Más de 23 mil respiradores artificiales fueron comprados por nueve países latinoamericanos desde inicios de marzo hasta fines mayo para dotar las unidades de cuidados intensivo de sus hospitales y atender a centenares de enfermos con Covid-19. El gasto de estas naciones superó los 320 millones de dólares.
La alianza periodística transfronteriza Centinela Covid-19 examinó 129 contratos de compras públicas de respiradores de uso médico y de transporte –utilizados cuando es necesario trasladar pacientes– en Perú, Brasil, Colombia, México, Argentina, Paraguay, Uruguay, Guatemala y Costa Rica.
Todos los gobiernos hicieron sus compras bajo la modalidad de contratación directa, pero no todos compraron en las etapas más tempranas de la pandemia ni pagaron los mismos precios. Los países que salieron más rápido a comprar, antes de que los precios de los ventiladores se dispararan debido a la demanda mundial fueron, Costa Rica y Uruguay. El Perú, pese a que fue uno de los países que más pronto salió a comprar ventiladores, pagó algunos de los precios unitarios más altos de la región.
En el caso de Argentina y Brasil, como tienen una industria nacional de ventiladores, eso les permitió comprar un volumen mayor de equipos a menor precio.
Guatemala, el país más pobre de los comparados en esta investigación, hizo algunas compras de respiradores muy costosos, incluyendo tres respiradores para niños y bebés recién nacidos a más de 100 mil dólares cada uno, a pesar de que estos dos grupos no están entre la población que más frecuentemente necesita de estas máquinas para sobrevivir el virus en otras partes del mundo.
A continuación presentamos un análisis gráfico que detalla los hallazgos de esta investigación, aunque es necesario hacer dos advertencias. La primera es que, si bien en algunos países los gobiernos regionales y locales también han comprado ventiladores, estos hallazgos sólo reflejan los contratos realizados por entidades o agencias del orden nacional. La segunda es que los precios de los respiradores pueden variar ostensiblemente, según la capacidad, sofisticación del equipo, los accesorios que incluya y, por último, según el volumen de unidades que se compren.
Hemos diferenciado aquí respiradores de transporte (pensados para dar un apoyo temporal a los enfermos durante traslados), respiradores pediátricos/neonatales y respiradores que pueden ser usados por adultos. No obstante, entre estos últimos pueden existir diversas gamas y estándares de calidad.
En todo caso, como revelan los gráficos, las naciones pagaron en promedio de entre los 28,000 y los 34,000 dólares por cada ventilador mecánico para adulto. Las compras hechas en Perú y México exceden estos rangos.
Los datos provienen de portales abiertos de datos sobre compras públicas de los nueve países hasta el 31 de mayo, solicitudes específicas de información y entrevistas a funcionarios del sector salud. Los gráficos fueron elaborados por CLIP a partir de la base de datos que compilamos (y que pueden descargar aquí).
Como se observa en los gráficos de arriba, Brasil, el país más poblado de los analizados, donde ciudades como Sao Paulo tienen altas tasas de casos confirmados y de fallecidos, es el país que más respiradores compró. En seguida está México que, como se ve, sacó menos provecho a su inversión. En el caso de Argentina, el número de respiradores que figuran son los que aparecen en documentos públicos disponibles, pero tanto el gobierno nacional como las empresas indican que las compras duplicaron ese número.
En esta línea de tiempo se pueden ver todas las compras hechas por los nueve países entre febrero y mayo. Cada compra es un punto del gráfico y, al pasar el cursor, muestra los datos básicos de cada contrato.
Si un punto está más arriba en la gráfica, significa que el precio unitario en dólares de ese contrato fue más alto (en el caso de los contratos que no especificaban el costo en dólares hicimos la conversión al cambio del día). Como se puede ver, dos compras en Guatemala superaron los 100 mil dólares por unidad.
