Conforme pasan los días desde la realización de la operación militar en Yanajanca, las descripciones de la misma varían tanto según las fuentes, que pudiera suponerse que en lugar de haberse realizado en Yanajanca, el operativo tuvo lugar en Rashomón.
El comunicado 025-2010 del Comando Conjunto, emitido el 29 de septiembre, un día después del operativo, describe una acción que formaría parte de un plan, el “Plan Agente Septiembre 2010”, con resultados, si no espectaculares, por lo menos interesantes: seis detenidos, uno de los cuales es descrito como “mando político activo” de Sendero y otro como “encargado de comunicaciones”. También la intervención de un “megalaboratorio de elaboración de pasta básica de cocaína” y la detención de otros cuatro “presuntos narcoterroristas”.
Pero el operativo contó con la presencia del fiscal de Aucayacu, Ricardo Agüero, quien fue apresuradamente convocado por los militares en ruta hacia Yanajanca. Agüero se hizo acompañar por una escolta policial de la comisaría de Aucayacu, que salió sin avisar al jefe del Frente Policial Huallaga, general PNP Marlon Savitzky.
Agüero estuvo presente durante las detenciones y la intervención al laboratorio de droga. Y de acuerdo con gente que estuvo presente, la visión de Agüero fue completamente diferente a la de los militares.
Según las fuentes, Agüero habría sostenido que en ninguna de las casas de los detenidos se encontró material incriminatorio. Por eso, añaden, el fiscal procedió a darle libertad a todos los detenidos. Agüero habría reconocido que el lugar de procesamiento de drogas era importante, pero que estaba vacío y que los detenidos por presunto narcotráfico eran personas a las que se arrestó en una vivienda situada a por lo menos un kilómetro de distancia. Uno de los detenidos habría tenido consigo una cantidad mínima de droga, dentro de la dosis de consumo y no de narcotráfico.
En cuanto a los dos detenidos por presunto senderismo: Ramón Mayta Pérez y Toribio Atanacio Quito, Agüero habría determinado que a ninguno de ellos, un agricultor y un botero, se les encontró nada que los vincule con Sendero. Esas habrían sido las razones, según fuentes conocedoras del fiscal, por las que éste habría ordenado la libertad bajo comparecencia de los detenidos.
Esas conclusiones fueron enfáticamente discutidas por el coronel EP Ricardo Rosado, quien comandó las patrullas que incursionaron en Yanajanca.
“Yo tengo las pruebas de que Mayta y ‘Chavinillo’ (Atanacio) forman parte de SL” dijo Rosado a IDL-Reporteros, “ y que las otras cuatro personas forman parte de una firma del narcotráfico”.
Rosado sostuvo haber entregado un informe al fiscal, detallando sus pruebas y la información de los colaboradores del Ejército que lo habrían llevado a decidir el operativo. La entrega del documento se habría realizado el viernes 1 por la mañana.
Fuentes vinculadas con el Frente Policial Huallaga tienen a su vez una tercera versión. En primer lugar, indican que no todos los detenidos fueron liberados. El viernes 1, sostienen las fuentes, quedaban dos detenidos en Aucayacu: Aniano Acuña Ruiz, el supuesto ‘químico’ del ‘megalaboratorio’ y Francisco Cachique Saldaña, también detenido por narcotráfico.
Según el coronel Rosado, “la liberación de los detenidos es plena responsabilidad del fiscal. Él tendrá que responder por esto… estamos haciendo un informe detallado y ya lo puse en conocimiento del general Savitzky… hay un plazo de 15 días para hacer las investigaciones y ‘Chavinillo’ fue liberado a las horas de ser detenido”.
Pero fuentes cercanas a Agüero indican que éste se reafirma en que no hubo ninguna prueba como para sindicar de senderista o narcotraficante a ninguno de los detenidos. “La finalidad del operativo” dice una de las fuentes “era capturar a [los líderes senderistas] ‘Jonathan’ y ‘Cubillas’… como no se los encontró en sus viviendas, capturaron luego a ‘Mayta’ y ‘Chavinillo’.
Lo que sí habría reconocido el fiscal es que el laboratorio de procesamiento de cocaína era grande: “Había un grupo electrógeno, dos hornos microondas, un destilador de úrea e insumos químico. También se encontró muchas municiones” dice una fuente bien informada. Pero, como se ha indicado, los detenidos por presunto narcotráfico estaban a más de un kilómetro del laboratorio.
Una evidente anormalidad en el operativo fue no haber informado al jefe del Frente Policial Huallaga sobre su realización. Eso lo reconoce el propio Rosado. “Dice que cuando le dieron la información estaba en Madre Mía” dice una fuente policial en el Huallaga, “y que por eso no le quedó tiempo para llamar. Pero pudo haberlo hecho en Aucayacu. [Rosado] se excusa con que no quiso hacerlo porque de repente los teléfonos estaban chuponeados”.
Respecto de las contradicciones entre el coronel y el fiscal, las fuentes policiales del Huallaga, que sostienen no querer ahondar las diferencias con el Ejército, dicen que el problema “fue una cuestión de procedimientos… ellos no le dieron a conocer la información al fiscal… vamos a tener una reunión [para explicar los procedimientos]”.
Por lo pronto, las fuentes vinculadas con la Dirección contra el Terrorismo, de la PNP, tienen un punto de vista mucho más cercano con Agüero que con el coronel Rosado. Según ellos, ninguno de los capturados por presunto terrorismo tenía importancia en el aparato senderista de Yanajanca.
¿Por qué ha habido tal descoordinación en la realización de estos operativos? Diversas fuentes indican que no es la primera vez. Hace pocas semanas, un grupo de la Digimin (Dirección de Inteligencia del ministerio del Interior) llegó al Alto Huallaga y se lanzó solo a la caza de ‘Artemio’, confiando, todo indica, en su fuente de información, que no resultó mejor que la del coronel Rosado.
Los operativos independientes y sin coordinación se han intensificado desde que se hizo público el ofrecimiento de recompensa por 5 millones de dólares que ofrece Estados Unidos por información que lleve a la captura de ‘Artemio’.
El resultado de esta carrera tras una recompensa llamada ‘Artemio’, de esta caza del tesoro, es hasta ahora de una patética insuficiencia. La codiciosa competencia lleva a no compartir inteligencia (que proviene casi siempre de informantes). De hecho, la demanda parece haber creado algo así como un mercado negro de informantes, en donde se mezclan el conocimiento y la superchería.
El hecho es que hasta ahora la carrera por los cinco millones ha producido varios casos de falta de disciplina y organización operativa, sin ningún éxito que sirva de contrapeso.