Hace más de una semana, el lunes 13 de diciembre, el comandante general de la Policía, general PNP Javier Gallardo, presentó al ministro del Interior, Avelino Guillén, la propuesta oficial de pases al retiro de 20 generales (17 de armas y 3 de servicios).
El proceso es usual en esta época del año y sirve no solo para que fluya la renovación de promociones, sino para controlar en parte la inflación del número de generales. El problema es cuando se utiliza mal, como parece haber sido el caso.
De acuerdo con fuentes de IDL-R, el ministro Guillén observó de inmediato la lista. Es que entre los oficiales que Gallardo planteaba pasar al retiro figuraban por lo menos cinco generales considerados entre los mejores de la Policía.
Se trataba de los generales Vicente Tiburcio Orbezo (director de la Dirincri); Miguel Lostaunau Fuentes (director de la Escuela Nacional de Formación Profesional Policial); Óscar Serván López (director de Criminalística, Dircri); Marco Antonio Lara Vergara (jefe de la X Macrepol Puno); y Óscar Arriola Delgado (director la Dircote).
Guillén le devolvió la lista a Gallardo para que la corrija y saque de ella a los generales de alto rendimiento profesional.
Gallardo demoró una semana en hacerlo y este martes 21 presentó la nueva lista. Había sacado al general Arriola, pero los otros cuatro generales seguían en ella. Además, había incorporado en el grupo de pase al retiro al general Jorge Angulo Tejada, jefe de la Región Policial Lima, cuya gestión es considerada muy eficiente tanto por el ministro Guillén como por la mayor parte de oficiales con capacidad operativa. La nueva relación comprendía ahora a 21 generales (18 de los cuales de armas).
Guillén, de acuerdo con fuentes del Interior, expresó con claridad su descontento a Gallardo y en la tarde del martes conversó sobre el tema con el presidente Pedro Castillo. Guillén, según las fuentes de IDL-R, informó a Castillo que la lista de Gallardo pretendía pasar al retiro a algunos de los mejores cuadros de la Policía.
El presidente Castillo respondió que iba a evaluar el tema.
Fuentes dignas de crédito aseguran a IDL-R, que el ministro Guillén se negará a firmar la resolución de pases al retiro que planteó Gallardo, hasta que no se retire de ella a los oficiales con mérito y capacidad que Gallardo pretende purgar.
Al haber desoído las observaciones que planteó el ministro Guillén, Gallardo adoptó la actitud desafiante de quien siente tener influencia directa en Palacio de Gobierno y cree que el ministro del Interior es débil y efímero.
Lo inusual del caso es que por lo común el llamado manoseo político afecta a la institución premiando la obsecuencia en lugar del mérito. Este caso parece ser exactamente lo opuesto. Un ministro que defiende la meritocracia ante un comandante general que la socava.
En las próximas horas, o en lo que queda de la semana, Castillo deberá tomar una decisión de gran importancia y consecuencia para él y para el Gobierno.