Los hechos relatan la historia, las cifras relatan los hechos. Tal es el orden de un relato preciso. El hecho, medido, comparado y corroborado en sus números, sus cantidades, se articula con otros en una secuencia coherente, significativa, a veces apasionante.
¿Y si las cifras relatan la historia? Lo hacen todo el tiempo. A veces en forma evidente, otras al cabo de laboriosas computaciones. Y los resultados pueden ser reveladores.
Como verán en este reportaje sobre el VRAE. ¿Qué cuentan los números de un solo criterio de medición sobre el conflicto armado en esa región? Los resultados son reveladores.
El VRAE es la única región en el Perú donde persiste, sin interrupción, la insurrección armada que Sendero Luminoso desató en 1980.
Es, por esa razón, la región que tiene la mayor concentración de fuerzas de seguridad en el país.
Por si fuera poco, es a la vez el epicentro del narcotráfico en el Perú. Desde ahí, docenas de narcovuelos despegan cada semana, con casi total impunidad.
En ese complejo escenario, la claridad de diagnóstico no es fácil. ¿Qué funciona y qué no? ¿Qué hechos han impactado con mayor claridad en el conflicto? “Métricas de guerra” ayuda a disipar la proverbial niebla de la guerra, que en conflictos irregulares hace particularmente difícil apreciar el horizonte estratégico.
Este trabajo empezó a fines de 2013. Esteban Valle Riestra, colaborador de IDL-Reporteros, se planteó explorar qué información podía dar el registro de bajas sufridas por las Fuerzas Armadas y la PNP en el conflicto en el VRAE.
Luego de una labor larga y prolija para conseguir y verificar los números (ver más en el recuadro sobre el tema), estos fueron ordenados dónde y cuándo ocurrieron, en el territorio y el tiempo. Esa es la información interactiva que ustedes pueden ver tanto en el mapa de métricas de guerra como en la infografía de la línea de hechos en el tiempo.
(Clic para ver el mapa en pantalla completa)
¿Qué indica el mapa? Varias cosas, pero las fundamentales son las siguientes:
• El territorio del VRAE varía significativamente en cuanto a la intensidad e importancia del conflicto.
• El área en la que ocurrieron los enfrentamientos más importantes, las emboscadas más sangrientas sufridas por las fuerzas de seguridad y los golpes más significativos que el Estado infligió a Sendero, es relativamente pequeña.
• Las peores emboscadas y los mejores operativos sucedieron en áreas cercanas pero en tiempos muy diferentes. En el ínterin el escenario se amplió y luego se estrechó nuevamente. La relación entre las causas y el efecto se hace más clara cuando se mira la Línea de Tiempo.
Línea de tiempo
La infografía interactiva sobre la Línea de Tiempo en la guerra irregular en el VRAE contiene mucha información (y puede servir como base para más). La principal es la siguiente:
• Las operaciones contrainsurgentes en el VRAE se iniciaron en forma sistemática durante el gobierno de Alan García. Anteriormente, durante el de Toledo, hubo acciones esporádicas y limitadas con desenlaces generalmente negativos.
• La primera etapa de la acción contrainsurgente de las FFAA y PNP contra SL-VRAE empezó con la operación Excelencia 777, en agosto de 2008. Toda esta etapa, que se inició con la toma de la base de Bidón y el reducto de Vizcatán, estuvo predicada en un esfuerzo de control territorial mediante bases militares y patrullas. Durante esa fase, luego de un corto repliegue senderista, las fuerzas de seguridad sufrieron los más duros contrastes: las emboscadas de Tintay Puncu y Sanabamba, el derribo del helicóptero en Sinaycocha. Sendero logró expandirse hacia La Convención y pudo también recuperar Vizcatán y Bidón luego que ambos fueran abandonados por las FFAA.

• Esa etapa se prolongó, grosso modo, hasta 2012. Fue un esfuerzo de contrainsurgencia territorial fundamentalmente militar, que resultó fallido.
• En febrero de 2012, el líder senderista ‘Artemio’ fue capturado en el Huallaga gracias al empleo exitoso de métodos de inteligencia operativa tanto electrónica como humana seguida por la acción militar (o policial) puntual.
• El gobierno adaptó de la A a la Z (y más allá) esos métodos al VRAE; unió a los grupos de inteligencia operativa de la PNP (sobre todo Dirandro y Dircote) con las Fuerzas Especiales del Comando Conjunto; los puso bajo la coordinación de un viceministro (Iván Vega) con acceso directo al presidente Humala, para lograr una coordinación eficiente con las FFAA y pasó de la lucha por control de territorio a la de infligir golpes a, sobre todo, los llamados “Blancos de Alto Valor” de SL.
• El paso de la etapa de contrainsurgencia militar (CI) a la de los golpes selectivos (CT o ‘Contra Terror’) se dio con fuerza desde mediados de 2012. Sus principales resultados fueron la muerte de tres de los más destacados jefes operativos senderistas: ‘William’, en septiembre de 2012; y ‘Alipio’ y ‘Gabriel’ en septiembre de 2013.
• El repliegue casi total de SL-VRAE desde septiembre de 2013 se refleja en la gran disminución de bajas militares. La expansión previa de Sendero se convirtió en repliegue, debilitamiento y pérdida de influencia.
• Sin embargo, acciones recientes indican que el repliegue puede haber llegado a su fin y que, aunque con gran cautela, el senderismo intente llevar a cabo acciones de guerrilla, cuidando al máximo sus vulnerabilidades tecnológicas.

Las bajas que sufrieron las fuerzas de seguridad en el VRAE no solo expresan en números las tragedias de vidas perdidas o heridas en ese conflicto. Su sacrificio importa también información cuyo conocimiento es muy necesario.
A continuación, los cuadros que ilustran sobre las bajas por regiones, por gobierno, por institución y la relación de emboscadas más letales.
Cómo se hizoLa base de datos utilizada para este informe reúne 377 registros de soldados y policías que resultaron muertos y heridos como consecuencia de emboscadas, hostigamientos, accidentes y operaciones en el VRAE. Comprende el periodo que va desde diciembre de 2005 hasta diciembre de 2014. Fue construida a partir de la información contenida en los boletines oficiales que publica periódicamente el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Los datos fueron sistematizados en una hoja de cálculo, que distinguió en columnas la fecha y el lugar en el que ocurrió cada incidente (región, provincia, distrito), y los nombres, institución (Ejército, Marina, Policía, Fuerza Aérea, Autodefensa) y rango (oficial, sub oficial) de las bajas. La base de datos fue complementada con información proporcionada por las instituciones armadas. Mediante pedidos de transparencia pública, se obtuvo del Ejército, Fuerza Aérea, Policía los registros del personal que resultó muerto o herido. La información que no constaba en los boletines del CC fue agregada. También se solicitó información a la Marina y el Comando Conjunto, pero estas instituciones negaron los pedidos. La Marina alegó que la información debía solicitarse al Comando Conjunto (Ver documento), y el Comando Conjunto que la información “se encuentra comprendida como información clasificada” (Ver documento). La información obtenida fue corroborada con las fichas de registro de RENIEC de los soldados y policías e informes aparecidos en distintos medios de prensa. Se contó con la colaboración de Convoca en el proceso de limpieza, sistematización y visualización de la base de datos. |