Alrededor de las 10 y 30 de la mañana de ayer martes, apenas concluida la primera parte del interrogatorio a Jorge Barata, en el que este había confirmado el aporte ilegal de 200 mil dólares a la campaña presidencial de Alan García, en 2006, por intermedio de Luis Alva Castro; ocurrió un hecho que preocupó a los fiscales y procuradores que participaron de la diligencia, que tuvo lugar en una sala del quinto piso del Ministerio Público Federal de Curitiba.
Al final de la declaración, cuando se estaba firmando el acta y luego abandonando la sala, el abogado Erasmo Reyna, que había asistido ya no como abogado de García sino del partido aprista, se acercó a Barata y le extendió la mano. Se la estrecharon cordialmente y tuvieron un diálogo corto pero significativo.
De acuerdo con diversas fuentes que estuvieron presentes, Reyna le dijo a Barata que García había sido como su hermano y que estaba muy dolido. Le habló también sobre el aprecio y la estima que García le había tenido al exejecutivo, con un tono que intentaba apelar a la empatía.
A continuación, Reyna sostuvo a Barata que García nunca le había pedido a este plata directamente y que aquí se trataba de hablar con la verdad. Barata le respondió que tomaría en cuenta lo que estaba diciendo, según fuentes de IDL-R.
El diálogo fue escuchado por varios de los asistentes que participaron del interrogatorio. Era un nutrido grupo, entre los que estaban los fiscales del equipo especial del caso Lava Jato, Rafael Vela, José Domingo Pérez y Wálter Villanueva; el procurador brasileño Orlando Martello, el abogado de Barata, Carlos Kauffman, los abogados de la constructora, Ricardo Weyll y Lourdes Carreño; y los procuradores ad hoc para el caso Lava Jato, Jorge Ramírez y Silvana Carrión.
De acuerdo con fuentes presentes, Rafael Vela, quien fue informado por otros asistentes de la conversación, caminó hacia donde estaba Barata para llamarle fuertemente la atención. Le dijo que esas cosas no podían suceder, que había un acuerdo de colaboración de por medio.
Vela lo hizo en un tono que todos en la sala escucharon.
Poco más de una hora después, cuando la diligencia del interrogatorio iba a ser retomada para hablar de los sobornos que Odebrecht pagó por el proyecto del Metro de Lima, Jorge Barata se acercó a Vela para pedirle disculpas. Igual hizo poco después su abogado, Carlos Kauffman. Barata dijo que por un reflejo de cortesía y de cordialidad le había respondido a Reyna, pero que él estaba comprometido con decir la verdad.
De hecho, hasta ese momento, el interrogatorio a Barata había transcurrido sin contratiempos.
Cerca de las 8 de la mañana, Barata llegó a la sede del Ministerio Público acompañado de su abogado, Carlos Kauffman. Dentro del edificio, en el quinto piso, lo esperaban los fiscales peruanos, el procurador brasileño Orlando Martello, los abogados de la constructora; y los abogados del partido aprista, Erasmo Reyna y José Pimentel; y Aurelio Pastor, en representación del exministro aprista Luis Alva Castro. Pocos minutos después llegaron los procuradores ad hoc para el caso Lava Jato.
La sala había sido acomodada como un aula de clases, para tener una mejor distribución del espacio. Hacia el frente fue puesto un pequeño escritorio donde se acomodaron siete personas, entre las cuales Martello, que dirigiría la diligencia, el fiscal Pérez, Barata y Kauffman.
Casi una hora después, alrededor de las 8 y 50 de la mañana, empezó la primera parte del interrogatorio a Barata, que giró en torno a cómo se hizo el aporte ilegal de 200 mil dólares a la campaña presidencial de Alan García en 2006, a través del exministro aprista Luis Alva Castro.
Barata relató a las autoridades peruanas que conoció a Alva Castro en los años 90, cuando tuvo a su cargo el proyecto Chavimochic, en Trujillo, en La Libertad. Desde esa época, dijo, forjaron una relación fluida.
Años más tarde, llegada la época de la campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2006, Alva Castro le pidió reunirse con él personalmente. Entonces Alva Castro era congresista del partido aprista por La Libertad. Durante la reunión, este le pidió un aporte para financiar la campaña de García.
Barata aceptó y acordaron que Odebrecht aportaría 200 mil dólares.
El dinero fue entregado a Alva Castro en cash, en cuatro o cinco armadas, por el propio Barata, algunas veces en el departamento de Alva Castro en San Isidro, otras en un local del partido aprista.
¿Cómo obtuvo el dinero Barata?
El Sector de Operaciones Estructuradas dispuso que doleiros dejaran el efectivo en la oficina de Barata. Al ser consultado sobre la identidad de estas personas, Barata dijo que no recordaba sus nombres.
