Desde el comienzo de su labor, en la segunda parte de 2018, el Equipo Especial para el caso Lava Jato –en particular Rafael Vela y José Domingo Pérez– tuvo en Jaime Villanueva al comentarista que exaltaba la eficacia y gloria de sus acciones y las comentaba, en tono a veces cercano al panegírico, aunque nunca lejos de la verdad, en sus artículos y redes sociales.
El 10 de octubre de 2018, Villanueva escribió en su Facebook que:
Y añadió que (el 13 de octubre de 2018):
El primero de enero de 2019, en medio del drama por el intento de Chávarry de destituir a los fiscales del Equipo Especial, Jaime Villanueva publicó un artículo en La Mula: “Fue bueno mientras duró”.
“En lo personal” empezó Villanueva el texto, cuando no se conocía aún el desenlace del enfrentamiento con Chávarry “tengo el honor de haber conocido de cerca el trabajo de Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez Gómez que, en cumplimiento de la Constitución, nos representan a todos en esta lucha que hoy nos convoca. He sido testigo cercano de todo su esfuerzo e integridad en la lucha contra la corrupción, así como también del acoso al que han sido sometidos desde que se atrevieron a solicitar la prisión de Keiko Fujimori”.
Dicho lo cual, pasó al recuento y a la ofensiva.
“Lo que es importante que se sepa es que esta ha sido y seguirá siendo una dura batalla. Desde que Gustavo Gorriti publicó la famosa anotación en el celular de Odebrecht: Aumentar 500 para Keiko, e eu fazer visita y debajo las ya consagradas iniciales de la corrupción: AG, se abrió una nueva etapa en esta historia. Se abrió la posibilidad de incluir, gracias a las gestiones de Rafael Vela, un nuevo fiscal que se ocupara de esta investigación: José Domingo Pérez. De inmediato, Alonso Peña Cabrera Freyre, siempre presto a servir al amo de turno, le señaló a Pérez que sobre AG no se pregunta y derivó, ilegalmente, sólo esta parte de la investigación a Hamilton Castro, para que haga con ella lo que mejor sabe hacer: nada. Ocultar la información y mantener en la impunidad a los miserables que tanto daño han hecho al país con sus latrocinios.
Pese a ello se siguió avanzando con lo que se tenía. Al menos ahora se podía hacer algo. Fue así como las investigaciones a Keiko Fujimori fueron avanzando y se produjeron los allanamientos a los locales de Fuerza Popular, y lo que no se hizo en tres años se empezó hacer en tres meses […] Lo que no calculó Pedro Chávarry era la absoluta autonomía, valentía y honestidad de Rafael Vela y José Domingo Pérez”.
Como se recuerda, el avance de las investigaciones en el caso Lava Jato enfrentó desde sus inicios, pugnas, luchas y, sobre todo, calumnias.
En un tuit el 16 de setiembre de 2020, Villanueva escribió, palabras que, vista la situación actual, pudieran describir el presente, sino fueran, como fueron, la invariada realidad de entonces y de ahora. Escribió que:
Luego promovió en sus redes sociales las entrevistas en las que los fiscales del caso Lava Jato exponían sus avances, como en esta entrevista de IDL-R realizada el 10 de noviembre de 2021 por Facebook Live.
Después, en 2022, pocos meses antes de dejar el gobierno de Pedro Castillo para volver, con Patricia Benavides, a la Fiscalía de la Nación, Villanueva mencionó elogiosamente un artículo de José Domingo Pérez sobre, en sus palabras:
A la vez, Villanueva no ahorraba, en esos tiempos, esfuerzos en difundir denuncias e investigaciones sobre la ultraderecha, como hizo con esta investigación de IDL-Reporteros sobre Rafael López Aliaga en abril de 2021, que Villanueva retuiteó.
Y también retuiteó el tuit de IDL-Reporteros describiendo un ataque más de ‘La Pestilencia’ y la pasividad de la Policía. Esto fue el 23 de abril de 2022.
Unas semanas después, sin embargo, desde julio de 2022, Jaime Villanueva cambió de bando (porque lo tenía) con la fluidez de un prestidigitador a quien la sorprendente transición no le mueve ni una ceja.
