Rogério Santos de Araújo fue el ejecutivo de Odebrecht responsable del área de desarrollo de negocios en el sector de ingeniería industrial que negoció y acordó el pago de coimas con los ex altos funcionarios de Petrobras, a cambio de que la compañía fuera favorecida con contratos. En marzo del año pasado fue condenado a 19 años y cuatro meses de prisión por los delitos de corrupción, lavado de dinero y asociación criminal. Meses después se convirtió en delator premiado junto a otros 77 funcionarios de Odebrecht para confesar los crímenes cometidos en Brasil y en el extranjero.
En su confesión del 12 de diciembre pasado ante los procuradores brasileños en Sao Paulo, el ex funcionario de Odebrecht relató que hacia el año 2010, durante el segundo mandato aprista, Petrobras “tenía como estrategia utilizar sus reservas de gas [operaba el lote 58 y tenía una participación en el lote 57] y el gobierno peruano tenía interés en transportar este gas hacia el sur del país. En esa conjunción de intereses nació el Gasoducto Sur Andino o Gasoducto del Sur”.
De hecho, el ministerio de Energía y Minas había suscrito dos años antes, en setiembre de 2008, un contrato de concesión con la empresa Kuntur Transportadora de Gas S.A.C, para la construcción de un sistema de transporte de gas natural desde los yacimientos ubicados en la región del Cusco que llegaría hasta 16 provincias del sur del país.
El proyecto había surgido como una iniciativa de Kuntur, entonces controlada por Latin Power III, L.P., uno de los fondos de capitales privados administrados por la firma Conduit Capital Partners. La inversión del proyecto estaba calculada en ese momento en alrededor de mil 350 millones de dólares.
«Estaba acordado con João Augusto el pago de propinas para el PMDB, que serían definidas, cuando el proyecto fuese viabilizado».
Un mes antes de la firma de ese contrato, Kuntur había llegado a un acuerdo con Odebrecht mediante el cual esta se incorporaba al consorcio que desarrollaría y construiría el proyecto del Gasoducto Andino del Sur. En 2011, Odebrecht compró la mayoría de acciones de Kuntur Transportadora de Gas.
Según el testimonio de Rogério Santos de Araújo,“para desarrollar ese proyecto fue suscrito un Memorando de Entendimiento (MOU) entre la Constructora Norberto Odebrecht y Petrobras, siendo Jorge Zelada el signatario responsable para dar soporte y formación de un Grupo de Trabajo para desarrollar los estudios pertinentes para su ejecución. Estaba acordado con João Augusto el pago de propinas para el PMDB, que serían definidas, cuando el proyecto fuese viabilizado”.
Jorge Zelada, que entonces ocupaba el cargo de director del área Internacional de Petrobras, estuvo ligado al PMDB. Desde esa posición jugó un rol protagónico en el esquema de corrupción y lavado de dinero en la estatal petrolera. En febrero del 2016 fue condenado por el juez Sergio Moro a 12 años y dos meses de prisión.
João Augusto Rezende Henriques, a su turno, era el lobbista y operador del partido político del mandatario brasileño Michel Temer – el PMDB – en Petrobras. El año pasado fue condenado a seis años y ocho meses de prisión por corrupción y lavado de dinero.
El pago de coimas no se concretó, según Santos de Araújo, “porque Petrobras vendió sus reservas de gas en Perú”.
Lo hizo en noviembre de 2013. Vendió sus activos a la petrolera China National Petroleum Corporation (CNPC) por US$2,600 millones. Esto incluyó el 100% de derechos para operar el Lote X, ubicado en Piura; el Lote 58; y el 46.16% de la participación que tenía en el Lote 57, que está en la selva del Cusco.
Al año siguiente, el gobierno de Ollanta Humala volvió a concesionar el proyecto del Gasoducto del Sur. El contrato fue adjudicado al consocio integrado por Odebrecht y la española Enagás, por más de 7 mil millones de dólares.
(*) Este reportaje es parte de las publicaciones de la Red de Investigaciones Periodísticas Estructuradas, integrada por periodistas de Armando.info en Venezuela; La Nación de Argentina; La Prensa de Panamá; Sudestada de Uruguay; e IDL-Reporteros de Perú.