IDL-Reporteros reproduce, a continuación, el artículo de la periodista Silvia Higuera, publicado originalmente en LatAm Journalism Review.
Gustavo Gorriti entiende los ataques que él y el medio de investigación peruano IDL-Reporteros enfrentan actualmente como una amenaza no solo para él, sino para el periodismo en general y, en mayor medida, para la democracia.
Su lucha, explica, no es sólo por su trabajo, sino también para que en el futuro otras generaciones de periodistas puedan cumplir ese rol.
“Una de las lecciones es que el periodismo debe luchar para que la democracia sobreviva, para que exista, y no debe tener vergüenza de defenderla abiertamente. Y la historia está llena de ejemplos de lo que significa haber sido descuidado”, dijo Gorriti, fundador y director de IDL-Repoteros, a LatAm Journalism Review (LJR).
“Y lo segundo es que el periodismo de investigación en estas sociedades tiene un costo. Cuando descubras las fechorías de los poderosos que tienen medios a su alcance, ellos responderán, responderán, recibirás desde amenazas hasta ataques. Por eso, una parte integral del ejercicio del periodismo de investigación debe ser planificar una defensa efectiva de la investigación y del periodismo mismo”.
Gorriti enfrenta actualmente una investigación penal abierta por parte de la Fiscalía peruana por presunto soborno. El caso incluye a dos fiscales que en su momento se encargaron de las investigaciones sobre el escándalo multinacional conocido como Lava Jato u Operación Lava Jato. Según explicó Gorriti a LJR, la Fiscalía dijo que el periodista recibió información privilegiada de ambos a cambio de “muy buena prensa”.
En base a esto, la Fiscalía solicita el “levantamiento del secreto” de las comunicaciones de Gorriti. Es por esta solicitud que tanto el periodista como IDL-Reporteros, así como organismos internacionales y nacionales, han dicho que la investigación abierta por la Fiscalía es una represalia por sus investigaciones.
Como lo han hecho en otras investigaciones judiciales derivadas de sus reportajes, Gorriti e IDL-Reporteros dijeron que no revelarán sus fuentes, a pesar de la investigación criminal, las campañas de difamación y desinformación en su contra y los ataques a su redacción.
Según reiteró Gorriti a LJR , ha dicho que luchará hasta las últimas consecuencias y que no entregará sus comunicaciones ni sus fuentes. Y aunque tuviera que ir a la cárcel, lo haría.
“Si nos quieren obligar a hacerlo, cueste lo que cueste, no lo vamos a hacer. Lo digo sin condiciones, sea cual sea el precio”, afirmó Gorriti. “Ahora que vamos a aceptar pasivamente cualquier castigo que estos mafiosos decidan imponer, ese tampoco es el caso”.
LJR se comunicó con la oficina del fiscal varias veces, pero aún no había recibido respuesta al momento de la publicación.
Investigaciones y ataques
IDL-Reporteros publicó por primera vez una investigación sobre los contratos de la constructora brasileña Odebrecht con el gobierno peruano en 2011. No podían imaginar la magnitud del escándalo que llegaría a alcanzar, no sólo en el país andino, sino en toda la región.
Junto a otros medios del país lograron revelar un gran esquema que “ha involucrado a todos los expresidentes desde el regreso de la democracia al Perú”, dijo Romina Mella, editora jefe de IDL-Reporteros, durante el último Coloquio Iberoamericano de Periodismo Digital, organizado por el Centro Knight.
Sin embargo, IDL-Reporteros ha publicado muchas historias de alto perfil en sus 14 años de existencia, que a menudo afectaron a personas en lugares poderosos.
Según Zuliana Lainez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), “el mayor caso de corrupción en el sistema de justicia de los últimos años” en Perú fue destapado por Gorriti e IDL-Reporteros. La investigación periodística conocida como “ Los cuellos blancos del puerto ” denunció cómo fiscales y jueces presuntamente estarían involucrados en acciones ilícitas que iban desde tráfico de influencias, trampas en exámenes para jueces y fiscales y hasta manipulación de sentencias. Como consecuencia, dijo Lainez, hubo una gran movilización pública.
Según explicó, los 20 años que la ANP lleva monitoreando la libertad de prensa en Perú le permiten constatar que lo que está pasando ahora con Gorriti e IDL-Reporteros es un “ataque sin precedentes”.
“No es sólo la última decisión de la Fiscalía, es toda una campaña de acoso y estigmatización que vienen sufriendo desde hace años”, dijo Lainez.
Según sus registros, en los últimos cinco años no ha habido un informe anual de la ANP en el que no hayan aparecido casos de ataques o agresiones contra IDL-Reporteros o Gorriti.
Algunos de estos ataques, quizás los más conocidos, tienen que ver con los perpetrados por grupos de extrema derecha, como ‘La Resistencia’. Según denuncias del equipo de IDL-Reporteros y registradas por organizaciones como la ANP, miembros de ‘La Resistencia’ atacan constantemente la sede del medio de comunicación, y en algunas ocasiones incluso han acudido a la casa de Gorriti. Allí realizan ruidosas manifestaciones, atacan sedes con objetos y hasta han arrojado excremento.
“Todo con total impunidad”, dijo Gorriti, explicando cómo las autoridades hacen poco para detenerlos. Según explicó Gorriti las autoridades, las acciones de este grupo están amparadas por la libertad de expresión.
También enfrentan campañas de desinformación en las que se suele acusar a Gorriti e IDL-Reporteros de diversos delitos, como haber amenazado al fiscal general del país, o soborno, o de planificar investigaciones realizadas por la Fiscalía, entre otros.
