Mientras la atención se concentraba en las entonces todavía limitadas confesiones de Odebrecht, en 2017, funcionarios de otras compañías confesaban por su cuenta y pasaban desapercibidos.
Pese a que el primer intento de delación corporativa por parte de OAS fracasó ese año en Brasil, un grupo de ex ejecutivos de esa compañía logró hacer convenios personales de delación premiada en Brasil.
Así, entre el 28 y el 31 de agosto de 2017, el ex ejecutivo de OAS, Alexandre Portela Barbosa rindió su manifestación ante la procuraduría brasileña, como parte de su delación premiada. Esta fue homologada en marzo del año pasado por el Supremo Tribunal Federal. Portela se había acogido a la delación premiada junto con otros siete funcionarios que integraron el departamento de sobornos de la constructora OAS, llamada ‘Contraloría de Proyectos Estructurados’.
Portela Barbosa, que ocupó el cargo de director del área internacional de la ‘Contraloría de Proyectos Estructurados’, relató que el dinero para el pago de sobornos fue generado a partir del desvío de dinero de los contratos públicos adjudicados a la empresa en distintos países, entre ellos Perú.
Hubo una práctica sistemática de sobreprecios en obras públicas. De acuerdo con la declaración de Portela, cada superintendente de OAS tenía conocimiento pleno de la generación de recursos para abastecer al área de contabilidad clandestina.
Cuando un director superintendente pactaba una coima, lo comunicaba a la ‘Contraloría de Proyectos Estructurados’ para poder canalizar el pago. Léo Pinheiro, expresidente de la constructora, no estuvo al tanto de todos los pagos de sobornos, de acuerdo con Portela.
Según el delator, la ‘Contraloría de Proyectos Estructurados’ fue un área de la compañía que siempre existió, pero no era conocida por todos los trabajadores de la empresa. Los que sí estuvieron al tanto de su funcionamiento y trabajaron directamente en ese equipo conocieron, en varios casos, quiénes fueron los beneficiarios finales de las coimas. Su esquema de funcionamiento fue menos sofisticado que el de Odebrecht, que utilizó por lo general pseudónimos para los sobornados.
Las actividades de la ‘Contraloría de Proyectos Estructurados’ de OAS fueron suspendidas en 2014, con el desencadenamiento del caso Lava Jato.
Según Portela, Leonardo Fracassi, ex director operacional de la constructora para Perú, Ecuador y Colombia, participó de las operaciones para generar recursos de la Caja 2. A la fecha, este no tiene un acuerdo de delación premiada con la procuraduría brasileña.
Según fuentes vinculadas a la investigación del caso Lava Jato, en su delación premiada, Alexandre Portela mencionó al empresario Gustavo Salazar, a quien se intenta extraditar de los Estados Unidos, por presuntamente haber participado como intermediario en el pago de un soborno de un millón 250 mil dólares de parte de Odebrecht al ex gobernador regional de Cusco, Jorge Acurio Tito, para adjudicarse el proyecto Vía Evitamiento del Cusco.
Alexandre Portela relató que durante el primer trimestre de 2013, le informó a Leonardo Fracassi que tenía un pago pendiente a Gustavo Salazar por 1 millón y medio de dólares.
Según Portela, Salazar presentó una estructura de seguros, para poder hacer los pagos.
Es así que Gustavo Salazar presentó a OAS a otro empresario del rubro de seguros llamado Carlos Chamorro, CEO de la compañía Ocean International Reinsurance Company, de Panamá. Entre 2013 y 2014, según Portela, se hicieron operaciones fraudulentas de compras de pólizas de seguros a través de la empresa de Chamorro por 6 millones de dólares.
De ese total, un millón y medio de dólares fueron transferidos a Salazar y el resto abasteció la Caja 2 de OAS. En esta operación intervino el abogado uruguayo Fernando Belhot, que también hizo otras transacciones de lavado de dinero para Odebrecht.
Entre los años 2012 y 2014, OAS tuvo a su cargo la construcción del Centro de Convenciones de Lima y el Hospital Antonio Lorena, en el Cusco; la construcción y mejoramiento de la carretera Quilca-Matarani, en Arequipa; y el proyecto Vía Parque Rímac en Lima.
De acuerdo con la declaración de Alexandre Portela, en 2013, la sede de OAS en Perú también suscribió un contrato ficticio con un empresario chileno llamado Gonzalo Santolaya de Pablo, por un total de 3 millones 300 mil dólares. Los pagos se hicieron a través de Fernando Belhot.
Según Portela, todas las operaciones en el exterior pasaron por cuentas manejadas por Fernando Belhot.
La sede de OAS en Perú, de acuerdo con el testimonio de Alexandre Portela, hizo un contrato ficticio con la empresa chilena Constructora Andreu en 2012, por 6 millones de dólares.
Otro colaborador eficaz, Roberto Trombeta, ya había descrito esta operación a las autoridades brasileñas, como parte de un testimonio más amplio sobre cómo hizo para transferir dinero de OAS en Perú y Ecuador.
Trombeta indicó que “OAS Perú contrató servicios ficticios de consultoría técnica” con la Constructora Andreu Ltd, por 6 millones 150 mil dólares.
Esto fue publicado por IDL-Reporteros, en el artículo ‘Cómo OAS contrabandeó dólares al Perú’: “Andreu a su turno transfirió casi toda esa suma – 5 millones 996 mil 250 dólares – a una compañía española llamada DSC Workshop Obras, Construcciones y Promociones, la que realizó transferencias a través de sociedades holandesas por el monto de 5 millones 760 mil 250 dólares a una cuenta del banco BPA, de Andorra, perteneciente a Kingsfield.
Esos y otros dineros que llegaron a Kingsfield fueron remitidos, “por orden de OAS” a una cuenta en Suiza indicada por el doleiro Alberto Youssef. Así, Kingsfield operó en el “tercer nivel de lavado” previo a la entrega final a, muy probablemente, el o los beneficiados por las coimas”.
Según la declaración de Alexandre Portela, Trombetta participó de operaciones en el exterior.
Alexandre Portela indicó a las autoridades brasileñas que viajó en varias oportunidades a Lima. En una de esas visitas, participó de reunión en una agencia de publicidad, en San Isidro. Se sugirió hacer un contrato ficticio con esa agencia para generar recursos para la Caja 2, según Portela. No explicó cuál fue el destino de ese dinero.