Trajeado con saco azul pero sin corbata, con el rostro entre tenso y resignado de quien debe traducir años de próspero disimulo en confesiones sin pausa ni retorno, Jorge Barata escuchó la lectura de las condiciones acordadas con la Procuraduría brasileña para cada uno de sus muchos capítulos de delación premiada. Era el 15 de diciembre de 2016 y Barata se preparaba para confesar cómo, cuándo y por cuánto había sido el “pagamento indevido” al “entonces presidente de la República de Perú Alejandro Toledo en relación con la licitación de la Carretera Interoceánica Sur – Trecho 02 y Trecho 03”.
¿Renunciaba a su derecho a guardar silencio y reafirmaba su compromiso de decir la verdad? “Sí”; ¿estaba de acuerdo con que hubiera un registro audiovisual de la diligencia? “Sí”; ¿los abogados presentes son sus abogados legalmente nominados? “Sí”; ¿pretende colaborar en forma efectiva y responsable con los procesos criminales que lleva el ministerio público federal? “Sí”; ¿sabe que los efectos de la ‘colaboración premiada’ dependen de lograr uno o más resultados […] como la identificación de cómplices, de la estructura de la organización criminal, la prevención de acciones criminales similares, la recuperación del producto de las infracciones criminales? “Sí”.
“Fue un proceso de negociación. Al final no hubo alternativa y fijamos los 35 millones de dólares”.
La cámara recogía las voces, los gestos y pasó ahora a las preguntas. Jorge Barata empezó a contar cómo consiguió para Odebrecht y sus socios el contrato de IIRSA Sur, cuánto coimeó para lograrlo y cómo lo hizo. Ahora, un año después, IDL-Reporteros presenta en exclusiva las partes más importantes de la confesión videograbada de Barata, que no solo describen lo que pasó sino se relacionan, como veremos, con otros hechos revelados en días recientes, que atañen al presidente Kuczynski, y que permite verlos bajo una perspectiva más profunda y abarcadora.
I
Poco después de haber comprado las bases de la licitación para la Interoceánica Sur, durante el gobierno de Toledo, Barata relata que fue abordado en un evento en Palacio “a mediados de 2004” por Avi Dan On (a quien describe como “el loro del pirata”, por haber estado siempre cerca de Toledo, “una persona muy próxima al presidente de la República”). Dan On le dijo que “le gustaría mucho que ganásemos la Interoceánica Sur”. Cuando Dan On le preguntó luego que qué “necesitaba para ganar” Barata contestó que se hiciera la licitación “lo más rápido posible”. “Y ahí surge”, dijo Barata, “que el Presidente quería tener una participación, un beneficio en ese proceso”. […] “Él me informó que le gustaría de tener una contrapartida para eso. Una ventaja indebida y que él podía ayudar a ganar el proceso”.
Luego hubo varias reuniones en Palacio, en la última parte de 2004. “Él [Dan On] llamaba al Presidente, convocaba, nosotros entrábamos por una puerta lateral que no pasaba por los registros […] Probablemente hubo unas cuatro o cinco [de esas reuniones]”.
“Después que se creó esa relación [con Avi Dan On] hubo una indicación clara que ellos esperaban tener una participación de ese proceso. […] Luego fui buscado por Gideon Weinstein y por Sabi Saylan […] Llegaron estas personas israelíes para conversar acerca de esas ventajas indebidas y pidieron 35 millones de dólares para ser beneficiados en ese proceso”.
“Avi Dan On ya no era el líder de ese proceso. Era usado como mensajero, como intermediario. […] Había un señor Josef Maiman, que era un gran empresario israelí-peruano. Multimillonario […] decían que era quien había financiado la campaña de Alejandro Toledo. Entonces era ’the owner of Alejandro Toledo’ […] Entonces, ese Avi Dan On parece que había trabajado en la empresa de Maiman y había sido asignado para trabajar en la seguridad del Presidente de la República…”.
Uno de los fiscales pregunta a Barata: “Usted dijo que hubo varias conversaciones y hubo una cobranza clara; ¿eso dónde ocurrió, cuál fue el monto?”.