“Esta apertura de la investigación [por parte de la Fiscalía] simplemente pone fin a lo que ha sido una de las mayores ofensivas para desprestigiar el periodismo de investigación, la más grande que he visto en el mundo”, dijo Gorriti. “No he visto una campaña [como ésta] en la que se hayan asignado tantos recursos”.
Ante los ataques, más periodismo
Gorriti, Mella y el equipo de IDL-Reporteros han respondido a los ataques con lo que mejor saben hacer: el periodismo.
Mella dijo a LJR que han aprovechado los diferentes ataques en su contra -desde ataques físicos a sus sedes hasta campañas de desprestigio-, para investigar qué hay detrás de ellos. Así, por ejemplo, dijo que han encontrado que el financiamiento que reciben grupos como La Resistencia supuestamente proviene de grupos conservadores y de políticos mencionados en diferentes investigaciones periodísticas.
Asimismo, IDL-Reporteros dijo encontrar coordinación entre los ataques violentos de grupos de extrema derecha y las campañas de desprestigio contra el sitio de investigación que se viralizan no sólo en las redes sociales, sino incluso en los medios de comunicación.
“En cierto momento trabajamos para desmantelar las campañas de desinformación en nuestra contra”, dijo Mella. “Y en medio de informar sobre las agresiones y la desinformación, pudimos establecer en un momento determinado las conexiones y coordinaciones que existían entre la difusión masiva a través de campañas de desinformación con este tipo de agresiones, como el acoso callejero. Y cómo estos se organizan y articulan con grupos políticos, empresarios, actores que están involucrados en los casos de corrupción que ha publicado IDL-Reporteros en los últimos años”.
Las campañas de desprestigio y toda la desinformación que en ellas circula también están sujetas a verificación por parte de IDL-Reporteros. Y han ido más allá: no sólo los desmienten, sino que aprovechan para volver a dar a conocer sus investigaciones que dieron origen a los ataques. Incluso utilizan sus verificaciones para explicar el proceso periodístico detrás de las investigaciones.
Esto ha permitido a su audiencia reconocer el ejercicio de la transparencia, pero también redescubrir las investigaciones realizadas en su momento.
Lo hicieron con acusaciones de que Gorriti y dos fiscales “rodearon” al expresidente Alan García para incitarlo a suicidarse. García se suicidó en su casa cuando llegaron las autoridades para detenerlo por su presunta vinculación con el caso Lava Jato. La Fiscalía lo investigaba por presunto lavado de dinero y recepción de sobornos de Odebrecht . Mella explicó que para negar la acusación contra Gorriti, IDL-Reporteros explicó cómo se llevó a cabo su investigación que implicó a García en el caso Lava Jato .
Mella dijo que ninguna de las investigaciones periodísticas -las que desmienten las campañas de desprestigio o analizan las agresiones- han sido refutadas.
Además de responder con periodismo, explicó Mella, el equipo ha decidido responder a los ataques también con acciones legales.
Han presentado varias demandas por difamación. Dos acciones penales han ganado IDL-Reporteros contra la misma persona, Juan Muñico González , uno de los líderes de La Resistencia.
También han presentado denuncias por acoso y organización criminal, explicó Mella.
“También hemos desplegado este tipo de acciones porque consideramos en un momento dado que era vital hacerlo como parte de nuestro trabajo y como una de las líneas de defensa de nuestras investigaciones”, dijo Mella.
En defensa del periodismo en el Perú y la región
Algo que tienen claro Gorriti, Mella y el equipo del IDL es que van a seguir peleando.
Gorriti, además de estos ataques, también está luchando contra un linfoma que al momento de su diagnóstico se encontraba en etapa 4, es decir, la última etapa. Después de pasar por una quimioterapia “muy dura”, que le llevó a perder pelo, gran parte de su masa muscular y peso, Gorriti ha ido volviendo poco a poco a su trabajo y a sus investigaciones. Especialmente ha vuelto a responder a las acusaciones en su contra.
“He ganado el tiempo necesario. Me hubiera encantado poder emplear ese tiempo ganado en cosas mucho más placenteras que combatir los parásitos, pero uno -como lo he dicho en otra ocasión- no elige las guerras en las que participa”, afirmó el periodista.
Esa lucha hizo que en cuanto tuvo fuerzas para hacerlo comenzara a dar entrevistas y a afrontar sus acusaciones. Medios internacionales como The Washington Post, Associated Press, El País, Connectas, así como medios nacionales, han destacado su caso.
En sus artículos recuerdan las historias sobre Gorriti que la mayoría de los periodistas latinoamericanos ya conocen.
Que esta no es su primera lucha seria contra el poder en el Perú. Que el periodista, conocido por sus investigaciones sobre Sendero Luminoso y el régimen de Alberto Fujimori, fue secuestrado en 1992 por hombres vestidos de civil fuertemente armados y liberado sólo después de una campaña internacional. Tanto Fujimori como el jefe de facto de inteligencia, Vladimiro Montesinos, fueron condenados por ese secuestro.
O que enfrentó una orden de expulsión de Panamá en 1997 después de que él y la unidad de investigación del periódico panameño La Prensa publicaran artículos sobre presunta corrupción que involucraba al presidente y su partido.
O cómo, más recientemente, en 2018, IDL-Reporteros se resistió a las solicitudes de las autoridades judiciales y legislativas de revelar sus fuentes luego de publicar sobre supuesta corrupción en el sistema judicial.
Sin embargo, esta lucha es diferente. Si se avanza a la última etapa, las consecuencias para el periodismo serían muy peligrosas. O al menos así lo ven tanto Gorriti como Lainez.
“Eso sería terrible”, dijo Lainez. “No digo sólo para él [Gorriti] individualmente, la lección que esto estaría dando y el precedente que se crearía sería un golpe letal al periodismo de investigación en este país”.