La red mundial del lavado de dinero tiene un nudo importante en Montevideo. Aquí se cruzan los dineros mal habidos de Argentina, Brasil, Perú y otros países de la región, que recurren a empresas de papel uruguayas para lavar su dinero en cuentas de otras guaridas fiscales.
“Un conocido fabricante de compañías fantasma”. La descripción calza como un guante al uruguayo Néstor Gustavo Cardozo García, quien es definido así en la prensa argentina por su vinculación en el escándalo que se investiga por estos días en la provincia sureña de Tierra del Fuego. Es que el ex vice gobernador Daniel Gallo, acusado de varios delitos de corrupción, recurrió a los servicios de Cardozo García para lavar el dinero que malversó durante sus años en la gestión pública.
Pero este nombre de nula trascendencia para los medios y los investigadores del lavado de dinero en Uruguay, también está vinculado con la trama de corrupción que sacude a América Latina y que involucra a la constructora brasileña Odebrecht. Cardozo García figura como presidente y director de Wircel SA, una empresa fantasma uruguaya que se utilizó como vehículo para pagar millones de dólares de coimas en Perú.
El exgobernador regional del Cusco Jorge Acurio Tito usó a Wircel para justificar el “Acuerdo de asesoramiento de inversiones inmobiliarias” a fin de cobrar 3 millones dólares de Odebrecht. El pago se realizaría a cambio del trato preferencial de la constructora en licitaciones públicas como el “Mejoramiento de la transitabilidad peatonal y vehicular de la avenida vía circunvalación de la ciudad del Cusco”.
Wircel fue creada en Montevideo el 2 de enero de 2013 en el rubro de “construcción y gerenciamiento de proyectos” y declaró como su dirección Rincón 610 Piso 4 Oficina 410, aunque en realidad ese escritorio no existe. Sin embargo, como domicilio fiscal la sociedad sí dio un apartamento real en el mismo edificio, el número 402, donde tiene su sede la empresa NGC Consultores, cuyo nombre coincide con las iniciales del mencionado Néstor Gustavo Cardozo García.
La sociedad de papel Wircel, representada por José Zaragoza, un abogado del exgobernador Acurio Tito, suscribió el 4 de octubre de 2013 un “Acuerdo de asesoramiento de inversiones inmobiliarias” con la offshore Klienfield Service Ltda, radicada en la guarida fiscal caribeña de Antigua y Barbuda, que la constructora Odebrecht utilizó hasta el 2011 para los pagos ilícitos a los funcionarios corruptos de una docena de países de América y África.
Como suele suceder en estos casos, a fin de evitar su rastreo, el dinero pasó por varios países antes de llegar a la filial del banco Credit Andorra en Panamá. Pero como uno de los sitios del recorrido del dinero fue el banco Wells Fargo de Estados Unidos, la transacción comenzó a ser investigada por el FBI y terminó con la confesión de los directivos de la constructora.
Toda la historia de la maniobra está narrada en el documento de la Justicia peruana que dispuso la captura de Acurio Tito y el allanamiento de sus propiedades.
Orden de detención judicial Jorge Acurio y José Zaragoza
El emporio de la calle Rincón
El caso de la oficina 410 de la calle Rincón 610 es digno de entrar en un libro de realismo mágico latinoamericano. Es que en un escritorio inexistente figuran centenares de sociedades vinculadas con el mundo offshore y el lavado de activos, sin que ningún funcionario encargado del control de estas actividades ilícitas haya pasado por allí a verificar sus actividades.
Esa dirección, por ejemplo, aparece mencionada hasta el hartazgo en los Panamá Papers, la filtración masiva de archivos del estudio panameño Mossack & Fonseca que se reveló en abril de 2016. Empresas con actividades en Argentina, Brasil, Panamá, Estados Unidos, Reino Unido, Singapur, Islas Vírgenes Británicas, Bahamas y una larga lista de llamados paraísos fiscales tienen su sede en esa oficina virtual, al igual que la enigmática Wircel SA.
