Era inicios del 2015, el mes de proyectos nuevos, ambiciones renovadas. En el local de EGACAL (la hoy harto conocida, por diversas razones, escuela de estudios jurídicos y empresa familiar de Guido Aguila y su esposa Ana Calderón), había una reunión de alrededor de 30 personas, cuyo motivo central era anunciar el lanzamiento de una candidatura.
Guido Aguila, el cofundador de EGACAL iba a ser candidato a consejero en el entonces muy poderoso Consejo Nacional de La Magistratura (CNM). La reunión, por supuesto, no era solo informativa, sino buscaba sumar y acumular expresiones de apoyo a esa candidatura.
Un exalumno de EGACAL figuraba entre los más entusiastas partidarios de la candidatura de Aguila. Era Tomás Aladino Gálvez, entonces fiscal supremo adjunto. Gálvez había llamado personalmente a varios exestudiantes suyos y a otras personas para invitarlos a asistir al evento.
En la reunión, Gálvez tomó la palabra para resaltar las cualidades que presuntamente calificaban a Aguila para la exaltada responsabilidad: su trayectoria en la educación y, como no, su compromiso de lucha contra la corrupción, nada menos. Gálvez terminó su intervención exhortando a los asistentes a apoyar esa candidatura.
Guido Aguila agradeció las palabras de Tomás Gálvez, y reciprocó los elogios. Remachó su discurso indicando que postulaba con el compromiso de renovar el CNM…
Ya sabemos qué pasó. Aguila fue elegido consejero del CNM e inició una vertiginosa carrera dentro de él. Juramentó el cargo en mayo; en agosto fue elegido vicepresidente y en noviembre resultó nombrado presidente del CNM.
Un mes escaso luego de asumir la presidencia, Aguila se encontró dirigiendo, como consejero y jurado, la entrevista pública para magistrados postulantes a cargos del más alto nivel judicial y fiscal: Corte Suprema y Fiscalías Supremas.
El postulante al cargo de Fiscal Supremo, Tomás Aladino Gálvez, se sentó frente al jurado.
¿Se excusó Guido Aguila de intervenir como jurado por alguna de las múltiples razones que lo exigían? Gálvez había estudiado en EGACAL (y presentó los certificados del caso); había promovido y trabajado en favor de la candidatura de Aguila, entre otras cosas.
¡Qué va! Incluso Gálvez presentó, al documentar su hoja de vida profesional, una constancia de EGACAL firmada en septiembre de 2015, por Ana Calderón, esposa de Guido Aguila y cofundadora de EGACAL. El presidente del jurado pudo ver la firma de su esposa y socia sin inmutarse.
¿Cómo enseñan el tema de conflictos de interés en EGACAL? Parece que con tanta eficiencia como el de corrupción.
La constancia fue expedida tres meses antes de la evaluación, pero Tomás Gálvez llevó el curso “Derechos fundamentales: Contenido y alcances según TC” en EGACAL en el año 2009, cuando el director era Guido Aguila.
Por este curso de especialización -de 120 horas académicas durante los meses de febrero y marzo- EGACAL le otorgó el “diploma de especialista” avalado y rubricado por Aguila.
Todo esto consta en el expediente de Gálvez ante el CNM.
El hecho es que, lejos de inhibirse en la evaluación del candidato, Aguila participó en todo el proceso, incluyendo la entrevista pública, la votación y la firma de la resolución del nombramiento.
Así, el 15 de diciembre de 2015, Tomás Gálvez fue nombrado fiscal supremo por unanimidad en el CNM.
Por la vía del conflicto de interés y el apoyo mutuo, tanto Aguila como Gálvez obtuvieron en diciembre lo que empezó a ejecutarse a inicios del año.
Con lo escandaloso que fue ese caso, no fue la única anormalidad del día.
La promoción de candidatos a Supremo ese día tuvo varios nombres cuyos hechos los iban a hacer más que notorios en el futuro cercano.
El mismo día del nombramiento de Tomás Gálvez, fue nombrado también como juez supremo César Hinostroza. Apenas un año atrás, el CNM había rechazado a Hinostroza por séptima vez.
Así que ese día tuvo gran importancia para la, digamos, justicia peruana.
Ahí no acabó la cosecha de esa jornada. Los consejeros decidieron incluir a otros cuatro postulantes en la “lista de candidatos de reserva” para que, votación de por medio, ocupen el puesto en cuanto se libere una plaza. Así ingresaron Ángel Romero Díaz y Héctor Lama More, para el Poder Judicial; y Víctor Raúl Rodríguez Monteza con Luis Arce Córdova para el Ministerio Público.
Toda una promoción.
¿Cómo se las arregló el CNM para poder juntar todo eso en un solo día?
Con varias anormalidades, por decir lo menos.
El consejero delegado del Poder Judicial ese día, Teódulo Santos Cruz, había juramentado su cargo apenas un día antes, fuera de todas las normas previstas.
De acuerdo con la Constitución y la ley orgánica del CNM, el nombramiento de cada consejero era por 5 años, igual que su suplente.
Pero había el problema de que el CNM había quedado incompleto luego de la renuncia, en noviembre de ese año, de Pablo Talavera y su suplente, José González.
Entonces, la Sala Plena de la Corte Suprema, presidida entonces por Víctor Ticona, pidió al CNM que nombrara como representante del Poder Judicial, a Teódulo Santos, pero solo por dos meses y sin suplente.
Resolución que incorpora a Teódulo Santos al CNM by IDL_Reporteros on Scribd
El CNM ¿les sorprende? accedió a esa petición del todo anormal, para poder realizar el proceso en el que las notorias figuras arriba mencionadas ingresaran a la Corte Suprema y la Fiscalía Suprema de la Nación.
Y ese festival de anormalidades y conflictos de interés, que parecían una sólida garantía de impunidades, desembocó pocos años después en el caso Cuellos Blancos, que con acierto muchas personas prefieren llamar Lava Juez.
(*) Cruz Silva es coordinadora de Justicia Viva del IDL, que presentó una denuncia para la nulidad de los nombramientos supremos del año 2015, descritos en esta nota.