El fin último del periodismo, y en particular del periodismo de investigación, es proporcionar la verdad de hechos relevantes al mayor número posible de personas. En otras palabras, la misión del periodismo es darle al pueblo el poder del conocimiento sobre los asuntos de importancia en sus vidas, para que así puedan decidir, con mayor posibilidad de acierto, sobre su propio destino. Cuando eso funciona bien, la sociedad civil se fortalece, prospera la democracia y con ella la nación.
Como es obvio, en sociedades corruptas, o autoritarias, o ambas cosas a la vez, las revelaciones del periodismo de investigación resultan traumáticas para aquellos cuyas fechorías son expuestas. Esos individuos, grupos, círculos, son por lo general poderosos y no desean perder ni el poder ni sus beneficios. Algunos reaccionan con violencia, a veces brutal; otros con engaño y desinformación; y la mayoría con diversas combinaciones de ambas, de acuerdo con sus posibilidades y circunstancias.
IDL-Reporteros ha desempeñado un papel central en la investigación de los principales casos de corrupción en el Perú durante los últimos 10 años, sobre todo a través de los casos concomitantes de Lava Jato y Lava Juez. Nunca se avanzó tanto en las investigaciones contra la corrupción, en el nivel periodístico y, a partir de este, en el fiscal. Lejos aún de lo necesario y también de lo suficiente, pero con un nivel de profundidad que permitió conocer las formas, modos, montos y personajes con los que funcionó la cutra en el Perú.
La gran mayoría de la gente reaccionó con entusiasmo y apoyó esas inéditas investigaciones, sobre todo al principio. Luego de manera más sosegada, con la habituación que suscita toda rutina, incluso la de lo extraordinario. Hubo gran movilización al principio; y ahora se mantiene un respaldo mayoritario, aunque menos movilizado (lo cual se explica también por la Peste).
La contraofensiva de los sectores afectados por las investigaciones anti-corrupción empezó con fuerza desde mediados fines de 2018 y comienzos de 2019. La hubo antes, pero con menor intensidad y articulación. La iniciada en 2018-2019 se basó en campañas de insultos e intentos de descrédito, difamaciones a veces extravagantes pero siempre estúpidas, acoso callejero de pequeños grupos lumpen (como La Pestilencia); y una campaña creciente de desinformación.
Al final de este artículo podrán ver una lista de notas relacionadas que describe y actualiza la perspectiva del tema.
La desinformación es la mentira que se disfraza de verdad para secuestrarla y servirse de ella. A veces de manera muy burda y otras con un grado alto de sofisticación que camufla la mentira con verosimilitud. La desinformación es una técnica que se desarrolló y utilizó con intensidad mucho antes de la Segunda Guerra Mundial, durante ella y, después, a lo largo de la Guerra Fría. Pese a que su mayor impacto histórico, por lo que estaba en juego, ocurrió en la era analógica, la era digital ha desarrollado nuevas técnicas de falsificación profunda (y la desinformación es, precisamente, falsificación informativa) que acrecienta mucho la dificultad de detectar la mentira en fotos, vídeos, documentos.
Sin embargo, la mayor parte de las acciones de desinformación, especialmente las que se hacen aquí, son toscas y torpes. Intencionalmente, en varios casos. ¿Por qué? Porque la sola insolencia estridente de las acusaciones tiene un efecto tácito de intimidación sobre la gente e incluso sobre algunos agraviados. Algo repetido con bulla a través de eslóganes amatonados, lleva a muchos al silencio, a otros a la persuasión sumisa de tener que rendirse frente a la imposición de una representación psicótica de la realidad.
La pandemia, como sucede con toda peste, ha facilitado la acción de los grupos de desinformación y les ha permitido reorganizarse bajo un nuevo liderazgo. Mientras el fujimorismo y el aprismo se debilitaban bajo el peso de las evidencias de corrupción, un personaje relativamente oscuro en el ámbito político (aunque no en el empresarial) tomó fuerza y centralidad en la organización de una ultraderecha agresiva y en los hechos, firme defensora de los corruptos. Se trata del empresario Rafael López Aliaga.
López Aliaga, se hizo notorio en el ámbito empresarial tanto por su fortuna como por su ánimo litigante. Una nota de Perú21 publicada hace nueve años, en febrero de 2011, indicaba que López Aliaga, con “Más de 170 demandas presentadas ante la Fiscalía y el Poder Judicial en los últimos años, entre archivadas y vigentes, quizá convierten al hombre de confianza de Luis Castañeda en uno de los mayores litigantes del país”.
La autora de la nota, la periodista Zarella Sierra, decía de él que “las amenazas y las palabras de intimidación emergen de su boca de forma temeraria y como argumento ante las preguntas incómodas. Rafael Bernardo López Aliaga Cazorla, candidato al Congreso por Solidaridad Nacional (SN), parece tener como premisa de vida la denuncia judicial ante cuestionamientos sobre su ejercicio profesional y laboral”.
