Publicado conjuntamente con la revista Caretas.
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En Caretas 2404 e IDL-Reporteros del 17 de septiembre pasado, relaté el operativo de las fuerzas de seguridad el 2 de septiembre pasado, sobre todo de la ‘Brigada Lobo’, contra la columna del mando senderista ‘Antonio’, que derivó en el combate de Virgen Ccasa, en el cual ‘Antonio’ y por lo menos uno de sus ayudantes, ‘David’, quedaron heridos; pero donde las fuerzas de seguridad sufrieron a su turno cinco heridos en el intenso enfrentamiento.
He recibido información nueva sobre el combate que ilustra con mayor profundidad lo que pasó en esa dramática acción de armas y explica a la vez la complejidad táctica que enfrentan ahora las operaciones contrainsurgentes contra un SL-VRAE reducido en números y en campo de accionar, pero que no solo mantiene un significativo poder de fuego sino un núcleo de ‘fuerza principal’ que posee gran conocimiento del terreno, capacidad de maniobra y destreza en el combate.
Además, el SL-VRAE ha estudiado obsesivamente las acciones anteriores de la ‘Brigada Lobo’, en las que murieron los líderes senderistas ‘William’, ‘Alipio’ y ‘Gabriel’ y diseñado un conjunto de contramedidas, la mayor parte de aplicación sorpresiva, que explican mejor lo que sucedió en ese combate.
El principal nuevo elemento en este relato actualizado es una mochila, que fue clave para el éxito o fracaso del operativo.
Como relaté en Caretas 2404, en esta acción no se trataba de atraer a ‘Antonio’, uno de los jefes militares más capaces de SL-VRAE después de la muerte de ‘Alipio’, a un lugar que él supusiera confiable y donde lo aguardaba una emboscada, sino llevar la emboscada al corazón del territorio de ‘Antonio’.
Efectivos de la ‘Brigada Lobo’ lograron presentarse como “convincentes ingenieros civiles encargados de pagar el cupo” a SL-VRAE, en nombre del Consorcio Vial Quinua, que niega haber hecho esos pagos a SL, pero en cuyo nombre los efectivos de inteligencia realizaron uno o dos pagos antes.
El dos de septiembre se iba a realizar la siguiente entrega de dinero. Con la confianza lograda por dos transacciones anteriores, las fuerzas contrainsurgentes planearon llevar a cabo en esa entrega la operación para abatir o capturar a ‘Antonio’.
En la tarde del dos de septiembre, el camuflado grupo de ataque ascendió por la quebrada de Chumaicota en dos camionetas Hilux separadas un kilómetro entre sí a los bosques escarpados, a 1,300 metros de altura, de la zona de Virgen Ccasa. Ahí estaba ‘Antonio’, que había tomado precauciones acrecentadas para la entrega de dinero.
El saludo entre el líder senderista y el ‘ingeniero’ de carreteras, fue lo cordial que puede ser entre dos conocidos recientes que han culminado satisfactoriamente las transacciones anteriores de una extorsión cortés.
Hubo también una foto que, con extraordinaria sangre fría, el ‘ingeniero’ se tomó sonriente con ‘Antonio’ y su grupo.
El ‘ingeniero’ le entregó entonces a ‘Antonio’, la mochila donde estaba el dinero que supuestamente pagaba el Consorcio como ‘cupo’.
De acuerdo con la información de fuentes de seguridad con conocimiento de los hechos, el monto del ‘cupo’ era de “alrededor de 50 mil soles”.
La mochila era la trampa principal.
Estaba ‘preparada’ con la cantidad suficiente de explosivo como para no alterar en forma perceptible ni su peso ni su forma, pero con el poder suficiente como para herir gravemente o matar a quienes estuvieran contiguos a la explosión.
La acción se iba a desatar después de que los ‘ingenieros’ se hubieran despedido de ‘Antonio’, mientras este y su grupo se alejaban. La explosión detonaría a través de un control remoto, accionado por el ‘enlace’, que acompañaría al ‘ingeniero’ en la caseta de la primera Hilux. Dada la potencia relativamente baja de los explosivos, no se necesitaba una gran distancia antes de apretar el mando del control remoto.
Pero las cosas no salieron como se había planeado.
