Mientras la política nacional prosigue en su esperpéntica deriva, el periodismo de investigación de nivel internacional no descansa. El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), del que forma parte IDL-R, dio a conocer esta semana los resultados de una nueva filtración de decenas de miles de documentos dentro de los Pandora Papers, cuyas primeras revelaciones fueron publicadas a fines de 2021.
A continuación reproducimos la investigación sobre el empresario argentino Nicolás Caputo, firmada por los periodistas de La Nación, Hugo Alconada Mon y Maia Jastreblansky. (N. d R.).
Nicolás Caputo ingresó al blanqueo de capitales que impulsó en 2016 su íntimo amigo y exsocio comercial, el entonces presidente Mauricio Macri. Sinceró ante la AFIP fondos millonarios en dólares que mantenía en una cuenta bancaria en Suiza y que controlaba a través de una sociedad en las Islas Caimán.
El blanqueo de fondos de Caputo implicó la declaración de una arquitectura financiera que incluyó, además de la cuenta y la sociedad, un fideicomiso. Todo eso se encuentra, así, regularizado desde hace años y tributa por el total, lo que sustentó con documentación respaldatoria. Pero no fue suficiente para calmar a los sabuesos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Tras recibir información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el organismo recaudador inició en 2021 una fiscalización que todavía continúa abierta.
Tanto el sinceramiento fiscal como la inspección de la AFIP se centran en The Newman Trust, un fideicomiso que Caputo controla en las islas Caimán desde febrero de 2015 con la asistencia de Amicorp, una firma global que se dedica al gerenciamiento de este tipo de estructuras societarias, según surge de documentación a la que accedió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ en inglés), que integran LA NACION, Infobae y elDiarioAR.
A través de ese fideicomiso, Caputo asumió las riendas de una sociedad offshore a la que denominó Newman Ltd, con la que abrió, a su vez, una cuenta en el banco suizo Julius Baer. Tanto el fideicomiso como la firma offshore tienen denominaciones que aluden al colegio en el que estudiaron “Nicky” y Macri.
A los 63 años, Caputo es o fue accionista de empresas como Central Puerto, la constructora familiar Caputo, y Mirgor, que en una época tuvo al grupo de los Macri como socio. Semanas atrás su nombre volvió a cobrar notoriedad pública cuando la vicepresidenta Cristina Kirchner dio un discurso público en respuesta al alegato del fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad. Dijo que Caputo tenía vínculos de confianza con el exsecretario de Obras Públicas del kirchnerismo José López y reclamó que la Justicia lo investigara.
Cambios
Tres años después de ingresar al blanqueo, el entramado offshore de Caputo sufrió cambios en 2019, según corroboró LA NACION de documentación contable. El empresario cerró la cuenta bancaria en el Julius Baer que había informado a la AFIP y giró los fondos a otra cuenta en Suiza, en el Banque Pictet, que también declaró ante el fisco argentino.
Para entonces, el Julius Baer había acumulado numerosas controversias, tanto en la Argentina como a nivel global. Entre otros motivos, por su rol en el ocultamiento de fortunas vinculadas al FIFAgate, el escándalo que sacudió al fútbol. En 2016, el entonces presidente Macri informó que tenía una cuenta bancaria en la sucursal Bahamas de ese banco, que luego repatrió.
Consultados por el equipo argentino de ICIJ, en el entorno de Caputo confirmaron la existencia de ese entramado offshore y remarcaron que hoy el empresario tiene todo declarado ante la AFIP, por el total de sus activos, al tiempo que exhibieron documentación respaldatoria.
“Caputo paga impuestos en la Argentina por ese fideicomiso y la cuenta asociada desde que lo sinceró en 2016″, afirmaron cerca del empresario ante la consulta del equipo argentino de ICIJ, aunque no precisaron cuál sería el origen de los fondos depositados en Suiza.
De acuerdo a los documentos a los que accedió el equipo argentino de ICIJ, el empleado del bufete Amicorp que se encargó de las gestiones anotó en los formularios que el único controlante del entramado offshore era Caputo, por entonces dueño de Caputo SAIC y “accionista en las empresas Caputo SAICYF, Mirgor SA y Central Puerto”. En el formulario denominado “Know your client”, figura que los ingresos provenían de sus dividendos como accionista de esas empresas.
En la Argentina, de acuerdo a las opciones que habilitó la legislación local, Caputo blanqueó ante la AFIP la existencia del fideicomiso, al que le adjudicó el valor de 1 peso. Pero en mismo acto también informó la cuenta bancaria vinculada, con tenencias en dólares por las que pasó a tributar ante el fisco local. Los montos que sinceró permanecen en reserva.
Fiscalización masiva
En agosto de 2021, tras el cambio de Gobierno, la AFIP abrió numerosas fiscalizaciones a contribuyentes argentinos que se habían acogido al blanqueo. Entre ellos fue inspeccionado Caputo. Se iniciaron luego de que el organismo recaudador -que por entonces lideraba Mercedes Marcó del Pont- recibió de la OCDE información sobre argentinos con activos bancarios y financieros en el exterior.
En el caso de Caputo, según allegados al empresario, “la AFIP detectó una situación potencialmente anómala”. y buscó verificar por qué el socio y amigo de Macri declaró a The Newman Trust por apenas 1 peso.
Según pudo reconstruir LA NACION, los inspectores de la División Microcentro de la AFIP acudieron a la oficina del contador de Caputo –que también lo es de Macri y otras figuras públicas conocidas de los ámbitos más diversos- para buscar documentación respaldatoria, incluidos los resúmenes bancarios y los balances de la sociedad, que validarían que Caputo declaró el total de los activos de la cuenta en el banco Pictet, en Suiza.
En la misma línea, cerca de Caputo apuntaron que el “hermano de la vida” de Macri -en palabras del exmandatario- no es el único contribuyente que afronta una revisión de la AFIP similar, por lo que descartaron una motivación política.
Nicky Worlwide
De acuerdo a los documentos a los que accedió ICIJ, Caputo controló otra firma offshore, Nicky Worlwide Corporation, constituida en Panamá en 2009 para controlar una propiedad en el estado de Florida. A diferencia de The Newman Trust, el empresario declaró a esta firma ante la AFIP desde su creación, aunque ya no es suya.
En 2018 el mejor amigo de Macri vendió la sociedad –y, por tanto, el inmueble- a su hermano Jorge Antonio Caputo. El bufete a cargo de las gestiones operativas en Panamá colocó a los directores para que fueran cara visible de la compañía.
Así, a partir de mayo de aquel año, “Tonio” Caputo pasó a ser el único dueño y controlante de esa firma offshore, cuyos fondos -de acuerdo a los formularios de inscripción- correspondieron a “ingresos por negocios” vinculados a las empresas Central Puerto, Mirgor y Ecogas.
El equipo argentino de ICIJ está integrado por Ricardo Brom, Hugo Alconada Mon, Maia Jastreblansky (LA NACION), Iván Ruiz, Mariel Fitz Patrick, Sandra Crucianelli (Infobae) y Emilia Delfino (elDiarioAr)