La fortuna empresarial se contrapesó con la condición de candidato sin fortuna al Congreso por Solidaridad Nacional. Logró ser regidor de Castañeda en la Municipalidad de Lima, con quien mantuvo buena relación, contrapesada con la muy mala que tuvo con José Luna. La salida de este de Solidaridad y luego el retiro de Castañeda del partido por, entre otras cosas, el caso Lava Jato, lo dejó en control de un movimiento desarbolado pero vigente.
Su intervención en la dirección estratégica de un proceso electoral: las elecciones para el Congreso en 2020, terminó en un fracaso sin atenuantes. López Aliaga reclutó a tres de las más radicales dirigentes del fujimorismo keikista: Rosa Bartra, Yeni Vilcatoma y Nelly Cuadros, para la lista congresal. También reclutó y puso como candidato a Juan José Muñico, alias ‘Maelo’ , el cabecilla de la llamada Resistencia (aunque mejor conocida como ‘La Pestilencia’), la banda dedicada a acosar, difamar e insultar a medios de periodismo investigativo (como IDL-Reporteros), fiscales como los del equipo especial, intelectuales y escritores como Mario Vargas Llosa. La lista no alcanzó siquiera el 5% y no logró elegir ningún candidato.

Adueñado ya del partido, López Aliaga le cambió el nombre y hasta el color, reclutó a simpatizantes en la llamada Coordinadora Republicana, un grupo de derecha esclerótica cuyos razonamientos hacen sospechar los auspicios ideológicos de Torquemada y del visitador Areche.
Ser de derecha, ser conservador, no es en sí nada malo. Las ideologías conservadoras han tenido formidables intelectuales y magníficos polemistas, muchos de los cuales acentuaron la defensa de virtudes clásicas como el valor, el honor, la integridad, el respeto a la palabra y la verdad.
López Aliaga reclutó a ‘Maelo’ y lo hizo candidato al Congreso. Cuando IDL-Reporteros reveló la participación de Maelo en el asesinato por apuñalamiento del veterano del Cenepa, Ezequiel Huamaní Ñahuinlla, en 1998, López Aliaga no solo lo mantuvo en la lista sino lo defendió. El estilo matonesco de ese delincuente le va aparentemente muy bien.
¿Cuál es ese estilo? La noche del asesinato de Ezequiel Huamaní, cuando este, ya herido de muerte entró a la casa de su tía, Santosa Huamaní, ella vio a alias ‘Maelo’ detrás de su sobrino gritándole que “le sacaría las tripas”. [Ver: Alias ‘Maelo’, el crimen impune].
Hace pocos días, algunos desinformadores corrieron el rumor de que yo me encontraba tan enfermo como para canturrear con los Embajadores Criollos: “ya la ciencia me ha desahuciado/ contagioso y malo dicen que es mi mal…”. Alias ‘Maelo’ indicó lo que él deseaba que ocurra en el siguiente fragmento:
Han pasado 22 años desde 1998. El mundo cambió. Ese delincuente, no.
Pero además López Aliaga no solo auspicia sino participa en patentes campañas de desinformación.
La semana pasada, las redes de desinformación de la nunca mejor llamada Derecha Bruta y Achorada, presentaron, ya no como rumor sino como noticia, el aparente hecho de que un alto ejecutivo de alguna organización de George Soros, estaba por llegar a Lima para entrevistarse conmigo y dejarme supuestas instrucciones de Soros.
En el delirio paranoico que mentes delusionales superponen a la realidad, (y que los desinformadores alimentan y azuzan), hay una especie de gobierno secreto, con fines variadamente nefastos, que rige el mundo y que maneja como peleles a los presidentes normales. Soros es, en esa psicosis, el líder que manda instrucciones a sus supuestos representantes del gobierno secreto en ese país. ¿Y quién es el representante en el Perú? Pues parece, según esa ciencia política de manicomio, que este servidor. ¿Por qué nadie me lo dijo, si yo no lo sabía? ¿Misterios del Orinoco, historias del Larco Herrera? Pues no. Claro que hay locos e idiotas de por medio, pero también manipuladores tan cínicos cuanto inescrupulosos.
¿Cómo me enteré de que supuestamente me venían a visitar? Como no tengo Twitter, me fueron pasando mensajes. Pongo aquí algunos en cierto orden para que se hagan una idea de cómo opera una desinformación específica.
