El viernes 12 de enero pasado, alrededor de las 9 y 30 de la mañana, el juez César Hinostroza recibió la llamada de Wilson ‘Cucho’ Gómez-Barrios, presidente de la compañía de seguridad Securitas Perú, para invitarlo a una parrillada en su casa de playa, en el balneario de Punta Hermosa, al día siguiente. La idea de Gómez-Barrios era reunir a algunos amigos para hablar de la coyuntura política. Apenas unas semanas antes, el entonces mandatario Pedro Pablo Kuczynski había evitado la vacancia en medio de una compleja trama de intrigas políticas que terminó con el indulto de Alberto Fujimori. Las expresiones de protesta por esos días habían sido intensas y llevarían poco tiempo después a la renuncia de Kuczynski ante la certeza de su inminente destitución.
Gómez-Barrios le dijo al juez supremo que asistirían el excongresista aprista Luis Gonzales Posada, el exparlamentario fujimorista Rolando Sousa, y el abogado Oswaldo Hundskopf, miembro del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). “Ayer se nos ocurrió inaugurar una parrillita para hablar un poco de la coyuntura, y yo les dije, pues, que era amigo tuyo, y todos me dijeron: ‘uy, encantado, ojalá que pudiera estar César Hinostroza para que nos comente un poco desde ese sector, qué es lo que está pasando’ (…). Si necesitas carro, chofer, yo te puedo pasar la voz, ¿ya?”, le dijo el empresario al juez.
“Con todo gusto”, le dijo Hinostroza. Sin embargo, como estaba enfermo le dejó saber que solo iría si su salud mejoraba. Hacia el final de la conversación, Gómez-Barrios le propuso coordinar para ir a su casa de playa en Máncora. “Con todo gusto, ‘Cucho’. Gracias, muy amable”, le respondió Hinostroza.
Gómez-Barrios fue quien en 2006 acompañó a la experta en seguridad Giselle Giannotti – conocida luego por ser un personaje clave en el espionaje industrial que practicó la compañía Business Track (BTR) en el caso ‘Petroaudios’–, a una exposición en el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas sobre las evidencias de un supuesto plan para atentar contra el entonces mandatario Alan García. Según la exposición, se esperaba un ataque al estilo de las FARC, lo que dio lugar al acordonamiento de Palacio de Gobierno y a la detención de dos personas que no tardaron en ser liberadas al no encontrarse evidencias que los vinculara al supuesto atentado, según una investigación del periodista Edmundo Cruz, para La República. Fue una falsa alarma. Entonces Gómez-Barrios era presidente del directorio de la empresa de seguridad Forza que, según otra investigación de Cruz, hizo acciones de vigilancia a Marco Arana y a líderes ambientalistas en Cajamarca.
Entrevistado por IDL-Reporteros en dos oportunidades, Gómez-Barrios aseguró que es amigo de Hinostroza desde hace varios años. Se conocieron, de acuerdo con el experto en seguridad, en el periodo en el que Hinostroza ejerció como juez penal en Piura, en la segunda mitad de los 80. “Lo conozco desde hace mucho tiempo. Él fue juez en Talara hace muchos años. He conocido su carrera. Luego lo he conocido cuando ha estado en el Callao, y después cuando pasó al Poder Judicial”. “A mí de verdad que me parecía un tipo muy hábil, muy honesto y me parecía más bien…cómo te podría decir… austero. O sea un tipo… bueno, una persona que sabía mucho de los temas judiciales”, sostuvo Gómez-Barrios.
“Siempre nos juntamos un grupo de amigos para conversar, ¿no?, y estaba haciendo una parrilla en la playa, Punta Hermosa, y por eso le dije si quería ir para conversar de estos temas”.“Habían tratado de sacar a PPK y no había salido. (…) No había una opinión del Poder Judicial, ¿no? Uno era político, el otro abogado, pero no había… cuál era la posición del Poder Judicial ante todo este tema del indulto, todo este tema del presidente PPK. Entonces, a ver como opinaban ellos, ¿no?”, dijo Gómez-Barrios.
IDL-Reporteros buscó a los presuntos invitados para verificar esta versión. Rolando Sousa negó haber sido invitado por Gómez-Barrios a la parrillada. “No conozco al señor Hinostroza, nunca he hablado con él. Nunca supe, nunca me participaron que iba haber una parrilla. Eso no sucedió por lo menos a lo que a mi respecta. Conozco a Gonzales Posada. Conozco a Oswaldo Hundskopf, él ha sido mi profesor y es amigo mío y somos abogados del señor Gómez-Barrios; conozco al señor Gómez-Barrios, ha sido mi cliente durante varios años. Nunca me participó [Gómez-Barrios] que iba a haber una posibilidad de entrevistarme con este señor. Nunca lo pedimos, nunca conversamos de eso. Me imagino que él habrá querido hacer una reunión para conversar, seguramente de coyuntura política”.
La versión de Gonzales Posada coincide con la de Sousa. “No conozco a Hinostroza, nunca lo he visto, nunca he hablado por teléfono. No sabía quién era hasta que salió el escándalo. (…) No he sido invitado a ninguna parrilla. (…) A mí nunca me ha dicho [Gómez-Barrios]: quiero que conozcas al magistrado supremo César Hinostroza. (…) Gómez-Barrios me llamó [luego de saber de la existencia de los audios] y le pregunté: ¿de qué comida me hablas? Y él me dijo que seguramente se le ocurrió algunas de las reuniones que siempre hacemos”.
Oswaldo Hundskopf también negó conocer al juez supremo y haber sido invitado a la reunión.
