El lema del History Channel es: “donde el pasado cobra vida”; y las últimas declaraciones del ministro de Justicia Aurelio Pastor lo ponen en vigencia.
Luego de los sorprendentemente enérgicos titulares de portada hoy, 11 de marzo, tanto de El Comercio como de La República denunciando “¡Atentado contra la libertad de prensa!” (El Comercio) y “Gobierno amenaza al Canal 4” (La República), Pastor consideró indispensable expresar su posición y la de su gobierno respecto de la democracia y las libertades ciudadanas.
Esta mañana, en la querendona RPP, el ministro aprista dijo lo siguiente.
“Nosotros somos parte de un grupo político, de un partido, que ha luchado permanentemente por las libertades y que ha dado muestras permanentes de respetar las libertades, especialmente la prensa [sic], la opinión y la expresión. Y vamos a seguir luchando bajo cualquier circunstancia y bajo cualquier régimen para permitir que en el Perú esas libertades se consagren y se respeten”.
A continuación, el ministro remachó su compromiso personal con la libertad: “Aurelio Pastor es un hombre demócrata, cree en la democracia y lucha firmemente por la democracia a pesar de tener discrepancias con algunas opiniones. Eso queda absolutamente claro: primero están los valores democráticos y luego están mis apreciaciones”.
En eso de luchar “firmemente” por los valores democráticos, el respeto y consagración de las libertades “bajo cualquier régimen”, el ministro Pastor tiene una experiencia especial.
En efecto, el año dos mil, luego de la Marcha de los Cuatro Suyos, (en la que, hay que recordarlo, el partido aprista tuvo una importante participación) y antes del derrumbe del régimen de Fujimori y Montesinos, Aurelio Pastor fue contratado por el parlamentario fujimorista Rolando Reátegui, para trabajar como empleado en la comisión de Fiscalización del fraudulento régimen.
El transfuguismo como forma de lucha por la libertad es ahora y era especialmente entonces, una categoría difícil de comprender. Pero nadie la consideró como una forma sutil de defender la democracia. De hecho, ni Alberto Kouri, ni Eduardo Palomo, ni Luis y Róger Cáceres Velásquez, ni Rubi Rodríguez, entre otros, intentaron presentarse como herederos de Pericles, de Atenas.
Cierto es que en una carta, fechada el 26 de agosto del 2000, que remitió entonces a Caretas, Pastor sostuvo que si bien “se me presenta como un nuevo tránsfuga que abandonó sus principios dejándose seducir por el poder … Ello no es cierto”.
Pastor afirmó que “La propuesta […] de Rolando Reátegui, fue dada a conocer a integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del PAP y conversada con más de un congresista de la Célula Parlamentaria Aprista. El pedido de licencia al CEN del partido se formalizó el 11 de agosto…”.
Desde París llegó pocos días después una respuesta de un aprista con particular acercamiento al Alan García de entonces. Andrés de los Ríos era socio de García en un pequeño negocio que habían emprendido en el exilio.
“Aurelio Pastor trata de justificar con mentiras su paso a las filas de la dictadura”, tronó de los Ríos. “Eso de que el partido sabía que sería contratado por la Comisión de Fiscalización, es mentira”. “Soy aprista” continuó de los Ríos, “y creo que venderse de esa manera es una traición no solo al APRA sino a la sociedad peruana que sufre la dictadura”.
Y con esto, el History Channel cholo termina su transmisión de hoy.
A continuación, el facsimilar de las dos cartas completas: