El 7 de agosto pasado, IDL-Reporteros publicó, en portada, la nota “El cartel ‘fáctico’ de las medicinas”, una investigación periodística de Paolo Benza sobre el “valor desproporcionado que las clínicas fijan para sus medicamentos”. La compañía editora de una publicación descrita en la nota, la revista Kairos, envió luego a IDL-Reporteros una carta notarial que publicamos aquí y respondemos a continuación.
Respuesta de IDL-Reporteros
Primero, es necesario hacer una precisión sobre la fecha de llegada de la carta notarial y su respuesta. La carta está fechada el 25 de agosto, pero no fue entregada sino tirada en esa fecha al patio exterior del local de IDL, donde, como es evidente, no se guarda precisamente horas de oficina durante la pandemia. El día de 4 de septiembre IDL-R recibió por correo electrónico la siguiente comunicación:
Ya informados, procedemos a responder con prontitud.
IDL-Reporteros no rectifica nada de lo publicado, pues nada hay por rectificar. Antes bien, lo ratifica en tanto corresponde a la verdad de los hechos.
La carta de Kairos sostiene que “su persona [sic] atribuye a KAIROS hechos, cualidades y conductas difamatorias”. En idioma castellano, eso querría decir que sostenemos que Kairos difama a alguien, aunque es de suponer que lo que quiso decir el redactor o redactora de dicha carta es que Kairos se proclama difamada. Eso no ocurre, pues la verdad, por su propia naturaleza, no es difamatoria.
La relectura del artículo permite ver que este describe un sistema de organización entre agentes de mercado para mantener el precio de las medicinas en las clínicas muy por encima de su valor competitivo, como demuestra en forma reiterada y fehaciente. Eso constituye, en los hechos, una práctica de concertación de precios, de acuerdo no solo con el sentido común sino con los especialistas en derecho de competencia que fueron consultados y que son citados en la nota.
En la práctica ese es un esquema de cartelización en el que Kairos funciona “como una suerte de” boletín informativo para la referencia de los sobreprecios. Ello es probado con evidencia detallada en el artículo, al comparar los precios listados por Kairos con los sobreprecios de las clínicas.
Así lo ve, por ejemplo, Juan Fracisco Rojas Leo, expresidente del Tribunal de Defensa de la Competencia y Propiedad Intelectual del Indecopi, quien afirma que Kairos es “apenas un instrumento facilitador del cartel”. IDL-R sostuvo que los precios listados en Kairos sirven para que las clínicas definan cuánto pueden inflar sus precios. Eso es evidente y constatable. Que ello sea o no el objetivo consciente de los dueños de la revista es algo que no hemos afirmado, pues no nos consta. El resultado sí nos consta y por eso lo hemos descrito tal cual.
En el artículo, es el superintendente de SuSalud, Carlos Acosta, quien dice: “es una cosa ilógica que una revista esté fijando el precio de los medicamentos en el Perú”. Más bien, la nota precisa que no es que Kairos tenga “la fuerza ni la potestad para fijar precios”, sino que es usada para tal fin.
En la nota aparecen las declaraciones de la encargada de Kairos, Aída Novaro. Ella reconoció el modus operandi de las clínicas, pero afirmó que la revisa solo publica las listas de precios.
Será Indecopi quien eventualmente determine el papel de cada uno de los protagonistas en este claro proceso de cartelización. Lo que prueba el artículo es que Kairos es usada por las clínicas para determinar el sobreprecio de sus medicinas. Es correcto, por ello, sostener, como lo hacemos, que Kairos “actúa como” y funciona “como una suerte de” boletín informativo en la coordinación cartelizada de los mencionados sobreprecios.