Cuatro días después de la conversación telefónica entre Hinostroza y Gómez-Barrios hubo otra comunicación. El juez lo llamó para disculparse por no haber ido a la cena.“[Estoy] Triste porque el sábado no pude, estaba delicado, hasta ahora no me pasa hermano. (…) Tengo alergias, pues, estoy con vacunas. Creo que el médico, el alergista, no me ha dado la dosis. (…) Pero cuando voy a climas secos y me voy por ejemplo a Europa, estoy tranquilo hermano, no pasa nada”.
Luego de las disculpas del caso, el juez le pidió prestada su casa de playa.
– Dime, ¿ahora estás yendo al norte, o ya no?– preguntó Hinostroza.
– No, tú dime. Cuando quieras ir, tú me avisas, ¿no?– respondió Gómez-Barrios.
– ¿Cómo estás en febrero? Porque salimos de vacaciones en febrero. (…) La primera semana, a ver, consulta si se puede.
– Voy a ver cómo está, ¿ya? – dijo Gómez-Barrios.
Minutos después volvieron a conversar.
– Ya, maestro, cerrado del 1 al 7, ¿ya? – dijo Gómez-Barrios.
– Ya, entonces voy a decirle a mi esposa – dijo el juez riendo– Se alegró mi esposa de que me hayas llamado. Le conté, porque tú sabes que ella es de allá, de Talara.
– Ya, perfecto pues. Está bien.
Dos días después César Hinostroza llamó a ‘Cucho’ Gómez-Barrios para confirmarle los días que tomaría la casa de playa. “Quería agradecerte por la deferencia. Ya pues, le he dicho a mi esposa. Habíamos visto para el dos, ¿no? El 2, llegando el 3, y ya nos regresamos el 7 o el 8. No sé hasta cuándo se puede (…). Estaremos ahí unos cinco días, más o menos, máximo”, le dijo el juez.
El jueves 1 de febrero, cerca de las 4 de la tarde, Hinostroza llamó nuevamente a Gómez-Barrios para avisarle que iría con su esposa, sus tres hijas y familiares cercanos. En total serían nueve personas. Unos días después, el lunes 5 de febrero, se volvieron a comunicar. Hinostroza le agradeció “por el recibimiento” que les habían hecho a él y a los suyos en la casa de playa.
El 12 de febrero volvieron a conversar un par de veces más por teléfono. Hinostroza agradeció a Gómez-Barrios “la fina atención” que le habían dado a él y a su familia en Máncora. Esa no era la primera vez que el empresario le prestaba la casa al juez, según declaró el empresario a IDL-R.
Antes de cortar la comunicación, Gómez-Barrios le pidió al juez una reunión personal para hablar de un asunto. “Quería conversar contigo un minuto en el momento que puedas, en cualquier sitio, yo te busco (…) Es cuestión de cinco minutos, fastidiarte, hacerte una consulta”, le dijo el presidente de la compañía de seguridad.
El motivo de la reunión, según Gómez-Barrios, era pedirle a Hinostroza que lo ayudara con el caso de un empleado suyo, cuyo hijo está en la cárcel. “[El hijo de] Teodoro Pino, asistente mío, que está preso por robar un celular. Le han puesto siete años, y le pedí que si podía ver [el caso], pero no le tocaba en su sala”.
Gómez-Barrios indicó a IDL-R que él mismo fue al despacho de Hinostroza para contarle acerca del caso. Luego el juez recibió a Pino, a quien envió luego a hablar con alguien.
Al día siguiente, el martes 13 de febrero, ambos volvieron a hablar por teléfono. “Estaba llamándote para ver si se contactó tu abogado con la persona que hablamos”, le dijo Hinostroza, entonces presidente de la Segunda Sala Penal Transitoria Suprema.
– Sí, me ibas a pasar un Whatsapp con los datos y todo – dijo Gómez-Barrios.
– ¿Cómo? ¿Cómo? – preguntó Hinostroza.
– ¿Te acuerdas? Me quedaste en pasar un Whatsapp con los datos dónde estaba, cómo llamar, con todo.
– (…) Primero quería ver si ha llamado tu abogado a la persona que hablamos ese día – dijo el juez.
– Sí, sí, ya se reunieron y ya te tengo que contar cuando vengas. Están avanzando muy bien.
– ¿Está bien, entonces?
– Sí, sí, así es. Muchas gracias.
Sobre este punto, Gómez-Barrios indicó a IDL-R que Hinostroza le mintió y «no hizo nada» por ayudarlo con el caso. “Yo creo que fue absolutamente falso [la ayuda del juez], porque el chico…se supone que la casación debía haber devuelto el caso a una sala para que vean realmente el incorporamiento [sic] del chico, pero confirmaron en cinco minutos la sentencia, cinco a cero. Nos estaba blufeando”. “(…) Él dijo que eso estaba difícil, que no los conocía, pero que iba a ver qué podía hacer. (…) Creo yo que nos mintió totalmente y no hizo nada”.
El 5 lunes de marzo, cerca de las dos de la tarde, Hinostroza y Gómez-Barrios volvieron a comunicarse. “Hola, Cuchito. Disculpa que te llame…te llamé en la mañana… no pude ubicarte. Solamente para agradecerte, hermano, por la atención. Todo salió bien”, le dijo el juez al empresario.
¿A qué atención hacía referencia el juez? Según Gómez-Barrios, en esa época Hinostroza le había pedido dos favores. “Uno, atender el caso de su esposa, que estaba estudiando. Iba a hacer una tesis o algo así. Me pidió que reciba a su esposa, ella me iba a llamar. Y algo de su hija, que no recuerdo bien. No conozco a las hijas (…) Puede ser para que sea practicante…”.
En una última comunicación, del sábado 19 de mayo pasado, Hinostroza le recomendó a Gómez-Barrios un cliente para Securitas Perú.