Un poco de latín nunca va mal.
Nada mejor para nombrar acciones trascendentes, decisiones audaces, imperativos morales que sugieren el diálogo mudo a través de los siglos con, según la circunstancia, Julio César, o Séneca … o Catón.
“Erga Omnes”: “Hacia todos”. Es decir, que la ley alcanza a todos por igual. El operativo de arresto de los más altos empresarios de las corporaciones Odebrecht –la más grande de Brasil– y Andrade Gutierrez, escogió en el idioma un concepto con resonancia de proclama.
La detención, el viernes 19, de Marcelo Odebrecht y Otávio Marques de Azevedo dentro de un grupo de 21 altos ejecutivos –casi todos de las empresas lideradas por aquellos– fue un hecho sin precedentes, por su calibre y consecuencias, dentro de gobiernos democráticos con sistemas legales independientes.
La foto en que se ve a Marcelo Odebrecht junto a Marques de Azevedo llegando detenidos a Curitiba, podría ilustrar una infografía compleja. Marcelo Odebrecht encabeza desde 2009 la más grande empresa brasileña y la mayor de ingeniería en América Latina. Marques de Azevedo dirige Andrade Gutierrez, que, como suele suceder con los ingenieros y los teólogos, se define a sí misma por sus obras: 900 proyectos de ingeniería que emplean a 250 mil personas en más de 40 países. Después de Odebrecht, es la segunda constructora de Brasil.
Erga Omnes. Los fiscales e investigadores de la Policía Federal que transformaron una investigación rutinaria de lavado de dinero y tráfico de divisas en la más grande investigación sobre corrupción en la historia de Brasil (y de América Latina), no creen, sin embargo, que haya nadie, como dicen los gringos, “too big to jail”, demasiado grande para ser juzgado o sancionado por la ley.
La ola de detenciones marcó una nueva fase, la décimo cuarta, de una investigación que se inició en julio de 2013, con apenas tres policías, siguiendo a traficantes de divisas por un presunto lavado de dinero en Brasilia.

La primera intervención, a un Carlos Chater, llevó a otro “doleiro”, o cambista, Alberto Youssef, un traficante de divisas que había tenido años antes un acuerdo de delación premiada con la justicia brasileña. El seguimiento dejó en claro que Youssef había quebrado el acuerdo. Pero su auto de lujo permitió a las autoridades dar el salto decisivo en su investigación, cuando comprobaron que había sido adquirido para Paulo Roberto Costa, ex-director de abastecimientos de Petrobras, hasta 2012.
El seguimiento llevó a descubrir el gigantesco caso de corrupción en Petrobras, que supuso un robo directo a la empresa calculado en unos 4 mil millones de dólares. Las pérdidas indirectas podrían ser mucho mayores.
El caso se hizo público el 17 de marzo de 2014, cuando la Policía Federal detuvo a 24 personas, entre las cuales Chater y Youssef. Costa fue arrestado tres días después. Él, Youssef y varias otras personas luego, a lo largo de los meses, optaron por llegar a acuerdos de delación premiada con las autoridades fiscales y judiciales. Lo que confesaron, corroborado y ampliado por otros delatores llevó a que la investigación identificara complicidades y delitos cometidos en los niveles más altos del ámbito político y del empresarial.
Cuando Dalton Avancini, presidente de otra gran constructora, Camargo Corrêa, se acogió a la delación premiada, describió, con conocimiento privilegiado, el funcionamiento de un Cartel de 13 compañías, constructoras casi todas, que acordaban los sobrecostos a cargar a Petrobras por las obras públicas contratadas por la petrolera.
Tanto Avancini, como Costa y otros delatores implicaron en ese cartel a Odebrecht y Andrade Gutierrez. Ambas negaron todos los cargos.
Aún luego de los arrestos del viernes pasado mantienen esa posición. En tanto, el grupo especial de fiscales a cargo de la investigación; y los oficiales de la Policía Federal dedicados al caso sostienen que la evidencia inculpatoria es inequívoca.
¿Lo es? Veamos.
• Uno de los detenidos más importantes el viernes 19 pasado fue Alexandrino de Alencar, el director de relaciones institucionales de Odebrecht y antes alto ejecutivo de Braskem, la gigante petroquímica cuyo principal accionista es Odebrecht. Alencar es muy cercano al ex presidente Lula: le organizó un vuelo secreto, pagado por Odebrecht a la República Dominicana, Cuba y Estados Unidos en enero de 2013. Y lo acompañó en el viaje. Antes, en 2011, fue con Lula a un viaje oficial a Guinea Ecuatorial. Itamaraty no parece haber estado muy feliz de tener a Alencar como integrante de la comitiva, pero Lula lo impuso. El 21 de mayo pasado, la fiscalía abrió una investigación preliminar sobre un posible tráfico de influencias de Lula a favor de Odebrecht.

Cuando menos tres delatores calificados sostienen que Alencar era el responsable de los sobornos de Odebrecht en el extranjero. Uno de ellos, Rafael Angulo López, afirma haber visitado varias veces a Alencar en las oficinas de Odebrecht en Sao Paulo, para darle números de cuentas a las que había que hacer transferencias en el extranjero.
En una declaración ante la Policía Federal el 12 de mayo pasado, Alencar admitió haberse reunido varias veces con Angulo, pero negó que se haya tratado el pago de sobornos. Este lunes 22, el ya detenido Alencar comunicó su alejamiento de Odebrecht, para poder dedicarse a su defensa legal. Es difícil saber todavía qué significa eso, pero pronto quedará claro.
• Según el delegado de la Policía Federal, Igor Romário de Paula, los detenidos presidentes de Odebrecht y Andrade Gutierrez tenían “dominio de todo lo que acontecía”. El fiscal Carlos Fernando Lima coincide indicando que Odebrecht y Andrade Gutierrez “capitaneaban el esquema de cartel” con un sistema “más sofisticado” que el de las otras compañías puesto que, según Lima, pagaban las coimas en el exterior a través de empresas offshore. Varios delatores han suministrado información detallada sobre esos movimientos bancarios.
• El Ministerio Público brasileño solicitó el lunes 22 la colaboración de Panamá para identificar los dueños de las offshore registradas en ese país, desde las cuales se habría pagado coimas a funcionarios de Petrobras.

A la vez, la Policía Federal ha logrado que la Interpol eleve un alerta roja para capturar al cambista Bernardo Schiller Freiburghaus, quien abandonó Brasil apenas empezó la investigación de Lava Jato y utilizó su paralela ciudadanía suiza para refugiarse en Ginebra. Según las autoridades, Schiller Freiburghaus fue crucial en los manejos de dinero para las presuntas coimas pagadas por Odebrecht en el extranjero.
Los fiscales brasileños han pedido también la ayuda de Estados Unidos en la investigación contra Freiburghaus, quien sostiene su inocencia desde Suiza pero no se mueve de allá.
• Por su lado, Odebrecht –que tomó medidas inmediatas para mantener el gobierno corporativo apenas fue apresado su presidente– sostiene tajantemente la inocencia de la empresa en todos los cargos contra ella; afirma que la detención de Marcelo Odebrecht es innecesaria, arbitraria e ilegal; se prepara para una encarnizada batalla legal y busca movilizar a quienes, desde el poder judicial y otras instituciones, se oponen al grupo de investigadores de Lava Jato.
La iniciativa decidida de los fiscales y policías de Lava Jato enfrenta ahora una contraofensiva terca y bien estructurada de Odebrecht y Andrade Gutierrez. En un escenario tan complejo, ningún resultado es inevitable o claramente predecible.