Nueva evidencia contenida en informes oficiales, videos y testimonios analizados por IDL-R describen con precisión la cadena de mando y las acciones militares en las zonas donde murieron cuatro de los diez civiles fallecidos por disparos de miembros del Ejército durante la violenta jornada de protestas sociales el 15 de diciembre pasado, en Ayacucho.
El siguiente informe amplía y profundiza lo revelado por IDL-R en el reportaje “Radiografía de homicidios”; e identifica qué militares estuvieron asignados en los lugares y en las horas en que murieron Leonardo Hancco, Edgar Prado, Christopher Ramos y José Luis Aguilar.
El 19 de diciembre de 2022, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA), el general EP Manuel Gómez de la Torre, ordenó investigar los hechos de violencia ocurridos a lo largo de esa jornada. La investigación estuvo a cargo de la Inspectoría del Tercer Nivel del Comando Especial VRAEM, encabezada por el general de brigada EP Marco Marín Saldaña, inspector de la IV División del Ejército.
Luego de una indagación preliminar, a inicios de febrero el general Marín abrió proceso disciplinario contra 36 militares, entre oficiales y suboficiales, acusados de cometer faltas graves y muy graves al presuntamente haber disparado de forma indiscriminada a la población civil.
En las siguientes semanas, Marín y su equipo recopilaron videos, recibieron informes de cada patrulla y tomaron la manifestación de 112 oficiales, suboficiales, técnicos y cabos que participaron de las acciones militares en Ayacucho.
La información está contenida en un voluminoso expediente de 1624 páginas.
IDL-R revisó el informe de Inspectoría del CCFFAA –cuyas conclusiones fueron publicadas este miércoles por La Encerrona– y contrastó la información con videos registrados por las cámaras de seguridad públicas y privadas, grabaciones de celulares, documentos y testimonios que se encuentran en la carpeta fiscal del caso.
El resultado revela que el general Jesús Vera Ipenza, jefe militar de Ayacucho, empleó a personal de reserva del Ejército en la contención de las protestas en el aeropuerto de la ciudad.
Diversos testimonios de militares que participaron en las acciones militares ese día coinciden en señalar que a partir de las 2 de la tarde ese personal se situó al frente del sitio arqueológico de Conchopata, donde murió Leonardo Hancco. Y horas más tarde, entre las 5 y las 7 de la noche, el mismo grupo estuvo fuera del aeropuerto Alfredo Mendívil Duarte, disparando sus armas en la misma dirección donde murieron Edgar Prado, Christopher Ramos y José Luis Aguilar.
Operación Magno Pérez
El 14 de diciembre pasado, los altos mandos del Ejército en Ayacucho se reunieron por la noche en el cuartel Los Cabitos de esa ciudad. El objetivo era definir las acciones militares en apoyo a la Policía frente a posibles situaciones de violencia durante el paro convocado por el Frente de Defensa del Pueblo (FDP) para el día siguiente.
Encabezando la reunión se encontraba el general Jesús Vera Ipenza, comandante general de la Segunda Brigada de Infantería. Lo acompañaban los coroneles Leonardo Huamán Gabino, jefe del Estado Mayor, y Luis Vivanco Palomino, jefe del Estado Mayor Operativo.
La información de inteligencia, proporcionada por el mayor Aldo Sánchez Retuerto (G-2), indicaba que en los días previos los dirigentes del FDP Iber Maraví y Rocío Leandro habían mantenido reuniones con distintas organizaciones con el supuesto propósito de realizar acciones violentas en la ciudad.
Estas acciones, de acuerdo con la misma fuente de inteligencia, incluían la toma del aeropuerto Alfredo Mendívil Duarte, las sedes del Ministerio Público y el Poder Judicial y las comisarías.
Plan de Acciones Militares … by IDL_Reporteros
Trece patrullas compuestas por 155 efectivos fueron destinadas a la Plaza de Armas a cargo del teniente coronel EP Carlo Núñez Gonzales, mientras que otras seis, integradas por 63 militares, quedaron a cargo del aeropuerto bajo el mando del teniente coronel EP Enrique Sampén Díaz.
