El jueves 23, el Consejo Nacional de la Magistratura le abrió dos procesos disciplinarios al fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia. Eso lo supo todo el mundo a través de un fofo comunicado del CNM.
Ese comunicado, sin embargo, olvidó de mencionar algunos de los motivos más importantes para procesar a Ramos.
Este, de paso, reiteró su posición de haber recomendado que se abra investigación penal a los fiscales que intervinieron la notoria “Centralita” en julio del 2011.
“Yo nuevamente me ratificaría (…) Aquella persona que sufre la invasión, el allanamiento de su domicilio sin autorización judicial es sujeta de una investigación y estarían incurriendo en un delito”, declaró a RPP.
Lo que olvidó de decir Ramos fue que cuando él hizo esa recomendación, ya los fiscales habían sido exonerados y el caso archivado por la Oficina Desconcentrada de Control Interno de El Santa. La resolución N° 304-2011, del 3 de noviembre de 2011, casi tres años antes de la decisión de Ramos, declaró improcedente la denuncia –formulada por el hoy fugitivo Martín Belaunde Lossio-. En dicho documento se concluyó que el requerimiento de allanamiento se realizó de acuerdo a ley y dentro de sus competencias.
Pese a la existencia de esa resolución, Ramos Heredia insistió en pedir la acusación penal en su informe. Como debe recordarse, los afectados por este hostigamiento institucional fueron los fiscales que intentaron investigar a la organización presuntamente criminal dirigida por el hoy encarcelado ex presidente regional de Ancash, César Álvarez.
Pero incluso el entonces fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, que antes había sancionado él mismo a los fiscales que investigaron La Centralita, no tuvo más remedio que calificar como “insubsistente” el informe de Ramos, emitido en febrero de este año, mencionando precisamente la existencia de la resolución previa.
Lo interesante es que Ramos sabía tanto como Peláez de la existencia de esta resolución. Y no fue una sino dos veces que conoció el contenido de la misma. Ambas veces decidió ignorarla. Y sin decir por qué.
Pero ahora tendrá que explicarlo al CNM.