Hubo cosas sorprendentes en los testimonios confesionales dados por Marcos Grillo y Sergio Nogueira en Curitiba, el lunes 18 y el martes 19.
En las cortes y fiscalías, largos períodos de tedio son súbitamente interrumpidos por revelaciones que galvanizan la atención, rompen las expectativas y cambian el curso de los procesos.
No se llegó a eso estos dos días, pero estuvo cerca o, más precisamente, estuvo en el camino. Este martes, Nogueira empezó contando el pequeño misterio que encontró cuando se hizo cargo del proyecto de IIRSA Sur (tramos II y III), como director de contrato.
En el presupuesto de gerencia (donde, se supone, está la información formal y la clasificada) encontró un “monto suelto” de alrededor de 45 millones de dólares.
Nogueira Panicali le preguntó sobre ello a su predecesor, Luiz Weyl, y este le respondió con la frase más utilizada en el caso Lava Jato en Perú: “Pregúntale a Barata”.
Tardó un tiempo en hacerla. Al fin, intrigado por ese ‘monto suelto’, Nogueira Panicali le hizo la pregunta de los 45 millones a Barata.
La primera respuesta de este fue críptica. Barata le dijo que iba a hacer una reunión con todos los socios del consorcio IIRSA Sur para discutir el monto, que “debería distribuirse entre todos”.
El 15 de febrero de 2011, en un salón de directorio en las oficinas de Odebrecht, se reunieron los socios del consorcio IIRSA Sur, para discutir de dónde venía, a qué se atribuía ese monto suelto.
Según declaró Nogueira Panicali, ahí Barata les explicó en forma directa a sus socios de qué se trataba:
Los 45 millones de dólares eran, dijo, “los gastos ilícitos para la conquista del proyecto”.
Los socios aceptaron sin chistar, tal cual recuerda el testigo, la explicación.
Quedaron en que iba a figurar bajo el rubro de “riesgos adicionales” y que ese costo se repartiría proporcionalmente entre los socios.
Odebrecht recibió de sus socios, 14 millones de dólares por concepto del 30% de los “riesgos adicionales”. El monto global era, entonces, de un poco más de 45 millones.
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Si Toledo fue sobornado con 20 millones dólares y Juan Carlos Zevallos con 750 mil dólares, ¿quién o quiénes recibieron el resto?
Barata lo dirá. Es casi seguro que indique que una parte no desdeñable de esa suma corresponde a gastos de transacción ilegal. El pago a los traficantes de divisas, transferencias y otros. Aún así, lo más probable es que la mayor parte de esa suma se haya destinado a pagar sobornos.
Entonces, la confesión de Nogueira Panicali tiene dos revelaciones importantes:
– Que el “dinero ilícito” que se usó en IIRSA Sur para “conquistar el proyecto” sumó 45 millones de dólares.
– Que todos los socios del Consorcio IIRSA Sur lo supieron y lo aceptaron, si no antes, en la fecha que Barata se los informó: el 15 de febrero de 2011 en una sala de directorio de Odebrecht.
Es probable que haya varias peticiones de colaboración eficaz en el futuro cercano. Como varios de los ex socios sospecharán que Barata va respaldar su testimonio con pruebas documentales, es posible que varios prefieran tomar la iniciativa en colaborar antes de que la Fiscalía actúe sobre ellos.
De abogado a árbitro
Durante el interrogatorio, Sergio Nogueira indicó que cuando fue director de contratos del proyecto IIRSA Sur, hubo varias fricciones con el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran). Es en ese contexto que un abogado de Odebrecht, Carlos Ruiz, le presentó a Horacio Cánepa para que actúe como abogado de la constructora.
Según Nogueira, sostuvo una reunión con Cánepa en la que acordaron que este actuaría como abogado de la compañía. Le pagarían 25 mil dólares por presentar una demanda arbitral, otros 25 mil por darle seguimiento a la demanda y un fee de éxito del 1% del monto en litigio cuando el laudo fuera ganado por la compañía.
