Se llaman a sí mismos “la resistencia”, aunque alberguen anti-semitas rabiosos del tipo que aún llora la derrota de los Himmler, Heydrich, Eichmann y Barbie de sus fantasías, pero que encuentra cuando menos el consuelo de tratar de seguir y practicar a Goebbels como puedan, mañana, tarde y noche.
Se alucinan guerreros y que un patético plantón fue –antes que una feria de trastornos psiquiátricos y corrupciones feculentas– una hazaña estratégica comparable a la “operación Barbarossa”. Acusan a sus objetivos de ataque de lo que ellos son, o quisieran ser pero no pueden.
Verlos juntos en acción es asistir a un festival de deformidades morales, pústulas del alma y degeneraciones intelectuales. ¿Cuál era el objetivo de sus ataques? ¿Los integrantes de IDL, los de IDL-Reporteros, Gustavo Gorriti, el judaísmo? ¿O, más bien, las investigaciones efectuadas sobre el caso Lava Jato, el caso Lava Juez y las consecuencias prácticas que las probadas revelaciones de dichas investigaciones trajeron?
No es tan difícil responder, ¿verdad?
Pero lo interesante es ver quiénes componen esa tropa, como el grupo de treinta y pico de individuos que contaminó la cuadra dos de Pardo y Aliaga en la mañana del viernes 14.
Ahí estaban los fujimoristas rabiosos junto con ex homosexuales supuestamente curados por su iglesia a través de una terapia costosa: seguir como carneros a quienes defienden a los corruptos. Y también los de ‘con mis hijos no te metas’ (y menos con las cutras de sus amos) junto con una antisemita sin disimulo.
¿Dónde se junta, para fermentarse, una colección de desechos tan dispares?
En un relleno sanitario, por ejemplo.
Un extraordinario periodista estadounidense de fines del siglo XIX, William Cowper Brann, director del ‘The Iconoclast’ de Waco, Texas, los definió, a través de otra persona, con una clarividencia que saltó más de un siglo:
“Su existencia refuta la teoría de la supervivencia del más apto y sugiere que la humanidad es meramente un mal olor”.
Ahí está. Si autonombrarse como ‘la resistencia’ no alcanza siquiera a ser un chiste idiota, ¿cómo llamarlos?
La Pestilencia, por supuesto.
Ahora, conozcamos a algunos de los integrantes de esa halitosis colectiva.
El organizador.- Se llama a sí mismo ‘Juan Maelo’ y se describe como “anticomunista de nacimiento, pastor de carneros NAKos y striper de las terrucas aguantadas”. En realidad se llama Juan José Muñico Gonzales y no es stripper sino albañil, por lo menos formalmente. En los hechos, se dedica a defender a personajes como Chávarry, los Fujimori y a atacar nociones tan izquierdistas como los derechos humanos. Es uno de los matoncetes de Red que busca dar un tono épico a la patanería digital y convertir sus cobardías en hazañas tácticas.
Luego del plantón en IDL sostuvo estar en camino, con sus olfativamente temibles tropas, a Arequipa, a romper el evento anticorrupción organizado por la UNSA. Por supuesto que no llegó y luego fanfarroneó que no contaban con su astucia, que metió miedo y dejó sin sueño, con pañal repleto, mientras prepara su próxima jugada maestra. ¿Qué se le puede decir a la galopante imbecilidad?
La belicosa.- Se llama Flor de los Milagros Contreras León y sostiene estar en pleno frente bélico. Su convocatoria a la presunta batalla de Pardo y Aliaga, decía lo siguiente: “… Estamos y daremos GUERRA GUERRA GUERRA contra la tiranía, INDIGNACIÓN SELECTIVA JUSTICIA SELECTIVA y el TITIRITERO GORRITI, estamos en GUERRA”.
Esta guerrera de boca contra la “tiranía” es fujimorista y participa en ‘Con mis hijos no te metas’.

Como le gusta la guerra, guerra, guerra, es cercana al grupo “Asociación Nacional de Pensionistas Policial Militar – El Verdadero Grupo Coraje”, dirigido por un comandante FAP en retiro: Rommel Augusto Roca Laos, quien también estuvo en el plantón de La Pestilencia. El 9 de mayo, la Contreras subió una foto de una reunión del ‘Grupo Coraje’, con un invitado especial: el congresista de FP, Osías Ramírez, hermano de Joaquín Ramírez, investigado por presunto lavado de activos.
¿Lavado de activos, contra usted, don Joaquín? ¡Guerra, guerra, guerra!
La ‘guerrera fujimorista’.- Una que compite en agresividad verbal con Contreras es Mary Elena Cabrera Valdivia. Se afilió, ironías de la vida, al partido UPP desde 2017. Y ha participado activamente, entre otras causas, en un plantón a favor de Chávarry frente al Colegio de Abogados de Lima, de apoyo a Rosa Bartra y de hostigamientos contra Ronald Gamarra, Julio Arbizu y el diario La República.
Como los otros dos, Cabrera combina un fujimorismo furioso, que piensa a través de un megáfono, con el activismo de ‘Con mis hijos no te metas’. Que termina, por supuesto, en la defensa de corruptos.

Los demás.- Otros miembros de La Pestilencia que estuvieron en el plantón fueron: José Luis Linares Cerón (Presidente Internacional Movimiento Pro Vida Pro Familia); Vilma Gonzales Vidal (iglesia Agua Viva, fujimorista); Jorge Sánchez Escalante (fujimorista, con mis hijos no te metas); Edith Galarza Gerónimo (lo mismo que el anterior); Alberto Elías Bendezú (miembro de La Pestilencia).

José Linares es un pastor que apoyó a Luis Castañeda en su última campaña municipal. Entre otras actividades pastorales, fue acusado de haber violado a una chica de 17 años y de tener una hija no reconocida. Sus hermanos lo denunciaron en 2015 por violencia física y psicológica.
Jenny Zúñiga es un personaje notorio, que ha aparecido más de una vez en IDL-R. Y reapareció, desembozada ya, en el plantón de la Pestilencia el viernes pasado.
A su lado estuvo esta antisemita abierta y descarada:
Y junto a ella, los proclamados ex homosexuales por terapia divina, movilizados al servicio de los corruptos.
Líderes y modelos.– ¿Quiénes son los líderes y paradigmas de la Pestilencia? El grupo ha realizado, hasta donde se sabe, dos manifestaciones de apoyo: una a favor de Chávarry y otra en homenaje, vítores incluidos, a Rosa Bartra.
Esta niega vínculos con el grupo, pero varias fotos de la Pestilencia con su líder, la desmienten.
Es la principal, pero no la única. El grupo también visita a Karina Beteta, quizá en búsqueda de coherencia y profundidad intelectual.
Tiempo de biodigestores.