La gama de respiradores es amplia y sus precios varían según los volúmenes, los accesorios que traen y la velocidad de entrega. Aún así, el gráfico revela quiénes fueron los más precavidos, qué países hicieron sus compras en distintos momentos y a diferentes precios (Perú, Colombia, Guatemala) y quienes tienden a tener compras por encima de los rangos de precios de los demás (México).
Para entender cómo se comportaron los precios, graficamos las compras de respiradores mecánicos para adultos por país, que representan más de tres cuartas partes de las inversiones.
Aunque algunos países como Costa Rica, Brasil y Guatemala hicieron sus compras de ventiladores para adultos en diversos tiempos, éstas se mantuvieron dentro de rangos de precio similares. En cambio, las del Perú y Colombia tuvieron mayores fluctuaciones y los cambios en los precios en México son aún más notables.
Los precios más bajos de Brasil se explican no solo por el volumen de sus compras, sino porque fue el único país en concentrar la totalidad de sus compras con cinco empresas nacionales. En febrero, el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, expidió una ley por la cual solicitó a los fabricantes nacionales que le vendieran al gobierno federal toda su producción, para que luego éste los distribuyera entre los 26 estados y al Distrito Federal, según los criterios de su ministerio de Salud. Esa medida, sin embargo, tuvo como consecuencia conflictos políticos y legales con varios estados que también habían hecho pedidos a esas empresas.
En esta gráfica agrupamos todos los respiradores mecánicos para adultos en rangos de precios de 5 mil dólares, para ver cómo están distribuidos. Excluimos las compras de Brasil, que por su volumen (más de 16 mil equipos) y su precio homogéneo (11 mil 400 dólares por unidad), distorsionan la visualización e impiden leer los datos de los demás países.
Similar a Brasil, Argentina también realizó casi todas sus compras a empresas nacionales, lo que se refleja en precios por unidad más bajos. En marzo el presidente Alberto Fernández intervino las compañías nacionales, que quedaron obligadas a venderle toda su producción.
México combinó compras a dos empresas locales y a una decena de extranjeras, debido en parte a que alberga varias fábricas de respiradores pero se ve obligado a exportar la mayoría de esos equipos en virtud de temas legales, como contaron Quinto Elemento Lab y otros aliados en este reportaje de la alianza.
Uruguay también hizo dos compras locales, a dos consorcios que ganaron fondos de un programa estatal de innovación tecnológica para desarrollar 50 respiradores de último recurso.
Guatemala, pese a contar con la mayor ampliación presupuestaria de la historia de 220 millones de dólares, compró 216 equipos. Aún así, los dos hospitales más grandes del país que han asumido la mayor carga de pacientes críticos, no han adquirido ni uno sólo. Hasta la fecha esos dos centros han utilizado el método del arrendamiento.
Tres fabricantes de respiradores brasileros (Magnamed, Intermed y KTK) encabezan el listado de ventas por número de equipos, dados sus contratos con el gobierno federal de ese país. Les siguen la empresa china Beijing Aeonmed, la argentino-brasileña Leistung, la estadounidense Carefusion Vyaire y la suiza Hamilton Medical.
En monto total de los contratos, tres de esos fabricantes (Magnamed, Intermed y Beijing Aeonmed) representan ventas por más de 40 millones de dólares.
En esta gráfica se pueden ver los montos totales de los contratos según el país comprador y el país de origen de la marca que fabrica los respiradores (aunque los contratos fueron la mayoría de las veces suscritos con empresas distribuidoras y no con filiales de los fabricantes, e incluyen costos como el de transporte).
Sin contar a Brasil, el primer lugar lo ocupan las marcas chinas, con 66 millones dólares en ventas de respiradores a América Latina, principalmente a México, Colombia y Perú. Eso incluye solamente a los fabricantes cuya casa matriz está en China, sin contar a las otras marcas tienen fábricas allí.