Pero el dato que revela Sudestada, respecto al cargo de presidente de la sociedad que ocupa el uruguayo Néstor Gustavo Cardozo García, devuelve a esta empresa al mundo real y demuestra la existencia de una vasta red de estudios profesionales que sirve a los intereses del lavado de dinero a nivel global.
Sin ir más lejos, Cardozo García presta su nombre en cerca de 600 empresas offshore en todo el mundo, aunque su servicio es más requerido en la guarida fiscal panameña, donde aparece como presidente, secretario o tesorero en 499 sociedades.
Este hombre nacido el 3 de setiembre de 1959 suele aparecer en las SA del Caribe acompañado de otros dos uruguayos: Marcelo Saúl Rivero Sosa (518 empresas) y Gustavo Daniel Chavez Mántaras (400 empresas). Y los tres tienen estrechos vínculos desde hace años con importantes estudios jurídicos, contables y notariales uruguayos muy conocidos en los juzgados de varios países.
Claro que mientras en el exterior los investigan por lavado, en Uruguay gozan de prestigio, impunidad y hasta columnas de opinión en algún medio de prensa. Así por ejemplo, Cardozo García figura como presidente en dos sociedades panameñas: Touquet Inversiones y Dunsink.
En Touquet Inversiones compartió sesiones de directorio con el abogado Fernando de Posadas Trambauer, sobrino del exministro Ignacio de Posadas, y con Alejandro Carlos Young Sierra, un uruguayo directivo de 158 empresas y perseguido en Argentina por fraude. También aparece el abogado Juan Defféminis Paiva, otro integrante del estudio Posadas & Vecino, que en este caso le cedió la presidencia del directorio a Cardozo García.
Registros Públicos de la sociedad Touquet
El agente residente de esta empresa panameña fue la filial de Baker Tilly, bufete que hasta hace pocos años se llamaba Hordeñana y Asociados. Este fue el estudio que creo Wircel SA, y que supo tener su sede en escritorio virtual del piso 4 de la calle Rincón al 610, aunque su actual sede en el piso 13 de Juncal 1305 también aparece en varias investigaciones internacionales por blanqueo de capitales.
En la sociedad anónima Dunsink, mientras tanto, Cardozo García tomó la posta de la presidencia del directorio de manos del abogado Luis María Piñeyrúa Pittaluga, renombrado en estos días en Brasil y en Uruguay por su participación en el lavado de dinero del expresidente de la Cámara de Diputados de Brasil Eduardo Cunha. Quien aparece como secretaria de la reunión en la que se produjo el pasaje de manos fue Lucía Pfeiff Ham, quien no aparece en el staff del bufete pero envía correos electrónicos para Posadas & Vecino desde la dirección lpfeiff@pvci.com.uy.
Registros públicos de la sociedad Dunsink
Piñeyrúa deberá declarar entre el 21 y el 23 de junio ante la justicia uruguaya, que lo citó como indagado por esta causa debido a su participación como representante del estudio Posadas & Vecino en el montaje de la estructura en Ginebra y Singapur que usó Cunha para intentar ocultar el dinero de los sobornos cobrados en Petrobras.
Explicar la red de vínculos que se ha tejido en los últimos años en Uruguay a fin de ocultar los rastros del dinero sucio resulta complejo y tedioso. Y a juzgar por la impunidad que sigue existiendo para estos bufetes profesionales, también resulta difícil de perseguir para las autoridades uruguayas, a pesar de los avances legislativos registrados en los últimos años.
(*) Fabián Werner, de Sudestada, de Uruguay, forma parte de la Red de Periodismo de Investigación Estructurado, compuesta por periodistas de IDL-Reporteros de Perú; Armando Info, de Venezuela; La Nación, de Argentina; y La Prensa, de Panamá.