Después de pocas semanas de ejercer su nuevo cargo de asesor (el principal, sin duda, de la fiscal de la nación) empezó a atacar con virulencia al gobierno de Castillo, al que acababa de servir hasta julio (“El corrupto golpista” escribió el 21 de abril de este año). A la vez, se atenuaron y luego cesaron los elogios al Equipo Especial; y, en medio de la campaña de intensificados ataques a los fiscales Vela y Pérez Gómez, sobre todo desde 2023, empezó a percibirse una mano furtiva cuya huella se hizo paulatinamente clara.
Para el Villanueva de 2023, la condecoración del investigado (por lavado de dinero) López Aliaga a la fiscal de la nación, y los “me gusta” a los tuits de la derecha y ultraderecha, se hicieron parte cotidiana de su nueva realidad. Como este “me gusta” a un tuit de la congresista Lady Camones festejando la promulgación de una ley sobre los juegos de azar, asunto en el que Camones parece tener un especial interés.
¿Qué pasó? ¿El cambio de bando fue solo un caso de desfachatado oportunismo?
El oportunismo y el apetito por el poder son solo parte de la explicación. No se trató solo de un cambio de puesto burocrático, de los tres ministerios en el gobierno de Castillo en los que trabajó Villanueva, a la Fiscalía de la Nación, con sus nuevas agendas. Fue algo más complicado que eso.
Porque Villanueva no solo fue un funcionario de confianza del gobierno de Castillo, sino alguien que declaró con vehemencia su afinidad ideológica con ese régimen, e hizo esfuerzos por integrarse a las supuestas estrategias de defensa de este. Hasta que pasó a la Fiscalía de la Nación, en julio de 2022.
Su enfática adhesión a “los ideales” de ese gobierno fue categórica y reiterada, con el lenguaje de un radical sin fisuras, como pudo comprobar IDL-R, leyendo mensajes de esos meses. Nada de “compañero” con él, sino camarada. El sorprendente camarada Villanueva, nada menos.
Desde octubre de 2021 hasta febrero/marzo de 2022, hubo un interesante diálogo por Whatsapp entre Jaime Villanueva con el abogado penalista Raúl Noblecilla. Izquierdista convencido, Noblecilla había, dejado, en gran parte, de lado sus casos penales (fue, entre otros, abogado de Luis Nava en el caso Lava Jato), para participar en el gobierno de Castillo, lo cual, incluso para una persona con convicción sincera, requería un grado considerable de estoicismo y quizá otro parecido de ingenuidad.
En octubre de 2021, Noblecilla trabajaba como asesor del congresista Guillermo Bermejo y Villanueva para el ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del gobierno de Castillo. Ambos se conocían desde hacía un tiempo y mantenían una relación cordial.
Ese mes, Villanueva publicó un artículo en Sudaca con una crítica modulada al gobierno de Castillo. Uno de sus párrafos decía:
“En lugar de advertir estos peligros que pueden dar fin a su gobierno el presidente ha optado por brindarle toda la protección posible a los líderes de su partido sindicado como una organización criminal. El nombramiento del abogado del los “Dinámicos del Centro” como ministro del interior, es decir, el jefe político de la policía encargada de la captura de los prófugos partidarios del presidente, de los seguimientos y probables capturas de los que aún están siendo investigados tiene un objetivo claro garantizar la impunidad de los que vayan a resultar culpables”.
En el chat de whatsapp, Noblecilla lo reconvino así:
Y Villanueva contestó de inmediato lo siguiente:
Entre “camaradas”, la crítica y la autocrítica deben entenderse como parte del razonamiento dialéctico que permite una eficaz comprensión de la realidad (aunque, en los hechos, rara vez lo logre).
El primero de enero de 2022, Villanueva le deseó un feliz año a Noblecilla con el siguiente mensaje:
¿Qué victorias había que consolidar en la seguidilla de contrastes y derrotas de esos días? No lo explicó.
En febrero de 2022, el camarada Villanueva tuvo un interesante intercambio, por mensajes de voz, con Noblecilla.
En el primero, Villanueva dijo estar preocupado “por la situación que está viviendo el país, especialmente el gobierno del profesor Pedro Castillo”.