Le siguen las marcas originarias de Estados Unidos, con más de 42 millones de dólares en ventas, repartidas en casi todos los países de la región. Eso sugiere que, a pesar de que el gobierno de Donald Trump invocó la Ley de Producción de Defensa (DPA) para garantizar que las industrias nacionales provean al país productos y servicios esenciales para la defensa nacional, las compras de ventiladores no se vieron afectadas, quizás en parte debido a que muchas empresas dueñas de marcas estadounidenses tienen –como contamos– cadenas de producción globalizadas y fabrican o ensamblan estos equipos en países como México y China.
En tercer lugar, aparecen las marcas de Suiza con 32 millones de dólares en ventas, casi todas concentradas en México.
Como se puede apreciar, el monto total invertido por los nueve países fue de 317,884,240 dólares.
Esta gráfica permite hacer comparaciones entre los distintos precios pagados por los diferentes países en ventiladores de las mismas marcas.
El valor que aparece en cada cuadro es el número más bajo de cada rango de precios de 5 mil dólares. Eso significa que, por ejemplo, Colombia pagó entre 15 y 20 mil dólares por cada uno de los 800 ventiladores VG70 de Aeonmed, mientras México pagó entre 35 y 40 mil dólares por cada uno de los 730 equipos de la misma marca que compró, mediante un contrato que no revela el modelo adquirido.
En algunos modelos se ven precios similares: por ejemplo, Costa Rica pagó 28.640 dólares por 20 respiradores Carescape R860 y Colombia pagó 28.000 dólares por 100 del mismo modelo, lo que los ubica en el mismo rango.
En otros hay diferencias más notables: cuatro compras de ventiladores Servo Air del fabricante sueco alemán Maquet registran precios distintos, sin analizar las configuraciones distintas que puedan tener: en marzo Costa Rica compró 30 a 32 mil 500 dólares y Perú 35 a 50 mil, mientras en mayo Colombia adquirió 29 a 18 mil 700 dólares y México 10 a 50 mil 306.
Este gráfico compila todas las compras de respiradores de los nueve países, organizados por empresa distribuidora con la que se firmó el contrato.
Las marcas brasileñas llevan la delantera por el volumen de aparatos que compró ese país en contratos por lo general únicos. Entre las distribuidoras no fabricantes sobresale la mexicana Soluciones Integrales en Gestión y Riesgos de Desastres S.A., con un contrato de 1.330 equipos que sumó 49 millones de dólares. Algunas distribuidoras aparecen como proveedoras de varios contratos: la mexicana Integradora de Soluciones Industriales y Médicas se quedó con doce y la guatemalteca Disgua Distribuidora Guatemalteca con ocho.
Al pasar el cursor por cada cuadrado aparece el nombre y detalles de los distribuidores más pequeños. Queda por responder la pregunta de si estos son los distribuidores más experimentados en el campo médico en sus países o si figuran algunos que entraron en el negocio aprovechando las circunstancias excepcionales creadas por la urgencia, la contratación directa y la estructuración de fondos de emergencia.
Excluimos aquellos contratos que fueron anulados o cancelados por problemas de disponibilidad de equipos, mala calidad o cuestionamientos por los vínculos políticos o la falta de idoneidad de los proveedores. En total encontramos ocho de este tipo en cuatro países.
Esta gráfica muestra la distribución de los precios de los respiradores mecánicos para adultos en cada país y en la región en general.
Las barras verticales en cada gráfica muestran el precio mínimo y el precio máximo por unidad que pagó cada país por un equipo, siendo cada uno de los bloques en el medio un cuartil (el 25% de los contratos) y la línea vertical en todo el medio el valor central de todos los contratos. Cada círculo representa un contrato. Los más grandes en cantidad saltan a la vista por el mayor tamaño de círculo.
Esta gráfica permite ver que, por ejemplo, una cuarta parte de las compras de América Latina –siempre de respiradores mecánicos útiles para adultos– se concentran entre los 28 mil y 34 mil dólares, que vendría a ser el precio más habitual.
Se puede ver también que el 65% de los contratos de ventiladores que compró México están por encima del valor mediano de toda la región, pero más del 91% de los ventiladores se compraron a un precio mayor al valor promedio de toda la región, mientras que los de Guatemala o Costa Rica están todos concentrados dentro de rangos de precios muy similares.