“35 millones de dólares” responde Barata, “y esa reunión ocurrió en Río de Janeiro, en el hotel Copacabana Marriott, en la suite presidencial. En esa reunión estuvo presente Alejandro Toledo, Josef Maiman […] Ellos, naturalmente, estaban en una sala al lado, porque era una suite presidencial. Yo estaba sentado en una mesa con Avi Dan On y con Sabi. Y él, [Toledo] estaba en una sala al lado con Josef Maiman”.
El monto del soborno “fue un proceso de negociación. Al final no hubo alternativa y fijamos los 35 millones de dólares”. Que representaba casi el 10% del costo total de uno de los tramos.
[…] “¿Se pagaron los valores [sobornos], fueron hechos los contratos?” pregunta un fiscal.
“La licitación continuó. Se hicieron muchas modificaciones en las propias bases, yo reclamaba mucho el monto que ellos tenían estimado, […] … ellos dijeron que no nos preocupásemos, porque después si ganásemos buscarían las formas de mejorar eso”.
Luego, dice Barata, hubo otras reuniones en la sede de la compañía Merhav, de Maiman, en la calle Independencia, en Miraflores. En una reunión, dice, estuvo Alejandro Toledo.
“¿Fue hecho el pago de los 35 millones?” pregunta un fiscal.
“No”, responde Barata, “[…] porque como todo el proceso no fue de la forma en que debería haber sido conducido por cuenta de esa falta de capacidad de influenciar en Proinversión […] nosotros terminamos pagando 20 millones de los 35. […] Al final salió el gobierno y nos dejó con un tremendo problema, una responsabilidad de ejecutar la obra en condiciones que no eran de las más adecuadas”.
Los pagos fueron hechos “a través de nuestro Departamento de Operaciones Estructuradas […] Yo accioné directamente con Hilberto Silva [el jefe del Departamento]. […] Marcelo Odebrecht recomendó que hable con Hilberto Silva. Y él debe haber autorizado a Hilberto Silva a hacer ese pago”.
El negocio, dice Barata, “llegó a ser lucrativo después”, mediante aditivos al contrato. El cobro de la coima era hecho con insistencia “…por Merhav, que nos cobraba el pago de esos procesos, y exigían. Había un cobro permanentemente y eso fue hecho a lo largo de dos o tres años”, especialmente bajo el gobierno de García.
¿Cómo logró Odebrecht lucrar pese al pago de coimas millonarias? Muy sencillo: con la adición de sobrecostos. El sobrecosto del tramo II fue de 149% respecto del monto contratado. Y el del tramo III fue de 74% sobre lo contratado. ¿Cómo se iba a oponer el Presidente, que dependía de concederlo para poder cobrar las coimas?
II
Ministro y consultor
El 14 de noviembre pasado, IDL-Reporteros publicó “Acta no autorizada” que reseñó el interrogatorio llevado a cabo pocos días antes por el fiscal José Domingo Pérez Gómez a Marcelo Odebrecht, en Curitiba.
Entre las varias revelaciones de Marcelo Odebrecht, IDL-R reportó el testimonio de este sobre los eventuales pagos de su compañía a la campaña de Keiko Fujimori el 2011 y, eso fue nuevo, respecto de haber empleado a Pedro Pablo Kuczynski como consultor.
Los miembros de la mayoría fujimorista (y sus aliados del Apra) en la comisión Lava Jato del Congreso se activaron inmediatamente, para encubrir a Keiko Fujimori de un lado y para explotar cualquier hallazgo negativo sobre PPK. Le encontraron más de una mentira y se lanzaron de inmediato a una campaña frenética de linchamiento para vacarlo de la presidencia.
El linchamiento no tiene nada en común con la justicia o con la investigación para encontrar la verdad. Por lo contrario, frecuentemente se asocia con el encubrimiento, como es aquí el caso.
Pero el secuestro y perversión de una causa no cancela la necesidad legítima de investigar cuál fue la relación entre Kuczynski y Odebrecht durante el gobierno de Toledo e inmediatamente después de él.
Revisemos brevemente lo que ya se acaba de saber:
PPK fue ministro de Economía entre 2001 y 2002.
El año 2004, Kuczynski figuraba como el único miembro en el directorio de la compañía Westfield Capital, que compartía dirección con la compañía First Capital, del antiguo socio de PPK, Gerardo Sepúlveda.