No era para menos; entre el primero y el ocho de febrero, el Perú tuvo tres primeros ministros. El uno del mes, Castillo aceptó la renuncia de Mirtha Vásquez. Al día siguiente juramentó el gabinete encabezado por el congresista Héctor Valer. El 6 de febrero, Valer renunció cuando salieron a la luz denuncias por maltrato familiar. Y el 8 de febrero juramentó el gabinete presidido por Aníbal Torres.
Juan Carrasco, que contrató a Villanueva, había dejado de ser ministro de Defensa el primero de febrero; y Félix Chero solo habría de contratarlo como asesor en el ministerio de Justicia, a fines de marzo. Así que quizá valga la pena tener en cuenta que aquel 5 de febrero Villanueva pudiera haberse encontrado “entre dos trabajos”, sin saber entonces cuál sería el siguiente.
Villanueva, que mandaba ese mensaje de voz a Noblecilla, le dijo, “… porque eres la persona que yo conozco más cercana y creo también, estoy seguro de eso, con los ideales más fuertes, nobles para seguir adelante con este proceso que lamentablemente se ve amenazado, creo yo, de manera muy fuerte […] Yo he sido y soy crítico del gobierno, pero creo que este es el momento de sumar fuerzas […] para preservar lo que se ha ganado, para no dejarnos arrebatar esta victoria popular y para devolverle esperanza a nuestro pueblo”.
A continuación, Villanueva ofreció participar “en bien de este gobierno”.
“Cuenta conmigo, Raúl, para lo que sea necesario, para lo que se pueda hacer en bien de este gobierno, en bien del país. Tú sabes que nos unen principios, que nos unen ideales, que nos une la honestidad y el amor por el país [sic]. Quiero que sepas, quiero que tengas mi plena solidaridad contigo, con el gobierno, con Guillermo [Bermejo], con todas las personas que, yo sé, están apoyando fervientemente que no se caiga este proceso. Es un momento crítico, pero estoy seguro que con esperanza, con fe, con unión, vamos a poder salir adelante. Un abrazo, estimado camarada”.
Tal cual. Dicho en febrero de 2022.
Noblecilla, impresionado, según se ve, por la elocuencia revolucionaria de Villanueva, respondió agradeciendo a este por “la sinceridad” de sus palabras, “y por la preocupación que desde luego reconozco a favor del país y a favor de que esta idea de hacer justicia social no quede, pues en una intención”. Y le prometía tener pronto “el almuerzo pendiente” que le había pedido Villanueva.
En su respuesta a Noblecilla, además de seguir hablando sobre un almuerzo que tendría, al parecer, relevancia estratégica (o, por lo menos, laboral), Villanueva afirmó que no se podía darle a la derecha “un centímetro más de acción”. “Yo te escribo,” continuó, “te mando este mensaje porque siento que son momentos cruciales para el gobierno, para el país, para defender el proceso y me parece que es un momento en el que el gobierno necesita no solo de más aliados, sino también de vocerías fuertes, de más participación, de más personas que puedan salir a explicar y defender lo que se está haciendo. Ya seguiremos conversando, entonces, en el almuerzo de la próxima semana. Otro abrazo, camarada”.
Escuchen a continuación, en las propias voces de los personajes, la secuencia de tres mensajes intercambiados entre Villanueva y Noblecilla durante la mañana del 5 de febrero de 2022.
En los meses siguientes, la derecha no solo avanzó centímetros sino metros y hasta cuadras, mientras el régimen de Castillo, presa de su deshonestidad e incompetencia, se desmoronaba en cámara lenta. Eso mientras Villanueva proclamaba a sus camaradas que, con Noblecilla, con Bermejo, le unían “principios, … ideales, … la honestidad y el amor por el país”.
De la honestidad mejor no hablemos. En cuanto a los principios, es probable que Villanueva tuviera los de Groucho Marx: “¡Estos son mis principios! ¡Y si no le gustan… tengo otros!”.
Y vaya que el camarada Villanueva tuvo un arsenal de ellos, los que hagan falta, como empezó a demostrar poco después, hasta el día de hoy.