Esa misma distribución de precios se puede observar en los distintos tipos de ventilador. Curiosamente uno de los rangos más amplios está en los ventiladores pediátricos y neonatales, entre los cuales están los costos más altos por unidad de todas las compras hechas en América Latina.
El Perú compró rápido, pero caro
Essalud, el Ministerio de Salud y la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios –esta última, por encargo del Minsa– compraron un total de 636 ventiladores mecánicos (544 ventiladores volumétricos y 92 de transporte), de los cuales llegaron al país 628, fueron distribuidos 135 ventiladores a hospitales a nivel nacional y casi un centenar fue devuelto por no cumplir con las especificaciones técnicas que exigían los contratos, de acuerdo a información recogida por IDL-R de las tres instituciones al 30 de junio del 2020.
Apenas tres días después de decretado el estado de emergencia nacional, el 19 de marzo, el Minsa hizo su primera compra: 35 ventiladores mecánicos marca Maquet a la compañía Trademedic S.A.C. Perú, por un monto total de 6 millones 247 mil 500 soles.
Al menos 26 de esos ventiladores formaban parte de un lote que había sido previamente vendido al Consorcio Salud Tacna –empresa que tiene a su cargo la construcción del hospital Hipólito Unanue en esa región– por un precio unitario tres veces menor, de acuerdo con una investigación de Cuarto Poder. Los ventiladores fueron entregados en el Hospital Emergencia Ate Vitarte, el 21 de marzo. Días después, la Contraloría advirtió que los equipos estaban incompletos, y la fiscalía anticorrupción inició una investigación. No fue sino hasta inicios de junio cuando los ventiladores empezaron a ser usados, según indicó a IDL-R el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Ate, Josef Vallejos. “No nos podíamos dar el lujo de tener 35 máquinas que estaban pasando como inoperativas. Hemos tenido que operativizarlas en tiempo récord”.
En la misma fecha en que el Minsa compró los 35 ventiladores Maquet, el gobierno de Costa Rica adquirió 30 respiradores del mismo modelo al precio unitario de 32 mil 300 dólares, es decir, 20 mil dólares más barato. En mayo, el gobierno colombiano adquirió 29 equipos a 18 mil 700 dólares y México diez a 50 mil 306 dólares.
Esa fue la única compra de ventiladores hecha directamente por el Minsa durante el estado de emergencia. El 23 de marzo, el Gobierno delegó la tarea de realizar las principales adquisiciones de salud a la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) –adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros y creada en 2017 para liderar las obras de infraestructura tras el Fenómeno de El Niño Costero–.
El Ministerio de Salud solicitó a la ARCC que compre 501 ventiladores volumétricos y 62 ventiladores de transporte. Es así que diez días después de encomendada la tarea a la ARCC, esta compró a la compañía IQ Medical Services 450 ventiladores mecánicos chinos marca Northern Meditec Limited, modelo Crius V6, por 11 millones 227 mil 500 dólares.
El 21 de abril, la ARCC realizó una segunda compra para completar el lote faltante de 51 ventiladores volumétricos a IQ Medical Services, por 2 millones 65 mil 500 dólares. Estos respiradores llegarían al país más rápido: 31 ventiladores chinos marca PuAO, la primera semana de mayo; y 20 ventiladores marca Prunus, la segunda semana de ese mes.
Los ventiladores PuAO llegaron al Perú el 7 de mayo y fueron devueltos porque no cumplían con las especificaciones técnicas requeridas para tratar a pacientes con Covid-19.
Por esos días llegó al Perú el lote que contenía 20 ventiladores marca Prunus adquiridos a la misma compra. Estos tampoco cumplían “con la totalidad de especificaciones técnicas requeridas”, relacionadas a los componentes y accesorios de los equipos, según consta en el “Reporte de avance ante situaciones adversas N°002-2020-OCI/PCM-CC” de la Contraloría.
