“…Soy una mujer austera, un carro de lujo nunca me ha impresionado” dijo la superintendenta de la SUNAT Nahil Hirsh a Paola Ugaz, de IDL-Reporteros, en una entrevista sostenida en la SUNAT, el miércoles 3 al mediodía.
La razón por la que, pese a su impermeabilidad al lujo, Hirsh terminó autoadjudicándose un Porsche Cayenne Turbo y no, digamos, un Yaris, fue, según dijo, por necesidad.
“El tema no es el lujo, es la necesidad que tú tienes y ante esa necesidad tenias un vehículo disponible”, dijo Hirsh. Por una feliz coincidencia, ese vehículo disponible es el que el presidente de la República había identificado poco antes como epítome del consumo suntuario que concita la sospecha.
Pero Hirsh piensa diferente. El Porsche Cayenne, dijo, “en el fondo no es un lujo en mi vida, este carro no es un lujo”.
Además, añadió Hirsh, “tampoco es que tengo el auto del último año. Ha estado parado dos años y en dos años estará depreciado por un tema medio ambiente. ¿Por qué a los 5 años se cambian los autos?, porque es conveniente que se cambie los vehículos según las normas técnicas, es por un tema del medio ambiente”.
Sin embargo, ante el obvio hecho que la ecología no explica tanto y que aunque tenga dos años es difícil considerar al Porsche Cayenne Turbo que la moviliza como, digamos, uno de los autos usados que vende el señor Cataño, la superintendenta centró su argumentación en dos conceptos: necesidad y oportunidad.
Hirsh sostuvo que “o era adjudicar o era comprar el vehículo. Entonces, digamos si tú lo ves versus el comprar y el costo marginal de arreglar y de gestionar la adjudicación de este vehículo (el gasto) es mínimo. No hay ninguna comparación, este vehículo no le ha costado nada a la SUNAT…”.
Bueno, uno diría que algo le ha costado en términos de prestigio e imagen. Pero ese aspecto era un punto ciego en el dircurso de Hirsh, después incluso de la publicación de IDL-Reporteros.
Rebotes de la noticia en otros medios. |
Según Hirsh, el dilema era: “¿adjudicarnos un vehículo de acuerdo a ley o (adquirir) un vehículo nuevo?”. Sostuvo que, quizá por un feliz juego de las circunstancias, en ese momento no había otro auto en los almacenes de la SUNAT. “…en ese momento había ese vehículo” dijo Hirsh, “no es un proceso irregular, no es ningún lujo, el tener ese vehículo parado …, te cuesta por almacenaje 100 dólares diarios”.
Su colaborador y Superintendente Adjunto de Tributos Internos, Ricardo Toma, fue más allá y sostuvo que esa adjudicación fue casi un acto de rescate vehicular. “…el vehículo (la camioneta Porsche Cayenne) estaba a la intemperie desde el 2008 y se estaba malogrando… con las llantas bajas, el costo de almacenarlo cuesta 100 dólares, frente a la necesidad, esa era una opción”, dijo Toma.
En palabras de Hirsh, la necesidad suena casi como si hubiera sido una emergencia “… el tema es que la Superintendente de la SUNAT no se puede movilizar. Yo me voy a un montón de sitios y este carro [el anterior] se me quedaba mañana tarde y noche…y quedarme en medio del Callao”.
Sin duda, una Porsche Cayenne Turbo permite salir con rapidez del Callao.
Opiniones automotrices de la ministra de Justicia
El gobierno parece haber tenido una perspectiva algo diferente a la de la superintendenta de la SUNAT. Diversas fuentes informaron a IDL-Reporteros que la ministra de Justicia había recibido el encargo –se supone que de su jefe directo– de solucionar el asunto tratando de minimizar el escándalo.
Las fuentes indicaron que la ministra Rosario Fernández había sugerido anular la adjudicación a Hirsh de la Porsche Cayenne y transferir en préstamo el lujoso vehículo al ministerio de Relaciones Exteriores.
IDL-Reporteros logró establecer una corta comunicación con la ministra Fernández, quien confirmó haber dado el consejo. “Sí, conocí la noticia que sacaron ustedes, entonces decidí hacerle llegar mis consejos, que son leales y oportunos, [sic] a la señora Nahil Hirsh que es una funcionaria correcta, honesta y esforzada. Si por A o B razones el uso de esa camioneta no se aprecia en esos términos, entonces que se corrija”.
Como, al lado de esa declaración de Fernández, un capítulo del Hegel tardío parece nítido y claro, IDL-Reporteros pidió algunas aclaraciones a la ministra, pero todo indica que ella pensó que ya había hablado demasiado, porque cortó la comunicación. Y no fue posible restablecerla.