La Divinesp tuvo casos resonantes desde el momento de su fundación. Uno de los más notables, «Jeshu», el año 2002, permitió desarticular una compleja organización de traficantes conformada por mexicanos, guatemaltecos, colombianos y peruanos. Fueron más de 30 sujetos y se decomisó más de 1,700 kilos de clorhidrato de cocaína. La prensa lo conoció como el caso del “Cartel de Tijuana».
Lo resaltante de este operativo fue que se intervino simultáneamente el laboratorio de procesamiento que funcionaba en el VRAE, numerosas casas en Lima y el depósito donde acopiaban la droga en Chimbote.
Se realizó por primera vez una interceptación de teléfonos satelitales con orden judicial, que permitió geoposicionar con exactitud la ubicación del laboratorio clandestino y también la de una lancha rápida con tripulación mexicana que se mantuvo por espacio de 15 días a 200 millas, en aguas internacionales frente a Chimbote.
Al final esa lancha no pudo ser interceptada por una patrullera de la Marina de Guerra porque aquella la superó en velocidad.
En este caso se usó eficazmente la tecnología, se controló las comunicaciones con orden judicial y se participó con otras fuerzas operativas para alcanzar un objetivo común en la lucha contra el narcotráfico, como lo venía haciendo Colombia.
El caso Zevallos
El 2005 fue trascendental para Divinesp.
Un año antes el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, había incluido a Fernando Zevallos Gonzales (a) «Lunarejo» en la lista Kingpin Act como uno de los 10 cabecillas de narcotráfico a nivel mundial. Luego de una exhaustiva investigación que duró 5 meses fue capturado «Lunarejo» y siete de los integrantes de su organización, en cumplimiento de una orden judicial.
Se le imputó graves cargos de narcotráfico, homicidio, delito contra la fe pública, corrupción de funcionarios y fue internado en un penal. En ese ínterin fue condenado a 20 años de pena privativa de libertad por otro proceso que venía afrontando con anterioridad.
El 2007 se terminó otra investigación por lavado de activos, incorporándose en la denuncia fiscal a directivos y funcionarios de la citada empresa aérea.
Tuve la convicción que el equipo que me acompañaba estaba para retos mayores.
La DEA en Lima
Un nuevo gobierno empezaba y también otra administración en la Oficina DEA de Lima. El entonces jefe de la oficina en Lima era Patrick Stenkamp. El supervisor de la misma, Chris Watson, fue el primer convencido a fines del 2006 que la estrategia que se le planteaba para combatir a Sendero Luminoso en ambos valles era la correcta.
Atacar solamente a los narcotraficantes era mantener el estado de cosas. Hasta entonces en el Perú, por convenios y directivas establecidos, los recursos logísticos y financieros de la cooperación estadounidense tenían que destinarse solo para la lucha antidrogas.
Tuvimos que convencer a los americanos que Sendero Luminoso -al margen de si seguía la línea de Acuerdo de Paz en el Alto Huallaga o la de “Proseguir la Lucha Armada» en el VRAE- se consideraba imbatible porque recibía financiamiento (cupos) y logística del narcotráfico.
Watson entendió bien la situación y fue el propulsor para que la embajada americana entregue, a través de la DEA y en calidad de uso (no de donación) la plataforma Constelación [de interceptación de telefonía celular]; y financie la capacitación de sus miembros.
También hizo suyo nuestro pedido formal para que ‘Artemio’ y ‘José’ fueran considerados por el gobierno americano como cabecillas narcoterroristas, lo que se materializó el año 2010.
Chris Watson fue relevado por el supervisor DEA Juan Arrivillaga el 2009; durante cuya gestión se llevaron a cabo las más importantes capturas en el Alto Huallaga. Ahí, en el Alto Huallaga, el Agente Especial DEA de enlace era Melvin Patterson, un macizo ex-jugador de fútbol americano. Luego, el año 2010, llegó el Agente Especial DEA Paul Hackett. En su gestión, y la de Juan Arrivillaga, se logró la captura de ‘Artemio’.
Tras la pista de ‘Artemio’
¿Cómo se hizo la investigación?
