Luiz Antonio Mameri no es un nombre muy conocido en Panamá. Pero eso cambiará a partir de la fecha. Él es responsable de haber aprobado personalmente unos 49.5 millones de dólares para campañas electorales y sobornos a cambio de proyectos estatales en Panamá. Procedencia del dinero: Odebrecht.
Como es sabido, esta empresa brasileña ha admitido pagos de sobornos en Panamá por 59 millones de dólares.
De los pagos autorizados por él, la novedad esta vez es lo que se le habría pagado al antiguo ministro de la Presidencia de Ricardo Martinelli, el entonces todopoderoso Demetrio Jimmy Papadimitriu.
El exministro niega rotundamente que sea cierto.
Mameri afirmó que autorizó pagos para el hoy exfuncionario por un monto poco menor al 10% de la cantidad total de sobornos que aprobó para Panamá.
El alto ejecutivo de Odebrecht era el destinatario final de las peticiones de soborno de los superintendentes de cada país latinoamericano en los que Odebrecht tenía obras. Él era el que tenía el poder para aprobarlas o desaprobarlas.
El expresidente del grupo brasileño Marcelo Odebrecht describió en su delación premiada el primer paso para asignar sobornos: “ Nuestros ejecutivos mantenían en cada país relaciones próximas con los agentes públicos locales, y yo tenía conocimiento, aunque sin implicación directa, de que, de alguna forma, había pagos indebidos en el exterior, incluso, por medio de la Caja 2 [fondo negro que alimentaba el llamado Sector de Operaciones Estructuradas o de pago de coimas], por parte de nuestros ejecutivos que allá estaban, ya sea con el pretexto de hacer contribuciones electorales o no”.
La solicitud de esos “pagos indebidos” era recibida por los líderes empresariales de Odebrecht. En este caso, las peticiones de coimas las formulaba André Campos Rabello a Mameri, director de Odebrecht para América Latina y Angola y vicepresidente de Constructora Norberto Odebrecht, S.A., en Panamá.
Mameri, tras aprobar el pago de los sobornos, estos se tramitaban en el Sector de Operaciones Estructuradas. Y una de esas peticiones de coimas habría llegado al correo de Mameri por parte de Campos Rabello, cuando había transcurrido menos de un año del ascenso al poder de Ricardo Martinelli.
La petición, según Mameri, llegó en el primer semestre de 2010. Lo contactó Campos Rabello, quien le informó que había llegado a un acuerdo con el entonces ministro de la Presidencia, Demetrio Jimmy Papadimitriu, para que la compañía le hiciera “pagos indebidos” a él a través de su padre.
Mameri habría autorizado los pagos que sumaban en total unos 4 millones de dólares, relató a los fiscales.
Poder detrás del poder
Papadimitriu fue en un tiempo el ministro más cercano de Martinelli. Su afinidad, frecuentemente, se traducía como el poder detrás del poder. Y razón había para creer lo que se susurraba –o gritaba– en los corrillos políticos: Papadimitriu es considerado el arquitecto de la victoria de Martinelli en las elecciones de 2009.
Pero el otrora señorío del ministro quedó reducido a la de un “mandadero”, como él mismo lo describió cuando devino la debacle. Se convirtió en una fría y distante relación luego de que La Prensa publicara –a mediados de 2011– uno de los mayores escándalos que tuvo que soportar Martinelli, provocado por el propio Papadimitriu.
La estrecha playa de Juan Hombrón (en la provincia de Coclé) se convirtió en una pesadilla para Papadimitriu y para Martinelli, arrastrados en un torbellino mediático que terminó con la renuncia del primero y la orden del segundo de devolver al Estado las codiciadas arenas costeras.
En su defensa, Papadimitriu aseguró que sus padres le “ confirmaron que sí invirtieron en la compra de títulos y derechos posesorios [de tierras] a pescadores en el área de Juan Hombrón… Yo no manejo los negocios de mis padres y ellos no se meten en mis actividades”, aseguró el entonces funcionario.
Así, el exministro puso distancia de la polémica compra de playas, y sus padres pasaron al frente como los compradores. Pero las dudas de que el verdadero comprador era el ministro nunca se disiparon por completo.
Ahora también surgen dudas sobre la afirmación que hizo aquella vez de que sus padres no se metían en sus actividades, en especial, por lo que dijo Mameri de que el presunto pago de coimas a Papadimitriu fue a través de su padre (q.e.p.d.), cuando habría recibido una coima de 4 millones de dólares por parte de Odebrecht para su hijo el ministro.
La ‘cinta coimera’
En 2009, Papadimitriu participaba activamente en la campaña de Martinelli. De hecho, era su director, y a él se le atribuye la estrategia que le dio la victoria a Cambio Democrático. Parte de la estrategia incluía pegajosos eslóganes como: “Entran ricos y salen millonarios”, en referencia al entonces gobierno de Martín Torrijos, o la “cinta coimera”, en alusión al proyecto insignia de Torrijos que construía la entonces ya polémica Odebrecht.
Inexplicablemente, una de las primeras decisiones de Martinelli tras llegar al poder fue otorgar, en agosto de 2009, el contrato a Constructora Norberto Odebrecht –esa que había construido lo que él llamaba la “cinta coimera”– para que se hiciera cargo de la segunda fase de la cinta costera. No hubo licitación, una simple adenda resolvió el problema de convocar un acto público.
La razón que explicaría tan repentino cambio la pudo haber dado el propio Mameri, quien relató a los fiscales brasileños que en 2009, Campos Rabello le informó que Odebrecht haría una contribución de 400 mil dólares de recursos no contabilizados de la empresa para la campaña del entonces candidato presidencial Ricardo Martinelli. La petición fue autorizada personalmente por Mameri.
