Después del editorial de IDL-Reporteros (“Respuesta a la comisión Muñante”) y de la contundente intervención del fiscal José Domingo Pérez, Alejandro Muñante ha tratado de responder por todos los medios a su alcance a la oleada de críticas que ha recibido por el manejo de su “investigación”. Y pronto le salió el troll.
El lunes 4, el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) publicó un comunicado en el que defendió el derecho de Gustavo Gorriti a “guardar silencio”, para lo cual, “basta una comunicación indubitable, requisito que Gorriti satisfizo”. El IPYS indicó que “ordenar la conducción compulsiva de un periodista a un interrogatorio […] califica como un acto de abuso de autoridad y atenta contra la libertad de información”.
Eso no le gustó nada a Muñante. Se le esfumaron las trabajosas buenas maneras y emergió el troll facho.
Su respuesta:
¿Súbditos del mismo empleador? ¿De George Soros?
La ignorancia es atrevida. Pero cuando se mezcla con la mala leche, puede terminar en bumerán.
IDL-Reporteros jamás recibió fondos directos de George Soros. Concursó por y ganó donaciones de la Open Society Foundations (del Independent Journalism Program, dentro de ellas). Las fundaciones se manejan con independencia y autonomía del origen, o de los donantes, de sus fondos. Esa es la regla en virtualmente todas las fundaciones filantrópicas y, claramente lo fue con la Open Society Foundations.
George Soros desarrolló sus actividades empresariales a través de sus propias compañías.
¿Hubo gente en el Perú que hizo negocios directos con Soros?
¿Hubo gente? A ver, hagamos memoria.
¡Sí! ¡Sí la hubo! ¡Hubo una persona que hizo negocios con Soros y que presumió de ello! Y da la casualidad, Muñante, que tú conoces a esa persona.
¿Quién es?
¡Rafael López Aliaga!
Debieras saberlo, pues IDL-Reporteros lo reveló hace ya algún tiempo.
El reportaje titulado ‘Anales de la hipocresía’ fue publicado el 23 de marzo de 2021. Recomiendo leerlo completo, por lo mucho que revela sobre el presente.
En resumen, la investigación de IDL-R destapó lo siguiente:
• López Aliaga no solo vendió acciones a fondos de Soros; sino lo tuvo y declaró como accionista durante varios años.
• En 1999, la compañía PRESA, donde López Aliaga tenía una importante participación informó a la Superintendencia de Mercados y Valores que “…Actualmente, la Sociedad cuenta con un accionariado difundido, que incluyen inversionistas institucionales internacionales (como los fondos de George Soros: Quantum y Platinum, Lehman Brothers, Singer & Friedlander, Beta Global Funds, entre otros), inversionistas institucionales locales y personas naturales, entre otros”.
• El mismo informe, en lo básico, se repitió el año dos mil. Y luego, del 2001 al 2008, López Aliaga no dejó ni un año de mencionar “los fondos de George Soros” como parte de su “accionariado difundido”.
El 2015, cuando una nota periodística informó sobre la posibilidad de que Soros invirtiera “hasta 300 millones de dólares” en expansión hotelera en Perú, Chile, Ecuador y Argentina, López Aliaga lo comentó con entusiasmo en su cuenta del entonces Twitter:
Tres años después, en 2018, el lenguaje azucarado de “los fondos de George Soros” se había convertido en el vitriolo furibundo que, vomitando invectivas, trataba de ocultar los largos años de negocios conjuntos.
Así que, Muñante, cuando hables de súbditos de Soros, hazlo con cuidado: de repente te escucha tu jefe, López Aliaga.