Según Barata, durante la campaña electoral se reunió en algunas oportunidades con García, a quien ya conocía. García se mostró amable durante sus encuentros, sostuvo Barata.
De acuerdo con Barata, Alva Castro actuó en nombre de García y con conocimiento de este.
El exsuperintendente de Odebrecht en el Perú explicó a las autoridades que, en general, la práctica común era no tratar directamente con el candidato los asuntos de dinero. Y que eso era entendido así. Puso como ejemplo otros casos en los que la constructora financió campañas a políticos peruanos, cuyas negociaciones se hicieron a través de intermediarios. Habló de la campaña en contra de la revocatoria de Susana Villarán, la campaña municipal de Lourdes Flores y las campañas presidenciales de Ollanta Humala, PPK, Alejandro Toledo y Keiko Fujimori.
Barata dijo que solo en dos casos no se siguió el mismo patrón y hubo una comunicación directa con los candidatos para negociar el aporte o agradecer a la compañía por haberlo hecho, pese a que hubo intermediarios en el proceso. Mencionó a Susana Villarán, quien, según Barata, le pidió directamente 3 millones de dólares para la campaña contra la revocatoria; y a Ollanta Humala, que agradeció personalmente a Marcelo Odebrecht el aporte a su campaña.
Durante la diligencia, Jorge Barata confirmó que el seudónimo de Luis Alva Castro en las planillas del Sector de Operaciones Estructuradas fue ‘Laque’ y que ‘Apra’ fue el codinome del partido aprista. De acuerdo con Barata, él mismo asignó los seudónimos. El 6 de abril pasado, IDL-Reporteros había revelado, en el artículo ‘El Apra, ‘Laque’ y la Caja 2’, documentos del Sector de Operaciones Estructuradas que acreditaban solo aportes por 100 mil dólares.
La razón por la que solo se tiene hasta el momento registro de una parte de los aportes al partido aprista, de acuerdo con Barata, es porque en esa época el Sector de Operaciones Estructurados no había logrado una correcta sistematización de las operaciones. Recién a partir de 2008, el departamento de sobornos de la compañía empezó a funcionar de una manera organizada. Según Barata, posiblemente esos pagos fueron registrados por Isaías Ubiraci Chaves Santos, uno de los empleados más antiguos de Odebrecht.
Todos los pagos para la campaña de García, según Barata, se hicieron con recursos ilícitos, de la Caja 2 de la compañía.
Más coimas en el Metro de Lima
Al medio día, después del incidente con Barata, arrancó la segunda parte del interrogatorio a este, que trató sobre el pago de sobornos a los funcionarios técnicos vinculados al proyecto del Metro de Lima, adjudicado a Odebrecht (en consorcio con la constructora local Graña y Montero) durante el segundo gobierno de Alan García.
Barata relató a los fiscales que tenía información – sustentada en documentos del Sector de Operaciones Estructuradas – sobre pagos ilegales hasta ahora desconocidos a funcionarios que estuvieron encargados de los aspectos técnicos del proyecto del Metro. Dijo, por ejemplo, que el exviceministro de Comunicaciones, Jorge Cuba, actualmente en prisión preventiva por haber recibido coimas por cinco millones de dólares a través de la BPA, recibió dinero en efectivo que no ha sido aún declarado.
En ese sentido, Barata indicó que entregará al equipo especial Lava Jato cuatro mil folios con registros de pagos y planillas del Sector de Operaciones Estructuradas que contienen información sobre nuevos pagos de sobornos asociados al Metro de Lima.
Esto guarda relación con una declaración anterior de Carlos Nostre, en la que señaló que Odebrecht pagó más de 24 millones de dólares en coimas relacionadas al Metro de Lima. El dijo que él había pagado 10 de esos y dijo ignorar dónde fueron los otros 14.
Según Barata, esos 24 millones incluyeron los pagos de sobornos, el costo de operativizar los pagos de esas coimas, los pagos a los Nava, entre otros.
Sobre Graña y Montero, Jorge Barata dijo que sí participó en el pago de coimas por el Metro de Lima; y que José Graña estuvo al tanto. La modalidad fue la misma que en el caso de IIRSA Sur: Odebrecht asumió el pago de sobornos y luego Graña y Montero cedió gran parte de sus utilidades a la empresa brasileña para compensar las coimas pagadas por el Metro de Lima.
Hoy, a las 7 de la mañana, Barata volverá a ser interrogado por el fiscal José Domingo Pérez. El superintendente de Odebrecht deberá explicar, por la mañana, los pagos ilegales por más de 4 millones de dólares a Luis Nava, el exsecretario de Alan García. Nava no tuvo en ese tiempo ninguna autoridad legal en cualquier gestión relacionada con el manejo de la obra pública.
¿Fue Nava el beneficiario final de esos pagos o es que actuó como testaferro de otro? Lo tendrá que responder, entre otras cosas, el exjefe de Odebrecht en el Perú.