Luego de la entrega de la mochila con el monto del ‘cupo’, ‘Antonio’ insistió en caminar con el ‘ingeniero’ hasta un lugar cercano, para revisar ahí con tranquilidad la carga. El ‘ingeniero’ no tuvo como negarse y, con invariable sangre fría, salió caminando despreocupadamente con él hasta perderse de vista de quienes habían quedado en la camioneta.
Pasados unos minutos, el ‘enlace’ (según otra versión, uno de los dos operativos que iban ocultos dentro de la tolva de la Hilux, que salieron una vez que se alejaron los senderistas y el ‘ingeniero’), salió a buscar a este, llevando en la mano el control remoto, que no se atrevía a accionar hasta no verlo.
El ‘ingeniero’ había sido llevado a unos 300 o 400 metros de la camioneta, donde ‘Antonio’ aparentemente inspeccionó la mochila sin encontrar nada anormal en ella. Entonces se despidió del ‘ingeniero’ y lo dejó regresar, mientras se aprestaba a su propia caminata.
El ‘ingeniero’ se encontró a mitad de camino con su compañero que lo buscaba control remoto en mano. Le indicó por dónde había venido y regresaron apurados parte del camino, apretando ahora sí una y otra vez el mando del control remoto, sin que sucediera nada.
Se acercaron más y repentinamente la pulsación del mando tuvo la respuesta del retumbe de una explosión cercana.
Entonces, sin haber visto el resultado de la explosión, empezó el largo y sangriento combate de Virgen Ccasa.
La versión de SL-VRAE
A fines de septiembre y comienzos de este mes, el SL-VRAE sacó un documento de dos páginas de apretada mecanografía, donde hace una relación de acciones recientes, reconoce contrastes, asigna culpas, admite involuntariamente debilidades (el efecto de las deserciones de sus propias huestes, buena parte de las cuales colaboran hoy con la ‘Brigada Lobo’). Estos antaño senderistas y hoy colaboradores son motejados en forma estándar como “excremento de perros capituladores”.
El informe senderista, inflado por insultos superlativos a sus enemigos y, sobre todo, a sus desertores, dedica casi la mitad de su extensión a la acción de ‘Virgen Ccasa’, que titulan: “Operativo contrarrevolucionario planificado por la CIA norteamericana y la DEA en base a la traición de un aliado”.
Según el documento senderista (probablemente escrito por ‘Raúl’, Jorge Quispe Palomino), la acción fue planificada por “la CIA y la DEA” debido a la “traición” de un ex-cuadro senderista: ‘Rubén’, quien “conocía a este aliado [el que hizo el contacto entre el ‘ingeniero’ y ‘Antonio] y lo delató”. Dicho ‘aliado’, según SL, fue ‘quebrado’ y colaboró con la ‘Brigada Lobo’. De acuerdo con SL-VRAE, “todos los encargos del camarada Antonio que dijo estar llevando el aliado (en sí el enemigo), eran cargas explosivas. […] El enemigo pensó que el camarada Antonio se iba a cargar rápido los encargos en su mochila. No fue así. Lo puso a cuatro metros y estaba verificando por partes […] En eso hicieron explosionar la carga mediante control remoto. Quedando herido de manera leve el camarada Antonio y David”.
Adjetivos más o menos, la descripción de los hechos es virtualmente similar a la de las fuerzas de seguridad. En donde difieren las versiones es en el relato de los combates que ocurrieron luego. Según SL-VRAE, las fuerzas de seguridad sufrieron muchos muertos y heridos, aparte de helicópteros severamente dañados.
Pero, el cruce de testimonios con diversas fuentes de las fuerzas de seguridad no indica que estas hayan sufrido otras bajas que las oficialmente declaradas.
El combate, eso sí, fue muy duro. Y las dificultades que enfrenten las acciones contrainsurgentes, ya muy altas, serán sin duda mayores luego de esta acción.
Es evidente, sin embargo, que los contrastes sufridos por SL-VRAE se han debido en gran parte a la acción de los ex-senderistas convertidos en colaboradores de las fuerzas de seguridad. Ese método, utilizado con inteligencia, ha permitido, y probablemente lo siga haciendo, cambios quizá decisivos en el escenario estratégico en el VRAE.