Algunas de las principales obras de Luis Castañeda en la alcaldía de Lima han estado asociadas a cuestionamientos por sobrecostos y retrasos en su ejecución.
En lo que va de su tercera gestión edil, Castañeda ha publicitado el baipás de 28 de Julio como su obra emblemática. En marzo pasado, cuando empezó su construcción, la teniente alcaldesa Patricia Juárez indicó que para el alcalde esta obra es una prioridad.“[Es] una de las [obras] más importantes que estamos entregando a la sociedad”, indicó Juárez en una rueda de prensa en el Congreso.“Qué maravilla que se puedan hacer obras rápidamente”, dijo días después en una entrevista al programa Sin Medias Tintas.
Este proyecto, que en septiembre ya tenía un avance del 25 por ciento, ahora enfrenta importantes cuestionamientos. Para entenderlos es necesario revisar su origen.
El 12 de noviembre de 2009, la municipalidad de Lima, entonces al mando de Castañeda que iba en el penúltimo año de su segunda gestión, concesionó el proyecto vial Línea Amarilla a la empresa LAMSAC, entonces socia de la constructora brasileña OAS. Se designó a OAS Sucursal del Perú como encargada de las obras de Línea Amarilla.
Tal fue la envergadura del proyecto (una inversión de 570 millones de dólares), que a la firma del contrato asistió el entonces presidente de OAS, José Adelmário Pinheiro, hoy encarcelado y sentenciado por corrupción en el marco de la investigación Lava Jato.
Dos años después, en 2011, la gestión de Susana Villarán cambió parcialmente el proyecto original y añadió el costo. Le cambió de nombre a Vía Parque Rímac, porque incluyó entre otras cosas la creación de 25 hectáreas de áreas verdes para la recuperación de la ribera del río Rímac. El costo aumentó en 130 millones de dólares. La obra pasó a costar 700 millones de dólares.
Pero recién en febrero de 2013 se incluyó un adendo al contrato de concesión del proyecto Línea Amarilla entre la municipalidad y la compañía, que entre otras cosas disponía la creación de un fideicomiso de 74.5 millones de dólares, con el que se financiaría el proyecto Río Verde, que estaba contemplado dentro de Vía Parque Rímac.
Después de un año de negociaciones entre la municipalidad y la empresa, en octubre de 2014 estuvo lista la versión final del contrato de obra del proyecto Río Verde, según un acta del Fondo Metropolitano de Inversiones (Invermet), que entonces gerenciaba el proyecto. Es decir, todos los acuerdos estaban dados y solo faltaba que la constructora firme el contrato para que empiecen los trabajos.
Eso nunca sucedió.
La constructora OAS no firmó el contrato, lo cual provocó la queja de Invermet, que pidió una autorización para elegir a otra empresa constructora para el proyecto Río Verde.La queja no tuvo mayor eco. Villarán había perdido las elecciones y Castañeda se alistaba para su tercer periodo como alcalde.
En marzo pasado, a tres meses de iniciada su gestión, Castañeda anunció la construcción del baipás de 28 de Julio. Su financiamiento saldría del fideicomiso de 74.5 millones de dólares que estuvo destinado inicialmente al ahora descartado proyecto Río Verde de Villarán, a pesar de que son obras totalmente distintas.
En la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto del baipás presentada en marzo pasado por la municipalidad al ministerio de Transportes y Comunicaciones y aprobada en abril, figuran dos estudios: “el plano de especies arbustivas” y “el conteo de volúmenes vehiculares”. El primero se hizo bajo la supervisión de OAS, y el segundo a pedido de esta. ¿Qué tienen de particular? Ambos fueron hechos en diciembre del 2014.
Es decir, aún no terminaba el período de Susana Villarán y OAS ya estaba preparando estudios -por lo bajo- para un proyecto que se realizaría durante el mandato del recién electo Castañeda. Pocos meses después, en marzo de este año, empezó la construcción del baipás.
Abandono de grifos
A pesar de las críticas y protestas por la modificación del proyecto, los trabajos para la construcción del baipás continuaron. Como parte de ellos estaba previsto el cierre de los grifos ‘Piki’ y ‘Kikito’, ubicados en la zona del cruce de las avenidas 28 de Julio, República de Chile y Arequipa. El plan de abandono de los grifos, que implicaba el cierre y retiro de tanques de combustible, se ejecutó sin contar con la aprobación del Ministerio de Energía y Minas (MEM), tal como reveló El Comercio esta semana.
