Para los miembros peruanos del ICIJ,(el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación), el inicio de nuestra participación en el caso Swissleaks, empezó hacia fines de julio y comienzos de agosto.
El ICIJ había sido contactado por Le Monde, el más prestigioso diario de Francia, para colaborar en una investigación de alcance global. Los datos y las transacciones de decenas de miles de cuentas de la sede suiza del banco HSBC habían sido sustraídas por un funcionario de esa entidad –Hervé Falciani– que fugó de Suiza y logró refugio en Francia. Mientras las autoridades suizas lo buscaban para encarcelarlo, las francesas lo protegían por el mismo hecho y por razones opuestas: los suizos deseaban proteger su secreto bancario mientras los franceses se esforzaban con entusiasmo por encontrar a sus evasores de impuestos.
Pronto fue evidente que la información era tan vasta que trascendía de lejos a Francia y comprendía a buena parte del globo. Las autoridades francesas entregaron los datos pertinentes a sus pares de otras naciones, desde Argentina hasta Estados Unidos. Luego, otra parte importante de la información llegó a Le Monde, de ahí al ICIJ, que hizo una clasificación básica y contactó a sus miembros de 45 países para proponer colaborar con las investigaciones de las cuentas de cada país.
En agosto recibimos por comunicación cifrada los archivos sobre Latinoamérica y especialmente sobre el Perú. Durante semanas el ICIJ construyó una plataforma virtual segura, el Voyager, que hizo posible acceder al escenario entero de la investigación.
Ahí fue evidente que no se trataba de una filtración sino de una inundación. Los Swissleaks bien pudieron llamarse los Swissfloods.
Los archivos sustraídos tenían información hasta el 2007. Las cuentas estaban asociadas a 106 mil clientes y entidades de más de 200 países, con cuentas que sumaban alrededor de 102 mil millones de dólares.
La plata proveniente de América Latina representaba casi un tercio del total: 31 mil millones de dólares. El número de clientes era de 18,431.
El gran número de investigaciones sobre diversos países del mundo que están siendo publicadas diariamente ahora pueden encontrarse en IDL-Reporteros.
Cuentas latinas
Entre los latinoamericanos, el Perú es uno de los países con menor número de clientes en el HSBC de Suiza. Son 96 clientes directamente asociados con el Perú, pero solo el 15% usó el pasaporte peruano como identificación. Este casi centenar de clientes abrió 129 cuentas. El monto sumado de todas fue de aproximadamente 141 millones de dólares.
Comparativamente, el número de clientes venezolanos del HSBC es de 1,138. El 43% de estos utilizó el pasaporte venezolano. Los depósitos sumados de los venezolanos ascendieron a más de 14 mil millones de dólares. Entre el 2005 y el 2007, aproximadamente 12 mil millones de dólares del erario venezolano fueron colocados en el HSBC.
México tuvo 2,642 clientes en el HSBC. Apenas el 39% utilizó pasaporte mexicano. Los depósitos sumaron 2 mil millones de dólares.
Panamá tuvo 1,211 clientes. Apenas el 5% utilizó el pasaporte panameño. Los depósitos alcanzaron de 2 mil 800 millones de dólares.
Paraguay tuvo apenas 84 clientes, pero uno de ellos resultó ser Horacio Cartes, el presidente de la Nación. El monto total de las cuentas fue de 46 millones de dólares.