Lo que van a leer es sorprendente.
Se trata de una historia intrigante, primero llena de desafíos investigativos que condujeron paso a paso a la solución coherente de un complejo misterio. Era verosímil y parecía verdadera, pero no lo era.
Detrás del misterio aparentemente resuelto, camuflado en su verosimilitud, se escondía un enigma que llevaba a un nivel adicional de secreto. Era muy difícil verlo y pudo pasar inadvertido.
Pero se descubrió. Y ahora, en forma resumida, para que no demoren en leerlo, se los contamos.
Recomendamos una cosa previa. Leer o volver a leer el reportaje que publicó IDL-Reporteros el 29 de enero pasado. ¿Su título? “Revelaciones en Andorra”. Les dará la información que necesitan para entender sin baches esta historia.
¿Lo hicieron ya? Bien. Esa fue la historia del misterio. Ahora pasamos a la del enigma.
Como está dicho, el Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht ayudó al empresario Miguel Atala – cercano tanto a Alan García como a Luis Nava – a abrir, en octubre de 2007, una cuenta en la Banca Privada de Andorra (BPA), “a través de una compañía offshore creada poco antes en Panamá, llamada Ammarin Investment Inc.”. Se trataba de “la típica empresa de gaveta panameña, con testaferros como directores, que cedieron, mediante oportunos poderes, todo el control. Primero solo a Miguel Atala y después añadieron también a su hijo Samir”.
La cuenta sirvió para recibir más de un millón 300 mil dólares depositados en ella entre noviembre de 2007 y febrero de 2008. Todos los depósitos fueron hechos por una hoy notoria offshore: Klienfeld Services Limited, manejada por Olivio Rodrigues, “Gigolino”, ambos al servicio exclusivo del Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht.
Estos fueron los depósitos:
Los fondos permanecieron, salvo un retiro pequeño, poco más de cuatro años en la cuenta. Luego, a partir de marzo 2012 y hasta octubre de 2013, casi todo el dinero fue retirado mediante transferencias al extranjero.
Luego de que estallara el caso Lava Jato, la magistrada Canólic Mingorance ordenó a la Policía de Andorra investigar el caso. Al terminar de hacerlo, las conclusiones fueron las siguientes:
Es decir que, “los indicios apuntan a que los fondos de los que se benefició la cuenta de la empresa Ammarin Investment, son de origen ilícito, relacionados con el pago de sobornos por la presunta colaboración del investigado, en alguna licitación de obra pública de infraestructura efectuadas o contratadas a favor del grupo Odebrecht”.
Igual fue la implícita conclusión en la cobertura investigativa que realizó El País, de España, el primer medio en sacar a luz la trama andorrana en el caso Lava Jato. En la nota, “Un alto cargo de Alan García planeaba ocultar 10 millones en Andorra”, escrita por Joaquín Gil y José María Irujo, publicada el 27 de noviembre de 2017, se indica que Atala: “… extremó las medidas de seguridad para esconder sus fondos en Andorra. Colocó como beneficiario junto a su hijo a la sociedad Ammarin Investment Inc creada dos meses antes en Panamá”.
Es cierto que Atala “extremó las medidas de seguridad”. Tanto que, cuando fue descubierto, tenía una explicación preparada. Sostuvo que los depósitos hechos por Klienfeld Services Limited, se hicieron para pagarle a Atala una deuda contraída por un familiar y socio suyo quien, antes de fallecer, vendió un terreno que Odebrecht precisaba para las obras del Metro de Lima. Al comprar, añadió Atala, Odebrecht asumió la deuda, que procedió a saldar en la cuenta Ammarin Investment Inc., de Andorra.
La fiscalía no encontró nada convincente la explicación y pidió y obtuvo un impedimento de salida del país para Miguel Atala y su hijo Samir, que sigue hoy vigente.
Pero ahora la investigación cambia en forma sustantiva.
De acuerdo con información recientemente descubierta, analizada y corroborada, la plata de la cuenta Ammarin Investment Inc., los más de un millón 300 mil dólares no eran de Atala. Fueron girados para otra persona de la que Atala era testaferro.
¿Para quién?
Para Luis Nava Guibert, el ex secretario general de la presidencia de Alan García.
Ese fue el enigma detrás del misterio de la cuenta Ammarin Investment.
