La seguridad ciudadana –es decir, lo que la gran mayoría de la gente entiende como la lucha exitosa contra la criminalidad–, tiene la máxima importancia para los peruanos, como queda claro en todas las encuestas, hasta las de Idice. Excepto para un reciente pasajero de peso en el avión presidencial, y para su corte adjunta.
En efecto, este martes 17 de agosto, en la casa de Luis Alva Castro en Moche, el presidente Alan García Pérez decidió sacar de la jefatura departamental de la Policía en La Libertad, al general PNP Eduardo Arteta Izarnótegui, pese al eficiente desempeño policial de éste y al decidido apoyo a su gestión de las juntas vecinales de seguridad ciudadana y de la población en Trujillo.
La Libertad, y Trujillo en especial, ha sido uno de los departamentos más afectados por el crecimiento de la criminalidad. Ha habido antes gestiones que se han proclamado exitosas, (como la que en su tiempo realizó el todavía ministro del Interior, Octavio Salazar), pero según varios analistas lo que sucedió entonces no fue que se redujo la delincuencia, sino que se maquillaron las cifras. “¿Cómo si no reventó el accionar de los delincuentes apenas se fue Salazar?”, dice uno de ellos.
La situación ha sido tan desesperada que la acción, en años anteriores, de un presunto escuadrón de la muerte policial, ha sido apoyada por un porcentaje alto de gente que no veía salida al crecimiento disparado de la delincuencia.
Pero este año, Arteta, en apenas siete meses de gestión, y rodeado por un equipo de policías muy competentes y especializados en policía comunitaria, tuvo un sólido efecto en mejorar la situación y devolver la esperanza sobre todo a los grupos más afectados por la delincuencia. (Ver: IDL-SC informa sobre la gestión del general Eduardo Arteta).
Pero Trujillo es también una plaza caliente para el Apra y una espina electoral que tiene la cara de César Acuña el actual alcalde provincial, que derrotó a aquel partido en las elecciones anteriores y que ahora, con considerable popularidad, va por la reelección. Y Trujillo es, además, el lugar que algunos políticos apristas consideran un feudo personal. Como en el caso de Luis Alva Castro, el entre otras cosas fallido ex ministro del Interior.
Tanto Alva Castro, como varios de sus allegados locales, querían sacar a Arteta porque “no podían mangonearlo”, como dice una indignada dirigente de juntas vecinales, ni utilizarlo para clientelismo selectivo, sobre todo el pre-electoral.
Este martes, después de una veloz inauguración en Huanchaco, García y su comitiva fueron a comer a la casa de Alva Castro, en Moche.
No ha quedado registrada la cantidad de comida que se consumió ese día, pero se puede garantizar que no hubo casos de anorexia. Porque aparte del notorio apetito presidencial, expresado en visibles consecuencias volumétricas, la comitiva era nutrida en más de un sentido.
Estaban ahí el premier, Javier Velásquez Quesquén; el presidente del Congreso, César Zumaeta; la ministra de la Mujer, Nidia Vílchez; el ministro de Transporte, Enrique Cornejo; los secretarios generales del partido –con licencia, ¿se acuerdan porqué?- Jorge del Castillo y Omar Quesada; el director ejecutivo de Foncodes, Carlos Arana; y el inevitable secretario general de la Presidencia de la República, Luis Nava. Estaban también los congresistas Mauricio Mulder y Elías Rodríguez, junto con varios dirigentes locales, varios muy controvertidos, pero allegados a Alva Castro.
El propósito de la reunión, aparte de comer, fue evaluar y mejorar las estrategias para las elecciones municipales y regionales en La Libertad. El consenso fue que las cosas iban bien en la campaña para la presidencia regional y mal para la del Consejo Provincial de Trujillo. Los candidatos apristas para ambas, José Murgia y Daniel Salaverry estuvieron por cierto en la reunión; así como candidatos de algunas provincias liberteñas.
Pese a que Mulder mencionó las cifras más esperanzadoras de Idice, (una encuestadora a la que no se le conoce encuestas que no sean favorables al Apra), la mayoría tuvo presente el reciente sondeo de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO) que le da nueve puntos de ventaja al actual alcalde César Acuña.
Y en la búsqueda de ideas de cómo ganarle a Acuña, algunos aprovecharon para tratar de perjudicar a sus enemigos.
El alcalde de Florencia de Mora, Wilson Toribio, atacó al general Eduardo Arteta –que había acompañado a la comitiva hasta la puerta de casa– diciendo que era muy cercano a Acuña y que los partidarios de Toribio habían sufrido hace poco un ataque “a perdigonazos” de partidarios del alcalde provincial y que la policía de Florencia de Mora no los había protegido.