Primero se anunció la inminente llegada del emisario de George Soros. ¿Su nombre? Robert Malley. El siguiente texto se redactó en forma de despacho periodístico:
PERÚ: varias fuentes anuncian el arribo a Lima, de Robert Malley, para una probable reunión con Gustavo Gorriti de la ONG IDL (aliado del gobierno de Vizcarra como principal operador político y de Inteligencia de la Red Soros en Perú) y otras personas que aún no se conoce. «Coincidentemente» cuando el gobierno de Vizcarra (enlazado con la «Izquierda caviar peruana» que co-gobierna el Perú casi desde el año 2000; y a su vez, está adherida al Marxismo Cultural y es dependiente de la Red Soros por financiamiento y respaldo político internacional); se hunde en una nueva crisis de gobernabilidad […] la llegada de Robert Malley, encajaría perfectamente con los días claves en los cuales el Congreso peruano decide la ratificación o archivamiento, del anti-soberanía de las naciones y globalista bajo cubierta ambientalista «Acuerdo de Escazú» […] Por lo tanto, todo indica que Robert Malley llegaría al Perú para cumplir una misión de alto perfil, en su condición de uno de los operadores principales, para temas de conflictos graves y Riesgo Político, a órdenes de la Red Soros, el Partido Demócrata, el ex presidente Obama, y el lobby judío izquierdista en EEUU. […] Robert Malley retorno como Presidente y CEO del «International Crisis Group” basada en Washington, DC (dirigida y financiada por la Red George Soros y su hijo Alex Soros); la Red internacional Soros, es impulsora del Marxismo Cultural (inspirado en la Escuela de Frankfurt) que promueve el Globalismo y financia la plataforma de la Ideología de Género a nivel mundial”.
Y el “anuncio” se convirtió en confirmación. ¡Malley había llegado a Lima! ¡Estaba en IDL! Los desinformadores se convirtieron en espías para seguir las actividades de Malley.
Aquí una muestra:
Se habrán percatado de que esa cuenta de twitter ha manipulado el logo de IDL-Reporteros y usa incluso la palabra Reporteros, para confundir y quizá lograr que la náusea que produce su contenido pueda de alguna contaminar a la publicación auténtica. Esa es la desinformación burda y descarada en acción a la que me referí líneas arriba.
Y aquí, el videorreporte (o reglaje, si prefieren) en castellano nada limeño, de un espía de ocasión:
Y entonces Rafael López Aliaga escribió lo siguiente:
¿Tuvo algún efecto esta descarga sostenida de supuestas informaciones, avaladas por el individuo que quiere ser presidente del Perú?
Me parece que algunos crédulos digitales hasta se asustaron, casi como si hubieran visto a Borat caminando disfrazado por Dasso.
A quienes hayan sufrido ese baño de basura desinformadora, o lo hayan entrevisto aquí, les aclaro lo siguiente:
– No conozco a Robert Malley. Hasta que salió la campaña desinformadora no había escuchado ni leído su nombre.
– No sé si Malley viajó o no al Perú. Lo que sí sé es que ni Malley ni nadie o nada que se le parezca llegó a IDL en esos días, en esas semanas, en esos meses.
– No tuve conversación alguna con Malley ni con nadie que se le parezca, ni en forma personal (dentro o fuera de IDL) ni en forma virtual, ni en nada de nada.
La llegada de Malley a IDL, la entrevista conmigo, jamás sucedió. Fue pura desinformación, pura impostura y desvergonzada falsificación de la realidad. Y quienes hicieron esa falsificación no son psicóticos que alucinan lo que no existe, sino bribones especializados en la mentira, en engañar a personas cándidas o tan aturdidas por los prejuicios que se dejan atrasar hasta por timadores de medio pelo.
Ver en acción a desinformadores tan groseramente incompetentes puede tener la comicidad de lo grotesco. Pero no es para reír ni sonreír. Ya escribí que a esos desinformadores no les importa lo rústico de su falsificación de la realidad. Lo que no tienen de convincente lo tienen de insolente, y juzgan que eso es también persuasivo.
Un movimiento de derecha que emplea delincuentes, que participa y utiliza la mentira y la desinformación como arma de primer recurso. Cuyo discurso de paranoia política arrastra toda la carga, con apenas una modificación de nombres, del más infecto antisemitismo secular, ¿tiene algo de conservadurismo inteligente, basado en valores clásicos? Ciertamente no. Esa derecha no trasuda solo un tufillo sino un franco hedor fascista.
¿Que son por lo menos nacionalistas al pedir, por ejemplo, que no se ratifique Escazú?
Por lo menos López Aliaga tan nacionalista no es. Si no le gusta que nadie de fuera se meta a proteger la Amazonía, en cambio parece que sí le interesa que le cuiden las offshore.
La investigación periodística internacional, los Panama Papers, en la que participó IDL-Reporteros, sacó a luz una cantidad inmensa de datos sobre compañías offshore, creadas para ocultar cuentas o patrimonios de las autoridades nacionales.
Como resultado de los descubrimientos, varias fiscalías en diversas naciones iniciaron investigaciones por evasión tributaria y por lavado de dinero, sobre las personas y sociedades descubiertas.
Entre esas personas se encuentra Rafael López Aliaga.
Figura como imputado junto con los ejecutivos de Mossack Fonseca, los representantes locales de esa compañía, un socio suyo y, como demandadas, las empresas offshore. Como agraviada está la procuraduría pública especializada en lavado de activos.
Islas Vírgenes, Nevada, Panamá… parece que donde la plata y los impuestos están en juego, ahí sí que no se aplica mucho nacionalismo, ¿verdad?