Según la información proveniente de los servidores del que fue el Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, todos los cinco depósitos que realizó Klienfeld en la cuenta Ammarin [ver gráfico arriba] fueron pagos ilícitos dirigidos a una persona identificada con el seudónimo (o alias) de ‘Chalán’.
¿Y cómo saber si ‘Chalán’ era Luis Nava Guibert?
Porque a partir de las investigaciones sobre su propio pasado a que la obliga el acuerdo firmado con la fiscalía peruana, (que significan una trabajosa arqueología digital en los servidores incautados por el Ministerio Público Federal; y cuya administración está a cargo de una compañía especializada, que responde a las autoridades brasileñas), la propia Odebrecht –sometida hoy a un severo y monitoreado sistema de reforma corporativa– pudo determinar que:
“ … previa búsqueda voluntaria […] la empresa colaboradora declara que […] la denominación “Chalán” corresponde a la persona Luis José Nava Guibert”.
Más específicamente aún, “la empresa colaboradora” declaró que, si bien “la offshore Ammarin Investment Inc., es de titularidad de la persona Faresh Miguel Atala Herrera, […] las transferencias bancarias realizadas por la offshore Klienfeld Services Limited (del extinto Sector de Operaciones Estructuradas) fueron destinadas al codinome “Chalán” que corresponde a la persona Luis José Nava Guibert”.
En cuanto a la coartada de Atala, “la empresa colaboradora” indicó que “… los pagos realizados a la offshore Ammarin Investment Inc. no tienen ninguna vinculación con una supuesta compra-venta (u otro contrato de carácter real) de terrenos celebrado con Faresh Miguel Atala Herrera; y que son pagos que en las programaciones financieras del extinto Sector de Operaciones Estructuradas estarían destinados a la persona de Luis José Nava Guibert”.
No era Atala. Era Nava.
Y el origen, el inicio de la cadena de pagos ilegales lo demuestra.
Los depósitos a ‘Chalán’ empezaron temprano. Pocos meses después que Alan García asumiera la Presidencia:
- El 12 de diciembre de 2006, hay un registro de operación ejecutada, ordenada por Jorge Barata, cargada a IIRSA Sur, cuyo beneficiario final es ‘Chalán’. El monto fue de 641 mil 520 reales, que al tipo de cambio de entonces representó 299 mil 419 dólares. Ese monto está comprendido en una transferencia mayor que hizo Klienfeld a una offshore llamada Comet & Courier INC, por un monto total de 490 mil dólares. En el resumen de la operación quedó registrado que el pago se realizó el 13 de diciembre.
- El 1 de noviembre de 2007, bajo el código 67078, hay un pago, nuevamente cargado a IIRSA Sur, para ‘Chalán’, de 523 mil 200 reales (299 mil 299 dólares al cambio de esa fecha). Lo ordena, de nuevo, Jorge Barata. Se ejecuta a través de Klienfeld en la BPA. Seis días después, esa suma es depositada en la cuenta Ammarin en la BPA.
- El 20 de noviembre de 2007, bajo el código de operación 76492, Jorge Barata ordena un pago de 522 mil 420 reales, una vez más cargados a IIRSA Sur, con ‘Chalán’ como beneficiario. Al día siguiente el dinero fue depositado por Klienfeld en la cuenta de Ammarin.
Un día después, se registró la visita de Barata a Nava en Palacio de Gobierno.
- El 4 de diciembre de 2007, con el código de operación 79089, hay una orden de pago de 250 mil dólares a Ammarin Investment, respaldada con una comunicación de Klienfeld a la BPA, instruyéndola a realizar esa transferencia a Ammarin Investment, del 11 de diciembre de 2007. Pago ordenado por Jorge Barata y cargado a IIRSA Sur.
- El 24 de enero de 2008, con el código de operación 96422, hay una orden de pago por 200 mil dólares a Ammarin Investment, a través del JP Morgan Chase Bank. Como siempre, ordenado por Jorge Barata, cargado a IIRSA Sur, con ‘Chalán’ como beneficiario y depositado en Ammarin.
- El 20 de febrero de 2008, con el código de operación 103684, Barata ordena el pago de 262 mil dólares, nuevamente cargado a IIRSA Sur, en beneficio de ‘Chalán’. El dinero figura como depositado en la cuenta de Ammarin ese mismo día.