El ex ejecutivo de Odebrecht en Perú dijo que cuando dejó el proyecto IIRSA Sur para hacerse cargo de la Central Hidroeléctrica de Chaglla, fue Ronny Loor Campoverde – exdirector de contratos de IIRSA Norte – quien pasó a manejar todos los asuntos relacionados a los arbitrajes. Luego, Nogueira Panicali se dio con la sorpresa que en lugar de actuar como abogado, Cánepa había pasado a ser árbitro.
De acuerdo con información analizada por IDL-Reporteros, hubo 23 arbitrajes entre el Estado y el consorcio empresarial liderado por Odebrecht para la construcción de los tramos II y III de la Carretera Interoceánica Sur (Conirsa); de los cuales el Consorcio ganó 19, por un monto total de 134 millones 529 mil 616 dólares. ¿Cuánto ganó el Estado? Cero, punto, cero. (Ver: Arbitrajes a la Odebrecht).
Cuando Grillo cantó
Como verán en el vídeo adjunto, Marcos Grillo se toma su tiempo para explicar las cosas.
En su testimonio del lunes 18, ante el fiscal José Domingo Pérez, parece que el ex encargado de la “generación de recursos” para el Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, creyó necesario contar en detalle las diferencias entre lo que él hacía (sacar dinero de los proyectos para canalizarlo al sector de coimas), pero que ambas áreas estaban rigurosamente separadas la una de la otra y que él no conocía el trabajo del Sector de Operaciones Estructuradas.

Algunos de los asistentes al interrogatorio coincidieron con que la larga explicación de Grillo minaba la paciencia y despertaba la exasperación, de José Domingo Pérez. ¿Se iba a repetir la primera parte del interrogatorio, meses atrás, a Carlos Nostre que estuvo a punto de acabar mal por la mañana, antes de componerse en la tarde?
Según testigos presenciales, Grillo pareció percatarse de estar dando al fiscal la impresión de querer presentarse como inocente. Y ahí cambió su actitud.
“Es obvio que yo hice actos ilícitos, criminales”, afirmó Grillo con énfasis, de acuerdo con versiones concurrentes. “Maldigo el día que acepté el encargo de Marcelo [Odebrecht]”, añadió.
En cuanto al pago a Alan García, Grillo sostuvo que era igualmente obvio que se trataba de un pago ilícito, que se creó un contrato “ficticio, espurio, simulado”, que se le puso fecha atrasada; y todo eso para esconder el origen del pago.
La claridad e intensidad que puso Grillo en su declaración le dio un carácter inequívoco a su testimonio.
En una declaración escrita por él en diciembre de 2016, y entregada a los procuradores brasileños como parte de su delación premiada, Grillo explica cómo ingresó al área de generación de recursos para, básicamente, sobornos.
“En enero de 2010, a partir de la convocatoria de Marcelo Odebrecht, ingresé a este programa de apoyo, en reemplazo de Jorge Alonso. Por lo que sé, él estuvo a cargo de ese programa durante por lo menos diez años. La propuesta – que fue hecha por Paulo Cesena, entonces director financiero de Odebrecht, a pedido de Marcelo Odebrecht, enfatizando que era una misión para la cual contaba con la confianza de los accionistas.
Me sentí incómodo, me sentí obligado a corresponder a las expectativas depositadas en mi. De hecho, sentí que si rechazaba la propuesta, eso podría perjudicar mi línea de carrera en el grupo. Permanecí en el programa hasta agosto de 2015, atendiendo a las demandas de los directores de contratos y de los directores superintendentes de los países (…). El programa era de evasión fiscal y tenía como principal objetivo la reducción tributaria de los proyectos en el exterior o en Brasil, como consecuencia de la generación de Caja 2.
Hasta agosto de 2015 me dediqué a todas las actividades del programa, en virtud a la decisión empresarial de Marcelo Odebrecht de descontinuar tales operaciones”.
En esa misma declaración, menciona a José Américo Spinola en la descripción de las acciones delictivas de su oficina.
“… Odebrecht tenía unos procuradores que habían sido recomendados por abogados que trabajaban para nosotros, como José Américo Spinola y que actuaban como beneficial owner para abrir cuentas bancarias. Las empresas tenían acciones al portador”.
Y en los siguientes vídeos, tomados durante la diligencia de su delación premiada en Uberlândia, en el estado de Minas Gerais, Grillo confesó por primera vez, entre otras cosas, quién era Visamark.