El Ministerio de Salud determinó que la compañía no subsanó las observaciones señaladas por la Contraloría, como consta en el OFICIO N°583-2020-DG-HSR/MINSA, pero que, dada la urgencia, aún así los ventiladores podían ser utilizados para dar soporte respiratorio a pacientes con Covid-19.
La ARCC suscribió una adenda al contrato para modificar las especificaciones técnicas originales con el fin de que se adapten a las que presentaban los ventiladores Prunus llegados al Perú; a cambio la empresa aceptó hacer una rebaja de 31 mil 400 dólares en el precio de ese lote por las observaciones que no podía subsanar y que se estaban descartando en la adenda.
El 6 de junio, el Minsa certificó haber recibido de la empresa 50 ventiladores de la primera compra de abril, de la marca Northern Meditec Limited, que ya fueron distribuidos. El 30 de junio el Minsa recibió los 400 ventiladores restantes de ese mismo lote.
Essalud, a su turno, solo compró 28 respiradores durante el estado de emergencia, de los cuales 20 ya fueron distribuidos entre los hospitales Guillermo Almenara, Edgardo Rebagliati y Alberto Sabogal. Estos ventiladores de transporte, utilizados para hacer los traslados de pacientes, son del modelo Prisma Vent y fueron comprados a la empresa Invemet, por un precio unitario de 11 mil 200 dólares cada uno.
Los ocho ventiladores volumétricos restantes fueron comprados a la sucursal en Perú de la empresa alemana Dräger: cinco modelo Evita V500 y tres Evita V300, a 48 mil 529 dólares cada uno. En total, el Estado pagó 388 mil 232 dólares.
Paraguay compró a inicios de febrero el mismo ventilador, Dräger Evita 300, a 25 mil 781 dólares, mientras que Uruguay adquirió en abril ventiladores modelo Evita 500, a 36 mil 600 dólares.
Entrevistado por IDL-R a inicios de junio, el gerente central de operaciones de Essalud, Óscar Ugarte, precisó que en su institución “hay un plan de compras de 368 ventiladores, de los que se inició la compra internacional de 120, pero fracasó. Ahora estamos en otro proceso de compra”.
Cabe mencionar que, en diciembre del 2019, Essalud ya había comprado 94 ventiladores mecánicos de transporte –utilizados cuando es necesario trasladar pacientes– (por 2 millones 622 mil 604 soles) y 23 ventiladores neonatales pediátricos (por 2 millones 152 mil 804 soles) que llegaron al Perú la última semana de marzo del 2020.
A este equipamiento, Essalud logró sumar los ventiladores donados por el sector privado, y los ventiladores inoperativos que fueron reparados por la Marina de Guerra y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), que son más de 50.
Para leer los análisis detallados de las compras de cada país:
Costa Rica y México – El costo de fabricar respiradores (Quinto Elemento Lab y Canal Trece)
Guatemala – Un país sin oxígeno propio (No Ficción)
Paraguay – Pierde en la lucha mundial por respirar (El Surtidor)
Uruguay – Por la pandemia, el Estado compró respiradores por US$ 1,2 millones sin licitación (Sudestada)
(*) Centinela Covid-19 es un proyecto de periodismo colaborativo y transfronterizo sobre la respuesta al Covid-19 en América Latina, del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), Chequeado (Argentina), El Deber (Bolivia), Agência Pública (Brasil), El Espectador y La Liga contra el Silencio (Colombia), La Voz de Guanacaste (Costa Rica), Ciper (Chile), GK (Ecuador), El Faro (El Salvador), No Ficción (Guatemala), Quinto Elemento Lab (México), El Surtidor (Paraguay), IDL-Reporteros (Perú), Univision Noticias (Estados Unidos), Confidencial (Nicaragua) y Sudestada (Uruguay), con reportería adicional de Televisión Pública de Costa Rica (Canal 13) y el apoyo de Oxfam y el Pulitzer Center on Crisis Reporting.