Iván Vega era muy práctico y expeditivo.
En los días siguientes nos reunimos en fechas distintas con el mayor Harvey Colchado y el capitán Segundo Argomedo en el segundo piso de un restaurante de la Av. Canaval y Moreyra.
Después de recibir toda la información, Vega prometió darles su apoyo.
Yo les dije que la cercanía de Iván con el Presidente garantizaba que las operaciones que estaban realizando iban a contar con el apoyo de este; que coordinaran directamente con él y le hicieran llegar sus requerimientos.
Luego propicié una reunión con la jefa regional de la DEA y todos sus supervisores en un hotel miraflorino.
En la reunión, Iván Vega se presentó formalmente como viceministro de Orden Interno y encargado por el despacho presidencial de coordinar todas las operaciones contra Sendero Luminoso en el Alto Huallaga y el VRAE.
Iván garantizó el máximo apoyo, dijo que yo y él «conformamos un solo equipo» y que tenía su máxima confianza. Recordó el caso Zevallos y las represalias políticas que sufrió a raíz de este hecho.
Los americanos, encabezados por la jefa regional de la DEA, Lizette Yrizarry, estaban más que encantados por haberlo conocido.
Después del intercambio de tarjetas de presentación entre ellos, nos despedimos con la promesa de convocarme a la brevedad.
Nunca me convocó. Posteriormente me enteré que había llevado a los jefes de la DEA a Palacio de Gobierno para sostener una reunión privada con el presidente Humala.
Pero lo más importante para mí era saber que ahora sí las operaciones contra los senderistas en el Huallaga y el VRAE se verían reforzadas con un apoyo sostenido.
A veces cuesta reconocer méritos ajenos. Una vieja práctica, tanto en la vida política como en la policial, es desprestigiar o ningunear una buena acción, porque quien la hizo generalmente es objeto de envidias y antipatías.
Conmigo este gobierno tomó represalias por hechos que no cometí; pero como me niego a descender al nivel de los frustrados y resentidos que estuvieron detrás del fin prematuro de mi trabajo y mi carrera, he de reconocer que fue una buena medida que Iván Vega asumiera el cargo de viceministro.
Vega captó inmediatamente la situación; y apoyándose en los valiosos oficiales que le presenté, perfeccionó los procedimientos de intervención, conformando patrullas mixtas -como la Brigada Lobo- que llevaron a éxitos operativos en los años siguientes.
‘Artemio’ -Florindo Flores Hala- fue capturado el 11 de febrero de 2012, descalzo, malherido y abandonado por sus huestes en un paraje de Tocache-San Martín, en el Alto Huallaga. Los entonces mayores Harvey Colchado y Walter Lozano y todo su equipo tuvieron participación central en este hecho, obviamente contando con el apoyo decidido del personal militar que cumplió un rol importante.
‘William’ -Víctor Castro Ramírez–, fue muerto en una incursión militar el 5 de setiembre de 2012 en una zona de Llochegua-Huanta, en el VRAE.
‘Gabriel’ -Marco Antonio Quispe Palomino– y ‘Alipio’ -Alejandro Borda Casafranca-, importantes mandos de Sendero Luminoso fueron abatidos el 11 de agosto de 2013 en el curso de una operación militar en una zona de Llochegua-Huanta. En ambos casos fue fundamental la participación de los efectivos dirigidos por el entonces mayor Argomedo Vásquez.
No conozco los detalles de esas operaciones sino a sus protagonistas, pero la conclusión que saco es muy positiva. No se pudo haber elegido mejor personal policial y militar para esas misiones, en las que lograron un superlativo rendimiento operacional.
El resultado es también mérito del presidente Humala, pues al margen de desavenencias políticas o de índole personal, es un hecho que no se cegó por lo que podrían aconsejarle voces adversas, sino por lo contrario, hizo que uno de sus más estrechos colaboradores tomara la posta para continuar y perfeccionar la metodología de trabajo que se venía ejecutando contra el narcoterrorismo desde el gobierno anterior.
¿Qué falta agregar? En cuanto al panfleto atribuido a la facción senderista que lidera ‘José’ -Víctor Quispe Palomino- algunas reflexiones:
1. Me hacen un reconocimiento expreso como uno de los diseñadores de la estrategia «contrarrevolucionaria» en el VRAE, e identifican a mis oficiales Harvey Colchado, Walter Lozano y Segundo Argomedo, como los responsables de ejecutar las principales operaciones contra la organización terrorista.
Les faltó precisar que los dos primeros fueron los responsables de la inicial operación ‘Eclipse Huallaga’; y el tercero de manejar ‘Eclipse VRAEM’.
2. Critican a sus cuadros y militantes, que caen irresponsablemente en manos de las «fuerzas reaccionarias» por asumir actitudes autosuficientes y no sujetarse a las reglas del «Partido», incurriendo fácilmente en «liberalismo» y «anarquismo».
3. También acusan el golpe de la ‘Brigada Lobo’ y reconocen a Iván Vega como su principal mentor; lo declaran su más encarnizado enemigo y tratan de minimizar sus éxitos. Cuando más insultan más sienten los golpes que les viene asestando.
4. Se han dado cuenta que sus masas cautivas y retenidas a la fuerza, se están entregando voluntariamente a las fuerzas del orden. Situación peligrosa para ellos, pues se vienen quedando sin bases de apoyo, que cumplían principalmente tareas de producción y contravigilancia.
5. Sienten que el enemigo ha infiltrado hasta las masas de los pueblos de la periferia y a esos «soplones» los responsabilizan de las ultimas caídas (detenciones o muertes) de sus militantes.
6. Identifican claramente el apoyo norteamericano en este proceso. Eso no deja de ser cierto en asuntos de tecnología y logística; pero el diseño y la ejecución de las operaciones es de manejo peruano.
7. Debido a la caída de toda la dirigencia de Sendero Luminoso y la virtual desaparición del Comité Regional del Huallaga, ellos suscriben su comunicado como «Comité Central» del Partido Comunista del Perú. Esto significa en la práctica que se sienten el ultimo bastión del senderismo en nuestro país y que en el VRAE librarán sus ultimas batallas por sobrevivir o desaparecer.