Un caso cuyo capítulo decisivo tuvo lugar en Perú, sigue desarrollándose hoy en Israel y es ya una de las mayores investigaciones sobre corrupción pública realizadas en ese país.
El último giro de eventos ha sido la petición de investigadores de la Autoridad de Valores de Israel a sus contrapartes de Alemania para interrogar a funcionarios de la gigantesca corporación Siemens, por el gran caso de corrupción de la Compañía de Electricidad (IEC) en el que está involucrado Dan Cohen, hoy bajo custodia de las autoridades israelíes.
Hasta llegar a ese orden de cosas, el caso Cohen tuvo un desarrollo pleno de suspenso e incertidumbre en varios países, sobre todo en el Perú. Cohen, un ex juez e influyente abogado utilizó a finales de los 90 del siglo pasado, su posición de poder en la compañía estatal de electricidad para lograr que la oferta de Siemens (que competía en una importantísima licitación de turbinas con General Electric), venciera irregularmente. Las autoridades israelíes acusan a Cohen de haber recibido una millonaria coima como pago.
Cuando Cohen sintió que estaba por ser descubierto y capturado, escapó al Perú, donde se reunió con su viejo amigo Baruch Ivcher, quien apoyó intensamente sus esfuerzos para que Cohen no fuera extraditado a Israel.
IDL-Reporteros siguió de cerca el caso en Perú mientras se desarrolló la lucha entre abogados y la sorda compulsa de influencias políticas. Durante el gobierno de Alan García, Ivcher tuvo importancia y logró finalmente que ese gobierno rechazara la extradición en 2011.
Con el gobierno de Ollanta Humala, las cosas cambiaron, y en 2013, sin mayor ceremonia, Dan Cohen fue capturado y extraditado a Israel.
Ahora, un cable de Reuters, que cita como fuente al periódico financiero el Calcalist (El Economista, en hebreo), indica que la investigación en el caso de corrupción ha tomado finalmente cuerpo y dimensión internacionales. En el clima corporativo actual, es poco probable que Siemens no esté dispuesta a llegar a un acuerdo que suponga un nivel de confesión a cambio de una multa y/o cargos menores.
Para Dan Cohen, a la vez, el tiempo de revelaciones –tan diferentes a los ocho años que pasó en Lima– parece, al fin, haber llegado.