Tal contribución no era ajena a Papadimitriu. En los cables del Departamento de Estado de Estados Unidos, filtrados por Wikileaks, la entonces embajadora estadounidense en Panamá, Barbara J. Stephenson, informó a Washington de una entrevista que sostuvo en la sede diplomática en Panamá con el que por entonces ya era ministro de la Presidencia.
“El jefe de la campaña política de Martinelli, que ahora es ministro de la Presidencia, [Demetrio] Jimmy Papadimitriu, dijo al Emboff [siglas en inglés para “Oficial de la Embajada”] que estaba a punto de revelarse información, según la cual, Martinelli había recibido una gran contribución [económica] de la empresa brasileña Odebrecht…”, escribió la diplomática.
Y añadió: Papadimitriu dijo que “el dinero de Odebrecht [a la campaña de Martinelli] había sido accidentalmente mezclado por la abogada de Martinelli, Alma Cortés, [por entonces otra ministra del gabinete de Martinelli], en las cuentas pertenecientes a [David] Murcia”, el colombiano condenado en Estados Unidos por lavado.
No hubo tal revelación entonces… sino hasta ahora. Pero la ironía es que Martinelli sí tenía razón: Odebrecht sí coimeaba, pero lejos de molestarle el asunto, le sacó harto provecho, como hasta ahora se ha sabido: 59 millones de dólares en coimas, buena parte de ellas en el período en el que condujo los destinos del país (2009-2014).
La caída
Pero las desavenencias de Papadimitriu y Martinelli echaron a perder la otrora estrecha relación. El presidente, agobiado por las críticas que golpeaban su gobierno por el escándalo de Juan Hombrón, ordenó revertir la titulación de las fincas playeras. Ello no fue del agrado del ministro, porque, después de todo, sí habían metido plata en esas playas.
Y aquí hay que recordar que, en el primer semestre de 2010, Mameri fue informado por Campos Rabello de que este había acordado pagarle al entonces ministro los 4 millones de dólares.
Para el segundo semestre de ese año, da la casualidad de que los padres del ministro comenzaron a comprar las playas, por medio de derechos posesorios que tramitaba Anabelle Villamonte, una antigua empleada del negocio familiar de los Papadimitriu, nombrada directora de Titulación de la Autoridad Nacional de Administración de Tierras.
En 2010 –además de los millones solicitados por Papadimitriu– se marcó otro hito importante en la relación de Odebrecht con el gobierno de Ricardo Martinelli.
Mameri confesó en Brasil que Campos Rabello le informó que él había participado en reuniones con el presidente Martinelli y los estrategas políticos brasileños João Santana y Mónica Moura, recientemente condenados en Brasil y luego aceptados en el programa de delación premiada.
En uno de esos encuentros, añadió Mameri, Campos Rabello le dijo que, en función de las obras públicas que la empresa desarrollaba en Panamá, Odebrecht sería responsable de pagar parte del costo de la campaña electoral a favor del que entonces era el candidato de Ricardo Martinelli a la Presidencia; es decir, a favor de José Domingo Mimito Arias.
Campos Rabello habría aceptado pagar 10 millones que saldrían de los fondos negros de la compañía, y a Mameri le pareció un buen trato, así que autorizó dicho pago.
Odebrecht, como se ha reportado, terminó donando mucho más dinero a esa campaña, según confesaron los propios estrategas del candidato de Martinelli, y cuya compañera de fórmula era la esposa del entonces gobernante, Marta Linares de Martinelli. Un negocio que terminaba siempre en el círculo familiar, por lo que se ve.
Tras acogerse al programa de delación premiada, Santana y Moura confirmaron que fueron 16 millones de dólares los que dio Odebrecht en pagos no
contabilizados de la empresa, aunque originalmente se pactó la friolera de 21 millones de dólares.
‘La venganza, un plato que se come frío’
La diferencia entre el primer aporte que dio Odebrecht a Martinelli en 2009 y el de 2014 fue abismal. Pero no era lo único distinto. Esta vez no contaban entre sus asesores políticos al responsable de su victoria en los comicios de 2009.
Jimmy Papadimitriu halló la manera de devolverle el favor a quien lo había reducido a “mandadero”. El exministro cruzó las líneas enemigas y se unió a la campaña electoral de Juan Carlos Varela, el archienemigo político de Martinelli y hoy presidente de Panamá.
El propio Martinelli reconoció la mano de Papadimitriu en la campaña de Varela. “Reconocer es de hombres. Papadimitriu hizo mejor campaña con un mensaje claro y repetitivo. Nosotros demasiados mensajes y muy difusos”, escribió en su cuenta de Twitter, tras una derrota a la que no daba crédito.
Pasada la campaña, Papadimitriu volvió a ser una celebridad, aunque de manera momentánea. Atrás había quedado el escándalo de Juan Hombrón, pues los medios –al igual que Martinelli– no dudaron en facturarle a él la victoria de Varela. Aunque en alguna ocasión Papadimitriu declaró que no sería parte del gobierno panameñista de Varela, aprovechó la oportunidad para describir lo que calificaba como su mayor dolor.
“Me encantaría apoyar a Varela con el tema del transporte desde la junta directiva de la nueva Autoridad del Transporte [una propuesta del entonces presidente electo]… Una de las cosas que me dolió al salir de este gobierno [del de Martinelli], fue abandonar el proyecto de la modernización del transporte público”, aseguró.
Millones de razones, sin duda alguna.
(*) Rolando Rodríguez, de La Prensa, de Panamá, forma parte de la Red de Periodismo de Investigación Estructurado, compuesta por periodistas de IDL-Reporteros de Perú; Armando Info, de Venezuela; La Nación, de Argentina; y Sudestada, de Uruguay.
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