corrêa había recibido más de 180 millones de dólares cuando pagó más de 6 millones de dólares en coimas. Estas se habrían divido en dos: un soborno grande, de 5 millones 411 mil 207 dólares para la “rúbrica general” (es decir, para más de uno); y otro con nombre, o más bien, iniciales propias: 901 mil 868 dólares destinados a un “J.R.”. Estas coimas se habrían pagado en la última parte del gobierno de Alejandro Toledo.
¿Quién era “J.R.”? ¿Quiere el dueño de esas iniciales salir al frente para darle al Perú algunas explicaciones contables? ¿O los recipiendarios de los más de cinco millones de dólares quisieran hacerlo antes?
• La Policía Federal estimó que, según el reportaje de BRIO, “los cálculos indican cantidades que habrían sido pagadas y las condiciones para que los pagos sean realizados”. El método dividía los sobornos en una cantidad que se pagaba en efectivo y otra a través de “la operación CABO”. Esa era, en resumen, el pago en cuentas extranjeras en otros países. En ese caso se mencionó una remesa al Banco Citibank, de Londres.
• En los documentos que registran – según el reportaje de BRIO publicado aquí por Convoca– los pagos relacionados con la Interoceánica, hay uno por 106 mil 944 dólares. El artículo de BRIO indica que ese documento registra en otra parte que el pago mencionado se relaciona con un “Toledo”, cerca de un “Max Vanderley”, quien aparentemente sería Marcos de Moura Vanderley, el representante legal de Camargo Corrêa en los tratos con el gobierno de esa época en el Perú.
Convoca ha informado que Perú Posible niega que Toledo o el partido hayan recibido coimas. Me imagino que una vez que se sepa quién es “J.R”, este igualmente negará. La cosa es, como lo saben ahora varios individuos investigados en el caso Lava-Jato, que unos datos se corroboran con otros.
• Las revelaciones sobre la corrupción en el gobierno de Alan García son igualmente interesantes. Uno de los documentos que capturó la Policía Federal indican pagos mensuales de 175 mil dólares hacia octubre de 2007, cuando García llevaba poco más de un año en la presidencia. Solo entre julio y diciembre de 2007, según el cálculo de la investigación de BRIO, Camargo Corrêa pagó un millón 50 mil dólares a individuos corruptos dentro de la presidencia de Alan García.
Camargo Corrêa niega haber sobornado a funcionarios corruptos del gobierno peruano, pero, de acuerdo con BRIO, permaneció silenciosa en cuanto a la autenticidad de los documentos capturados por la Policía Federal en la operación “Castillo de Arena”.
Aquí, como es de esperar, sobrarán inicialmente las negativas. Pero la investigación recién empieza.
(*) Reproducción de la columna ‘Las palabras’ publicada en la edición 2389 de la revista ‘Caretas’.