Se vuelve a hablar en estos días de compra de tanques, después de un año de abochornado silencio. La discusión ahora incorpora a vendedores de vehículos usados. ¿Comprar tanques de segunda pero baratos en España? ¿O los siempre mencionados Oplot ucraniano, el T-90S ruso o el Leopard 2A6?
Pero, ¿y qué pasó con los tanques chinos MBT-2000 que desfilaron con los colores nacionales el 8 de diciembre de 2009 (ese desfile de fecha cambiada por el virus AH1-N1), en la gran Parada Militar del Campo de Marte? Como verán en el memorioso video, los cinco tanques abrieron el desfile de blindados, bajo el mando del general Richard Pitot, entonces jefe de la 18 Brigada Blindada del Ejército. Desde lo alto de la torreta del primer tanque, Pitot saludó marcialmente al estrado de honor, presidido por Alan García, que tenía la expresión severa que suele asumir todo político cuando pasa un cañón por delante.
Los tanques desfilaron, supuestamente, en ruta al fortalecimiento de la defensa nacional. Pero poco después desaparecieron.
De a pocos se supo que el gobierno aprista había cambiado de opinión y que ya no iba a comprar. De hecho, pocos meses después, los cinco tanques navegaban hacia puerto en China.
Y ese cambio de parecer, ¿fue gratis o le costó al país?
Costó, y no poco. Una investigación del periodista Carlos Hidalgo en Cuarto Poder reveló que el Estado peruano, a través del Ejército, había gastado alrededor de un millón de soles para pagar el desfile de los tanques.
Un millón de soles no es una fortuna fabulosa, pero tampoco es sencillo, sobre todo en un área como la de defensa nacional, donde falta todo.
¿A quién se le ocurrió despilfarrar ese monto en la vacua vanidad de un desfile, en un episodio en el que finalmente se termina haciendo el ridículo?
IDL-R planteó la pregunta a varios de los protagonistas de esa decisión. A partir de sus respuestas ha realizado la arqueología de la toma de decisiones con base en las declaraciones de esos meses comparadas con las de ahora.
¿Se iba a comprar o no se iba a comprar?
El entonces ministro de Defensa, Rafael Rey declaró, en entrevista con Carlos Hidalgo, que “hubo un acuerdo entre los presidentes de Perú y de China” para la adquisición de los MBT-2000. Y no por pocos: “como se iban a adquirir 100 tanques, que los chinos enviaran anticipadamente, sin compromiso para el Perú, las plataformas básicas del tanque que se iban a adquirir en China”.
El predecesor de Rey, Ántero Flores Aráoz, sostiene que los chinos, de la empresa Norinco, tomaron la iniciativa de enviar los tanques: “ellos (los chinos) mandaron los tanques de una señal de acá están los tanques”. [sic]
Pero, según José Antonio García Belaunde, canciller durante los cinco años del gobierno de García, el asunto se trató en una sesión del Consejo de ministros anterior al desfile: “Se informó que se iban a comprar los tanques (chinos), que habían llegado y que iban a desfilar”.
García Belaunde refuerza la versión que dio Rey entonces en el sentido que el gobierno de García había tomado la decisión de comprar los tanques chinos.
¿Por qué no se hizo?
Según García Belaunde eso fue porque el desfile resultó “una vergüenza”. “Fue un fracaso el desfile de esos tanques. Bastaba verlos desfilar y saber que se estaban equivocando. Era mejor parar eso. El costo era menor que tenerlos todos acá. Fuimos muy claros”.
Pero el entonces presidente Alan García parece no haber sentido la misma vergüenza.
Dos días después del desfile militar, el propio García anunció que la adquisición de los tanques iba viento en popa. “Yo sí considero que (la compra) es un hecho. Es por esa razón que pasaron esos cinco primeros tanques que ya están adquiridos en realidad, por eso es que pudieron desfilar”, dijo el entonces presidente.
Un día antes, Javier Velásquez Quesquén, el entonces premier, reafirmó la decisión de compra. Los tanques, dijo, estaban “en tránsito a una adquisición”. “Son tanques de alta tecnología que cuestan la tercera parte de lo que cuestan otros tanques de otros países”.
Y de repente “el tránsito a una adquisición” desapareció del radar.
En abril de 2010, Rafael Rey anunció que ya no se comprarían los tanques chinos. El 6 de ese mes declaró que la compra se postergaba y el 17 pasó a decir que se anulaba. “He decidido no comprar tanques” dijo Rey, “es más urgente tener helicópteros, aviones, hospitales de campaña”.
Sin embargo, Rey añadió que la cancelación no obedecía a que hubiera sentido la misma vergüenza que García Belaunde en el desfile. “El retroceso de las compras de los tanques no es por haya descubierto algún mal manejo y por eso haya preferido cortar… es solo cuestión de prioridad”.
Tiempo después, en entrevista con IDL-Reporteros en septiembre de 2012, Rey fue más allá. “Yo nunca estuve convencido de que fuera oportuno adquirir los tanques. En general cualquier tanque. (…) Yo sabía que la compra no se iba a realizar porque no me parecía lógico destinar recursos a eso”.
Además, añadió Rey, “no estaban iniciadas las conversaciones para la adquisición. […] No se había ni siquiera iniciado la negociación”. Encima, Rey había declarado a Carlos Hidalgo en 2011 que ni siquiera hubo una partida presupuestal para la compra.
Si ese fuera el caso, ¿por qué desfilaron tanques ajenos como si fueran propios? ¿Y por qué Alan García y Velásquez afirmaron que los tanques habían llegado como parte de una compra?
IDL-R intentó hacerle la pregunta al ex presidente García, pero éste mandó decir a través de uno de sus colaboradores en la universidad de San Martín de Porres que no iba a hablar sobre el tema “por el momento”.
Así las cosas, el último ministro de Defensa del gobierno de García, Jaime Thorne, tuvo la ingrata tarea de deshacer todo el proceso.
“Todo esto fue causado porque los tanques no debieron ser exhibidos en el desfile”, dijo Thorne a IDL-R.
Al final, mientras los empresarios chinos de Norinco protestaban y pedían una indemnización, Thorne terminó acordando los pagos de flete de transporte interno desde el Rímac hasta el puerto del Callao. Fue el pago del viaje de vuelta. Antes, en la gestión de Rey se había pagado el de ida. ¿El total? 896 mil 472 soles, solo en fletes, sin considerar gastos adicionales.
Para todo propósito práctico, se trató de dinero de la nación tirado al agua. Hasta donde se sabe, la Contraloría no ha investigado nada sobre el tema.
Dentro del Ejército, la abortada compra generó conflictos con el general EP Jorge Vega, jefe del grupo técnico encargado de hacer las especificaciones para la compra. Según Vega, el tanque chino no se ajustaba a dichas especificaciones.
El entonces comandante general del Ejército, general EP Otto Guibovich estuvo, en cambio, a favor de la compra y en contra del general Vega, sobre quien manifiesta una pobre opinión:
“Había gente (del grupo técnico) que se inclinaba poco profesionalmente a uno u otro tema.. (…)Fue un error poner a un individuo [Vega] tan poco serio y profesional”, dice Guibovich.
A su turno, Vega, entrevistado en Cuarto Poder, ha expuesto opiniones desfavorables de su antiguo jefe.
Tanto Vega como Guibovich están ahora en el retiro.