En total los pagos a Ammarin sumaron algo más de un millón 300 mil dólares, como se ha dicho. Todos fueron hechos para ‘Chalán’ Nava y cargados a IIRSA Sur.
Pero esos fueron solo una parte de los pagos que recibió ‘Chalán’ del Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht. A tenor de lo encontrado hasta hoy, ‘Chalán’, es decir Luis Nava Guibert, recibió más de 4 millones de dólares procedentes del Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht durante el gobierno de Alan García.
De acuerdo con los registros, hay otros 19 pagos hechos a Nava con dinero de la Caja 2, seis de los cuales estuvieron cargados al proyecto de la IIRSA Sur. Estos fueron ordenados por Jorge Barata o por Hilberto Silva, entonces jefe del Sector de Operaciones Estructuradas.
Algunas de esas operaciones fueron ‘No Local’, que en portugués significa exactamente lo opuesto del español: En el local, lugar, o país. En ese caso, el dinero fue entregado en cash a Nava. En otras ocasiones, el dinero fue transferido a una cuenta bancaria.
Por ejemplo, el 6 de abril de 2007, hay un pago aparentemente al contado para ‘Chalán’, por un millón 219 mil 260 reales, que al tipo de cambio de la fecha representó aproximadamente 598 mil 200 dólares. Lo ordenó Barata y lo cargó a IIRSA Sur.
La operación 110034, del 26 de febrero de 2008 tuvo, más bien, como responsable a Hilberto Silva. Fue clasificado como una de las ‘movimentação especiales’ y se ejecutó a través de transferencias, por un monto de 860 mil dólares.
El 9 de mayo de 2008, hay una operación, la 127816, por 30 mil dólares destinados a ‘Chalán’, con Hilberto Silva como responsable, que da como referencia la cuenta “Caixa Livre Peru Dolar”, que fue la cuenta discrecional de Jorge Barata en el Sector de Operaciones Estructuradas para pagos en el Perú.
¿Estos pagos fueron sobornos? ¿Se les ocurre alguna otra explicación?
Esta es la primera vez en el caso Lava Jato en el Perú donde se ve un nivel tan elaborado de protección al beneficiario de una transacción cutrera. Dos capas completas de ocultamiento. La primera hecha con todos los requisitos de verosimilitud de los pagos normales de sobornos para ocultar la segunda.
Es importante señalar que como secretario de Palacio de Gobierno, Luis Nava no tenía en ese tiempo ninguna autoridad legal en cualquier gestión relacionada con el manejo de la obra pública. Al cierre de esta edición, IDL-R intentó comunicarse sin éxito con él y con su abogada, Cynthia Yanelli.
Es notable también la estrecha participación operativa de Jorge Barata en este caso, cruzando constantemente la función de superintendente con la de operativo de pagos ilegales. Hizo un sistema para maximizar la protección de sus sobornados.
Ahora le tocará maximizar sus confesiones y no contar solo el misterio sino los otros enigmas escondidos en él.
Los sobrecostos de IIRSA Sur Los tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica Sur fueron adjudicados en agosto de 2005 a Odebrecht (en consorcio con Graña y Montero, JJC Contratistas Generales e ICCGSA). El costo inicial acordado por ambos tramos fue de 658 millones de dólares. Sin embargo, durante la ejecución de los proyectos fueron suscritas al menos 15 adendas para añadir sobrecostos. El resultado fue que el proyecto terminó costando al Estado más del doble: 1,340 millones de dólares. La mayoría de las adendas (9) se firmaron durante el gobierno de Alan García. Eso no fue todo. Los proyectos de los tramos 2 y 3 de IIRSA Sur fueron sometidos a 23 procesos arbitrales, de cuales Odebrecht ganó 19. El resultado fue que la constructora obtuvo 134 millones 529 mil dólares más. El Estado no cobró un sol en los cuatro casos que ganó. La explicación de estas cifras no es otra que la corrupción: 13 de los 19 arbitrajes fueron resueltos con los votos del abogado Horacio Cánepa, que recibió 1,4 millones de dólares en coimas de Odebrecht a través de la Banca Privada de Andorra. Otros 18 árbitros son también investigados por presuntamente recibir sobornos de la compañía a cambio de arreglar estos arbitrajes a su favor. |