Más allá de realizar este trabajo sin el visto bueno del MEM, llamó la atención el presupuesto establecido para esta operación. En el plan de abandono de grifos que la municipalidad le presentó en junio de este año, todo el procedimiento costaría 127 mil 829 soles. Eso incluía el retiro de siete tanques de combustible: cuatro del grifo ‘Piki’ y tres del ‘Kikito’.
Sin embargo, en el presupuesto del contrato de la obra firmado el pasado 17 de marzo por la Gerencia de Promoción de la Inversión Privada de la municipalidad de Lima y OAS, el costo era otro: 427 mil 462 dólares. Al cambio promedio de marzo de este año, poco más de 1 millón 320 mil soles.
En otras palabras, el presupuesto de OAS para el retiro de los tanques es diez veces mayor que el que presentó la municipalidad al ministerio de Energía y Minas por el mismo concepto.
¿Por qué esta enorme diferencia presupuestaria?
Una posibilidad es que la municipalidad haya subvaluado el precio debido a la garantía que esta debía pagar por el plan de abandono. Esto equivale al 75 por ciento del monto total del plan. Sirve para cubrir posibles incidentes de contaminación, de acuerdo al Decreto Supremo 039-2014-EM.
Otra alternativa es que el presupuesto del contrato de OAS haya sido sobrevaluado. Pero es difícil determinar el costo real del retiro de tanques ya que, tal como lo señaló la Contraloría en su informe del pasado 12 de mayo, el presupuesto de la obra “no está sustentado en planos, especificaciones técnicas, metrados, entre otros”. Esta falta de información técnica “no permite determinar la razonabilidad del costo de la obra (…) y del plazo de ejecución de la obra estimada”.
IDL-Reporteros se comunicó con Ricardo Berjon, subgerente de Prensa y Comunicaciones de la municipalidad de Lima, quien señaló que respondería a través de un email. Hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta de su parte.
Del mismo modo, IDL-R contactó al ingeniero civil Eder Melendres, representante de la empresa EMR Ingeniería y Construcción, autora del Plan de Abandono de los grifos; pero indicó que no daría declaraciones sin la autorización de OAS.
Lío presupuestario
Tanto los grifos como los demás espacios donde se trabajan las obras están rodeadas por un cerco perimétrico. Según el contrato firmado por la municipalidad y OAS, se trata de un cerco de metal de 1,864 metros de longitud hecho con planchas acanaladas de 2.70 metros de altura.
El presupuesto, que incluye instalación del cerco, es de 303 dólares por metro lineal, por lo que el costo total es de 564 mil 792 dólares.
Sin embargo, al consultar a tres empresas especializadas en fabricación de mallas y cercos metálicos, estas indicaron que el precio promedio por metro lineal no supera los 320 soles (103.6 dólares al tipo de cambio promedio de marzo, de 3.09). Es decir, el precio en el mercado es casi la tercera parte de lo presupuestado por OAS.
El cerco no solo está sobrevalorado. IDL-R constató que el cerco que actualmente protege las obras del baipás no es de plancha acanalada sino lisa, que es más barata que la primera.
En el rubro de paisajismo del presupuesto se encuentra el ítem de sembrado y suministro de césped americano. El metro cuadrado está presupuestado en 13.52 dólares. Al ser 1,334.6 metros cuadrados, el total para el césped es de 18 mil 043 dólares.
Al preguntar por el precio del césped americano en dos viveros y una empresa especialista en jardinería, el costo por metro cuadrado no sobrepasa los 16.80 soles, incluyendo transporte, preparación de terreno e instalación.
En este caso, el costo presupuestado por OAS equivale a dos veces y medio el precio del mercado.
En otro punto del contrato figura el pintado de sardineles, presupuestado en 14.35 dólares por metro. Son 512.82 metros, por lo que el total es de 7 mil 358 dólares.
En la revista Costos de septiembre pasado –publicación de referencia de los precios unitarios de materiales y mano de obra para construcción– figura que el costo para el pintado de sardineles es de 14.80 soles por metro. Una vez más, el presupuesto de OAS es casi tres veces más que el precio aproximado en el mercado.
Solo en estos tres ítems (cerco, césped y pintado de sardineles) el sobrecosto del presupuesto del baipás es mayor a un millón 197 mil soles.
IDL-R buscó tener la explicación de OAS, pero la compañía no quiso responder.