El 6 de marzo de 2009, en la inauguración de una central telefónica de la SUNAT, en Santa Anita, el presidente de la República, Alan García, improvisó un discurso con temas que tocaban una suerte de teología automotriz, refiriéndose a una marca en particular, el Porsche Cayenne, como “uno de esos dioses extraños” del lujo excesivo; una especie de becerro de oro sobre ruedas (“¡oh, la Porsche Cayenne!”, exclamó Garcia), que –al fin y al cabo hablaba en la SUNAT– le suscitaba inevitables preguntas: “hombre y ¿de dónde salió esa plata?… ¿podemos explicarnos todos eso?”. (Leer la transcripción del discurso de Alan García).
Su auditorio estaba compuesto por altos funcionarios de la SUNAT, encargados precisamente, de averiguar “de dónde salió esa plata” para cobrar los impuestos del caso y ver si hubo o no evasión tributaria. Su severa misión, quedó muy claro en el mensaje del presidente, no debía confundirse con los adoradores del Baal rodante. Las fotos y el video muestran un auditorio atento e impresionado. Entre ellos está la que entonces era una de las dos ex funcionarias en el grupo, Nahil Hirsh.
Las palabras del presidente obviamente impactaron a Hirsh, aunque quizá no exactamente como el presidente supuso. Tanto así, que cuando la nombraron, por segunda vez, Superintendenta de la SUNAT (es decir, la número uno de la institución), en enero de este año, una de las primeras cosas que hizo, fue hacerse adjudicar y acondicionar un Porsche Cayenne Turbo para su uso personal, pagado, por supuesto, por los impuestos recolectados por la SUNAT.
En este caso, el presidente de la República no tendría que preguntarse de dónde viene esa plata, porque viene de todos los peruanos, pero nada le impediría exclamar “¡oh, la Porsche Cayenne!”, cuando Nahil Hirsh lo pase raudamente, en camino, de repente, a dar el discurso de orden en un seminario sobre austeridad gubernamental.
Como se recordará, en su discurso de toma de posesión presidencial, Alan García no solo enfatizó una iniciativa sino propuso un recorte de sueldos a un tope de 15 mil soles a congresistas y funcionarios de primer nivel. A eso le llamó austeridad el 28 de julio de 2006.
Pero a fines de 2010, la jefa de la SUNAT transporta su austeridad en un Porsche Cayenne Turbo. Lo mejor de todo, para ella, es que no tuvo que comprarlo, sino hacérselo adjudicar con las mejoras del caso.
Pero no solo eso. Hirsh se hizo adjudicar casi simultáneamente otros cuatro autos para uso propio. Se entiende que alguno pueda ser para la escolta, ¿pero cuatro?
IDL-Reporteros recibió la información sobre el gusto por el lujo de Hirsh, pagado por los contribuyentes, y decidió corroborar si era cierto o no.
A las 8.28 am del martes 2 de noviembre, Paola Ugaz, de IDL-Reporteros, acompañada por el legendario fotógrafo Carlos Saavedra (el que hizo la primera y accidentada foto de Vladimiro Montesinos en 1983), buscó en su casa a Nahil Hirsh.
La empleada que trabaja en la casa de Hirsh dijo que “la señora Nahil no está disponible para hablar con nadie” porque se preparaba para salir a su oficina en el centro de Lima.
Luego, mientras Ugaz y Saavedra esperaban la salida de Hirsh, se acercó un miembro de la seguridad de Hirsh, que se presentó como policía de Seguridad del Estado, en proceso de agitación emocional. En un tono de voz que igualaba el grito, pidió documentos(fueron enseñados) y anunció una acusación por nada menos que “intento de secuestro” por “hacer tomas de vídeo ilegales”. El supuesto policía no especificó su criterio sobre qué vídeos son legales y cuáles ilegales.
En medio de la flota automotriz que emergía de la casa de Hirsh, el auto de Saavedra, un venerable Fiat de 1980 destacaba por una austeridad mecánica y un motor asmático que hubieran impresionado hasta al propio Alan García.
Y ahí estaba, esperando a Hirsh, la Porsche Cayenne Turbo, color negro, de placa de rodaje EGA-437, asignada a su uso. Saavedra tomó fotos mientras el chofer de la movilidad retrucaba con fotos de su celular y el vigilante anunciaba a los gritos la inminente llegada del Serenazgo del distrito.
Los precios de las camionetas Porsche Cayenne Turbo que se venden en una representación en la avenida República de Panamá varían entre los 90 mil y 200 mil dólares.
¿Cómo se adjudicó Hirsh la Porsche Cayenne Turbo y los otros cuatro autos?
Al asumir el cargo de Superintendenta, Hirsh fue informada de que en el almacén de autos decomisados por la SUNAT estaba una Porsche Cayenne Turbo, que su predecesor, Manuel Velarde, había rechazado usar. Pero Hirsh decidió autoadjudicársela de todos modos, aunque se viera mal. Porque lo que se veía muy bien era el auto.
De acuerdo al Registro vehicular, la SUNAT es propietario del mismo.
Además de la Porsche Cayenne Turbo negra, Hirsh cuenta con un vehículo escolta y con tres automóviles adicionales.
Los automóviles que figuran como de propiedad de la SUNAT y que están a su servicio son, según conoció IDL-Reporteros:
PIO-020 Plata Nissan Frontier
AGD126 Toyota Corona Guinda
AGD127 Toyota Corolla Guinda
AGE238 Toyota Corolla Guinda
Detrás de la adjudicación de la camioneta Porsche hubo un intenso intercambio de correos entre el Superintendente Adjunto de Tributos Internos, Ricardo Toma Omaya, y los funcionarios Alan Augusto Peñaranda Iglesias; Monica Teresa De la Torre Ugarte Flores; Nestor Luis León Galvez; Hilda Fidela Vizcarra Moscoso; Miguel Angel Alvarado Silva; entre otros; con el fin de “acondicionar” el vehículo para Hirsh. (Ver correos electrónicos)
El costo de la adjudicación del vehículo fue de S/.10.366; parte de ese monto, fue conseguido por IDL-Reporteros en el siguiente recibo de un Taller Porsche en Lima que asciende a S/. 6504.18.
En la tarde del martes 2, IDL-Reporterosle entregó una lista de preguntas a Nahil Hirsh a través de la Jefa de Comunicaciones de SUNAT, Melita Guerrero. Hirsh ofreció responder las preguntas en una entrevista el miércoles 3. Será en su oficina y no a bordo del Porsche Cayenne.
Una pregunta adicional que IDL-Reporteros plantea a Hirsh es si piensa patentar la manera mediante la cual se puede vivir como millonario trabajando para el Estado con sueldos de supuesta austeridad.