En febrero de 2004, Kuczynski volvió a ser nombrado ministro de Economía. Como tal asumió la presidencia del consejo directivo de Proinversión. PPK se mantuvo en el MEF hasta agosto de 2005, cuando fue nombrado premier, cargo en el que acompañó a Toledo hasta el fin del período presidencial de este.
En su testimonio en Curitiba, Marcelo Odebrecht dijo que PPK había sido “una piedra en el zapato” para los intereses de Odebrecht durante ese tiempo. Y, como se ha visto, Barata se queja en su testimonio de “esa falta de capacidad de influenciar en Proinversión”, que lo llevó a reducir la coima a Toledo de 35 a 20 millones de dólares. La consultoría se habría dado después.
En efecto, las cantidades más fuertes (pagadas en este caso por IIRSA Norte a Westfield) fueron el 3 y 4 de diciembre de 2007, por 287 mil dólares el primer día y 430 mil el segundo.
Nada mal. Pero no fueron los únicos pagos, ni los primeros.
El 2004 la concesionaria Trasvase Olmos le pagó algo más de 10 mil dólares a Westfield por “reembolso de gastos”. Hay otros pagos por el mismo concepto el 2005, 2006 y 2007 por 10 mil 600; 21 mil 700 y 2 mil 157 dólares respectivamente. Y el 2005 hay un pago de 20 mil dólares por “comisión fija, estructuración y colocación”.
En esos tiempos, PPK proseguía su trabajo en el gobierno. En febrero de 2005, por ejemplo, exoneraron del SNIP a IIRSA Sur. El 23 de junio, Proinversión adjudicó los tramos 2 y 3 de IIRSA Sur al consorcio liderado por Odebrecht e integrado también por Graña y Montero, JJ Camet e ICCGSA.
Poco después, la Contraloría planteó un impedimento, señalando que empresas del consorcio sostenían litigios judiciales con el Estado. Pese a ello, las observaciones de la Contraloría fueron desechadas en un día por Proinversión y se firmó el contrato sobre los tramos 2 y 3 de IIRSA Sur.
En febrero del 2006 se firmaron, en días sucesivos, adendas para IIRSA Norte e IIRSA Sur.
En julio de 2006 IIRSA Sur tramo 3 contrató con Westfield Capital una asesoría para una financiación sustentada en “la emisión de Certificados de Reconocimiento de Pago de Deuda (“CRPAO”)”. El contrato indicaba que Westfield tenía “una basta [¡sic!] experiencia en materias financieras en general” por lo que le adjudicaban la asesoría con un honorario de 300 mil dólares. Nada mal para la “basta” experiencia.
Poco después de terminar su período presidencial, Toledo fundó y presidió una ONG, el Centro Global para el Desarrollo y la Democracia. PPK fue vocal en la junta directiva entre 2006 y 2012. Entre los contribuyentes a la ONG estuvo Odebrecht con algo más de 71 mil dólares.
Finalmente, First Capital, la compañía que comparte dirección con Westfield en Miami, realizó continuas asesorías a empresas de Odebrecht, durante 7 años, por algo más de 4 millones de dólares. El 22 de noviembre de 2012, la concesionaria H2Olmos le pagó 1 millón 660 mil dólares como “honorario de éxito” en su asesoría financiera. Ocho días después, el 30 de noviembre, First Capital abonó a PPK un honorario de 610 mil dólares por “asesoría financiera” al mismo proyecto.
Si el propósito de Odebrecht, como lo dijo Marcelo, fue contratar a PPK como consultor para “curar heridas”, puede decirse que el propósito medicinal de los pagos fue ampliamente utilizado hasta que el caso Lava Jato los convirtió en toxinas.
Todos los pagos reseñados han sido abiertos. Ninguno proveniente de la Caja 2, según la compañía. Eso aclara algunas preguntas, pero no las que indagan sobre el conflicto de interés.
(*) Esta es una publicación de la Red de Investigaciones Periodísticas Estructuradas liderada por IDL-Reporteros e integrada por periodistas de O Globo (Brasil), La Nación (Argentina), La Prensa (Panamá), Armando.Info (Venezuela), Sudestada (Uruguay) y Quinto Elemento Lab (México).