A principios del 2006 envié a Tingo María al entonces capitán PNP Harvey Colchado y al suboficial Giovanni Marcelo para conseguir información sobre el accionar de los ‘organismos generados’, gremios cocaleros y agrupación de familiares que apoyaban a las huestes de ‘Artemio’; y la forma como los narcotraficantes locales financiaban sus actividades.
El trabajo que se realizó permitió conocer cómo estaba estructurada la organización senderista en la ciudad e identificar a 48 personas involucradas directamente en actividades de apoyo y financiamiento. La interceptación radial de las comunicaciones y el manejo discreto de testigos con claves y bajo supervisión de la Fiscalia Especializada fue determinante para orientar las pesquisas.
El acopio de información sirvió finalmente para diseñar y ejecutar un operativo conjunto PNP-EP en agosto de 2007 conocido como «Huracán 2007» en el Valle del Monzón, Tingo María, Aucayacu, Huánuco y Lima, que golpeó la principal fuente de financiamiento de los senderistas.
Por primera vez cabecillas de firmas de narcotráfico locales fueron denunciados por delito de tráfico ilícito de drogas en la modalidad de financiamiento de actividades terroristas; y en los siguientes meses muchos de ellos fueron capturados. Se había encontrado por fin la evidencia probatoria que demostraría la conexión entre Sendero Luminoso y el narcotráfico.
La operación «Huracán 2007» no fue exitosa por los resultados materiales obtenidos, (a pesar que el Gobierno del presidente García lo quiso presentar así), sino por la información estratégica que se consiguió. Con base en ello, los jefes de Divinesp y los agentes DEA evaluaron las necesidades operacionales y tecnológicas para relanzar las operaciones en el Alto Huallaga.
Supongo que en ese periodo se habría producido un febril intercambio de comunicaciones entre la sede de la embajada americana en Lima y Washington, pues a los pocas semanas, se abrió una Base de Operaciones de Divinesp en forma permanente en Tingo María y se mejoró los trabajos de inteligencia y manejo de fuentes humanas que desde hace un tiempo se venían realizando.
DEA y Divinesp
¿Quién dirigía las operaciones y quién las pagaba?
La estrategia operacional era diseñada por los oficiales de la Divinesp. Las fuentes humanas las manejaban ellos; pero los pagos por reclutamiento [de informantes o agentes] y la información eran asumidos por la Administración DEA.
Los agentes DEA asistían a las entrevistas, prestaban apoyo con la tecnología que tenían, pero no decidían el camino o el plan a seguir.
El nivel de coordinación fue óptimo, respetuoso, sin interferencias, sin protagonismos baratos y bajo severas reglas de compartimentaje. Ni siquiera en Divinesp los demás grupos que manejaban sus propios casos, conocían las operaciones que se venían llevando a cabo.
En esa línea de acción, las gestiones, pedidos y requerimientos legales que se hacía a la Fiscalia y a los juzgados seguían los mismos procedimientos, y estaban a cargo de los oficiales encargados de la Divinesp. La reserva, la confidencialidad y la sorpresa fue la clave para el éxito de las operaciones.
Se reforzó además el control de las comunicaciones radiales y todas las informaciones acopiadas contaron con el importante aval del Ministerio Público, que hizo suya y validó la actuación policial. Pocas veces hubo un trabajo tan profesional, leal y transparente entre dos instituciones encargadas de luchar contra el delito.
‘Constelación’
A fines del año 2007, la Divinesp recibió más apoyo logístico por parte de la DEA; la NAS [Narcotics Affairs Section, del Departamento de Estado de Estados Unidos] puso a disposición sus aeronaves y helicópteros UH para apoyar los operativos que se realizaran.
Pero lo más relevante es que la DEA me comunicó formalmente que había decidido iniciar las gestiones y coordinaciones con el gobierno peruano para instalar una plataforma tecnológica para controlar las comunicaciones de telefonía celular en la sede de Divinesp, bajo control fiscal y judicial, que fue conocida posteriormente como «Constelación».
Eso se convirtió en un punto determinante en la lucha contra Sendero Luminoso en el Huallaga. Paralelamente las operaciones «Eclipse Huallaga» y «Eclipse VRAE» estaban en proceso de germinación.
Entonces se inició el desenlace en el Huallaga.
[CONTINUARÁ el miércoles 2 de diciembre]