Primero fue el acta.
El lunes 15 de mayo se reunió en la sede de la Policía Federal de Curitiba el elenco completo de participantes para la primera declaración bajo el sistema de delación premiada que brinda Marcelo Odebrecht a fiscales peruanos.
Estaban los actores de todos los papeles: Por el Ministerio Público Federal brasileño se encontraba el Procurador Regional de la República, Orlando Martello (quien había estado en Lima pocos días antes); por el Ministerio Público peruano, el fiscal superior contra lavado de activos, Rafael Vela; el fiscal supraprovincial Germán Juárez Atoche; y el jefe de la Unidad de Cooperación Judicial Internacional, Alonso Peña Cabrera.
Del otro lado, el abogado de Ollanta Humala, Julio César Espinoza; y el de Nadine Heredia, Wilfredo Pedraza. Como no tenían la facultad de actuar como abogados en Brasil, estuvieron en condición de oyentes. Sin embargo, “excepcionalmente les fue permitido formular todas sus preguntas al deponente por medio del Procurador Orlando Martello”.
Marcelo Odebrecht llegó desde su celda en la Policía Federal, donde es inquilino desde su arresto en la operación ‘Erga Omnes’, en 2015. No iba solo sino acompañado por tres abogados: Eduardo Sanz, Thiago Neuwert y Valdeque Borges Santos.
Además de sus abogados, Marcelo Odebrecht entró al interrogatorio protegido por garantías que constaron en el acta: que “antes de tomar la presente declaración las autoridades aquí presentes se comprometieron expresamente a no procesar civil o criminalmente al colaborador, a cualquiera de las empresas del Grupo Odebrecht y Braskem y cualquier otro de los colaboradores […] o adherentes al Acuerdo de Leniencia firmado con el Ministerio Público Federal de Brasil”.
En otras palabras, las autoridades peruanas se comprometían a recibir las declaraciones de Odebrecht bajo condiciones de inmunidad legal sin fisuras. Nada se podía añadir, como cargo o acusación, a lo ya hecho y acordado por la justicia brasileña.
También constó otro acuerdo previo en el acta: que la declaración de Odebrecht solo sería “trasmitido a la autoridad central peruana por la autoridad central brasileña” bajo los mismos términos de inmunidad legal a cualquier acción fuera de las tomadas en Brasil para los miembros de las corporaciones Odebrecht y Braskem en, se entiende, el Perú.
Logrado ello, Marcelo Odebrecht decidió no utilizar su derecho a “permanecer en silencio” y contestó no solo al cuestionario puntual de la Fiscalía peruana sino se extendió, por momentos locuaz, en sus respuestas.
Ninguno de los peruanos pudo grabar. No se hizo tampoco un acta de lo hablado. La única grabación quedó en poder del fiscal Orlando Martello, quien la hará llegar a la Fiscalía de la Nación peruana por las vías formales de cooperación internacional. Fiscales y abogados solo tomaron notas, intentando capturar en la declaración del antaño poderoso empresario aquello que fortaleciera su posición.
El pago a Ollanta Humala
Marcelo Odebrecht dijo haber recibido el pedido del ex ministro Antonio Palocci, en representación de Lula, de ‘colaborar con la campaña de Ollanta Humala” a mediados del 2010. Odebrecht lo interpretó como una colaboración “ideológica”. En esas fechas Humala parecía uno de los candidatos con menores posibilidades de victoria.
Odebrecht dispuso que ese pedido “se efectuara”, pero dijo que no supo, según una fuente, si el pago se realizó o no se realizó. Solo podía decir que él aprobó la petición y ordenó que se ejecute.
El recuerdo de otras fuentes tiene pequeñas variaciones. Que Odebrecht “dio la orden para la entrega de dinero” pero que a él “no le importaba que fuera para campaña o lo que fuera”.
Las fuentes coinciden en que Marcelo Odebrecht dijo que no podía precisar de dónde salió el dinero para los pagos ni cómo se ejecutó. Eso, dijo, tiene que responderlo Barata. Pero sí explicó que no todo el dinero para pagos salía de la hoy notoria “Caja 2”. Con frecuencia, dijo, los pagos procedían de diversos lados: La Caja 2, empresas locales.
Según una fuente, Odebrecht definió la “Caja 2” como “recursos de la empresa producto de operaciones internas”, y que tenía origen legal. De acuerdo con otra fuente, Odebrecht explicó que la “Caja 2” es, sobre todo, una operación de contabilidad, un sistema contable, en gran medida un intangible.
Otros candidatos
¿Fue Humala el único candidato al que apoyó en la campaña para las elecciones del 2011? Odebrecht dijo que la política de su empresa ha sido la de apoyar en las elecciones a todos los partidos [con alguna posibilidad, se entiende] y que se había apoyado a Keiko Fujimori y a la candidata aprista [Mercedes Aráoz]. Otra fuente recuerda que Odebrecht dijo que ese apoyo a varios partidos “le parecía lógico” y mencionó al partido aprista y la candidatura de Keiko Fujimori.
Sin embargo, (y en eso coinciden todas las versiones) Odebrecht añadió que no lo podía probar porque esos temas eran trabajados en el Perú por Jorge Barata y que “el único que podía probarlo era el propio Barata”.
El interrogatorio duró un par de horas. Marcelo Odebrecht no entregó ningún documento.
Según un testigo, cuando terminó el interrogatorio, mientras Marcelo Odebrecht regresaba a su celda, los fiscales sonreían, pero los abogados también.