Otro dirigente aprista, José Marreros, secundó las críticas de Toribio. Ambos, según dirigentes de las juntas vecinales a quienes IDL-Reporteros ha entrevistado, tienen serios cuestionamientos respecto de la eficacia y transparencia de su labor, y “odian al general Arteta porque no lo pudieron mangonear”, dice una dirigenta.
Entonces habló Luis Alva Castro y apoyó lo que había dicho Toribio, persona, según varios testimonios, muy cercana a él. “Arteta no ayuda nada al Partido” dijo. García entonces anunció la decisión de bajarle el dedo a Arteta.
No todos los asistentes estuvieron de acuerdo con la decisión, aunque parece que ninguno intervino para defender al general. Sin embargo, la filtración de lo que se había discutido y decidido fue amplia y profusa.
Al día siguiente, miércoles 18, se expidió la Resolución Suprema (ver), donde se hace otros cambios de colocaciones, varios de los cuales son un mero trueque de puestos, posiblemente para ocultar el propósito real de la defenestración de Arteta.
Y ese mismo día, desde primeras horas de la mañana, el rumor, o la noticia, cundía en Trujillo.
Había gente que no lo podía creer, sobre todo los dirigentes de las Juntas Vecinales que menos de tres semanas atrás habían logrado hacer abortar un primer intento de sacar a Arteta, gracias a una movilización intensa, que incluyó manifestaciones en favor del general en Trujillo y el envío de una nutrida delegación a Lima.
Esta última se entrevistó tanto con el ministro del Interior, Octavio Salazar, como con el jefe de la Policía (el título es “director general”) Miguel Hidalgo. Este les aseguró que Arteta seguiría en su puesto “hasta diciembre” y dijo que lo contrario eran “especulaciones periodísticas”. Sorprendentemente, Salazar, cuando fue interrogado por Patricia del Río en RPP, sostuvo con enojo que los rumores del cambio de Arteta eran, también “especulaciones periodísticas”. Salazar e Hidalgo pertenecen a la misma promoción de la Guardia Republicana que, contra lo que se pudiera suponer, no se llama “especulaciones periodísticas”.
(Para recordar lo que sucedió, ver: ¿Destitución y retroceso?; Ministerio del Interior retrocede y mantiene a Arteta como jefe policial de La Libertad)
Ahora, tanto Salazar como, sobre todo Hidalgo, hicieron la variante burocrática del cuerpo a tierra. Ambos proclamaron total desconocimiento de lo que estaba sucediendo. Y ambos mintieron.
Hoy, jueves 19, por ejemplo, Salazar le dijo a una dirigenta de las juntas vecinales, que no sabía lo que pasaba con Arteta. Sin embargo, en la Resolución Suprema de ayer está su firma. E Hidalgo estuvo igualmente enterado de la derogatoria de su promesa.
¿Qué vale más la pena, que te mantengan la promesa de hacerte ministro o incumplir tu propia promesa? Aparentemente Hidalgo no tuvo problemas en decidir.
Sin embargo, durante todo el día de ayer y parte del de hoy, reinó la desinformación en Trujillo, incluso después de la llegada casi subrepticia del remplazante, el general Oswaldo Alfaro. Periódicos locales, sin embargo, decidieron informar lo que sabían (Ver La Industria y Correo). El propio Arteta, que sabía todo, pero no oficialmente, prefirió atenerse a la formalidad (Ver video).
Hoy, empero, hubo indignadas manifestaciones de las juntas vecinales en apoyo de Arteta. En los carteles aparece un culpable principal: Luis Alva Castro. Tanto Alva Castro como su secretaria hicieron llamadas rogando que sacaran su nombre, pero no tuvieron eco. Una vez que los dirigentes se enteraron que Salazar les había mentido, empezó un partido aparte de impopularidad entre él y Alva Castro.
La representante de la Junta Vecinal de la Comisaría de Bellavista, Lucy Morales Díaz dijo a IDL-Reporteros: “todo el día hemos estado haciendo pancartas y preparando la protesta a favor del general Arteta”.
“Nadie nos da la cara, nosotros responsabilizamos a Alva Castro como el culpable de la salida del general, él le dijo a sus amigos apristas que Arteta no ayuda en nada para el partido. Sentimos que Salazar e Hidalgo también nos han engañado”, indicó Morales.
Los representantes de las juntas vecinales buscaron reunirse con Luis Alva Castro pero éste se negó, aunque por teléfono les dijo que “Arteta debe aprender a irse”.
Al mediodía, algunas juntas vecinales hicieron una toma pacífica de la Dirección departamental de la Policía por un par de horas antes de ser persuadidas por el propio Arteta a levantar la medida.
Poco después se produjo el relevo.
Ahora queda por ver cuáles serán las consecuencias para el partido aprista y el gobierno alanista, de haber tomado una decisión que compromete la seguridad ciudadana de Trujillo por la supuesta ventaja de una maniobra electoral.