Las cámaras de video de la Municipalidad Distrital Andrés Avelino Cáceres registraron la salida de los militares del cuartel Los Cabitos a las 5 de la mañana del 15 de diciembre.
Aunque inicialmente los militares tomaron las posiciones acordadas, informes operativos posteriores indican que a partir de las 2 de la tarde del 15 de diciembre cinco patrullas se desplazaron desde el centro de la ciudad para apoyar a las que se encontraban en el aeropuerto.
En su desplazamiento a través de la Vía de Evitamiento, las patrullas se enfrentaron a una turba de manifestantes a la altura del grifo Primax. Cuatro de las cinco patrullas se abrieron paso a punta de disparos, como consta en los videos publicados por IDL-R en el reportaje ‘Radiografía de homicidios’. La quinta patrulla, al mando del capitán EP César Vivas, no pudo ingresar a la zona y se replegó al centro de la ciudad.
En los alrededores del grifo Primax, entre las 3 y las 3 y 30 de la tarde, murieron Clemer Rojas y Josué Sañudo. A pesar de que las necropsias revelan que murieron por proyectiles usados por el Ejército, ningún militar admitió ante la Inspectoría haber disparado sus armas contra los manifestantes en este sector.
Para ese momento, según informes del Ejército, cinco mil manifestantes ya habían ingresado a la pista de aterrizaje del aeropuerto, a partir de la 1 y 30 de la tarde. Lo hicieron luego de romper el cerco perimétrico en distintos puntos del extremo sur de la pista.
Como las acciones violentas se incrementaron en este sector, el propio comandante general de la Segunda Brigada de Infantería, Jesús Vera Ipenza, ordenó que personal de la reserva, compuesta por 86 hombres, se sumara al contingente dispuesto en el aeropuerto.
La decisión, ahora se sabe con mayor claridad, trajo consecuencias mortales.
Los Comandos
La reserva estaba compuesta por oficiales, suboficiales y personal de tropa del arma de Infantería. A diferencia del Batallón de Servicios Nº2, varios de sus integrantes están entrenados para ejecutar operaciones de combate y tienen experiencia ganada en operaciones especiales contrasubversivas en el VRAEM.
La aparición de estos efectivos de reserva en la pista de aterrizaje del aeropuerto se dio casi en simultáneo al mediodía del 15 de diciembre. Aunque inicialmente tomaron distintas posiciones, informes y testimonios coinciden en que a partir de las 5 y 30 de la tarde los cuatro grupos de la reserva coincidieron en el extremo sur de la pista.
El primer grupo fue la compañía de comando de la Cuarta División del Ejército. A partir del mediodía, una patrulla, al mando del capitán Edwin Jamjachi Cerrón e integrada por doce efectivos, se ubicó en la pista de aterrizaje. Se posicionó a la altura del sitio arqueológico de Conchopata.
De acuerdo con Jamjachi, los efectivos a su mando permanecieron detrás de la línea policial hasta pasadas las 2 de la tarde. Luego se dirigieron al extremo sur del aeropuerto hasta las 6 y 30 de la tarde.
El segundo grupo pertenecía a la Compañía Especial de Comandos Lince Nº 2 y estaba dividido en dos equipos. Uno de ellos, comandado por el teniente Jhonatan Ochoa Ramos e integrado por ocho efectivos, sobrevoló la pista de aterrizaje a bordo de un helicóptero del Ejército hasta en tres oportunidades. Su función, según Ochoa, consistió en lanzar potes fumígenos de color rojo sobre los manifestantes.
El otro equipo “Lince” estaba dirigido por el teniente Giacomo Ayaqui Arcana y compuesto por otros ocho efectivos. Según ha narrado Ayaqui, su equipo fue trasladado al mediodía desde el cuartel Cabitos hasta la pista de aterrizaje en la camioneta del general Vera Ipenza. Después de posicionarse frente a la avenida Sao Paulo, el equipo se trasladó al extremo sur del aeropuerto y permaneció ahí hasta las 6 y 30 de la tarde.
El tercer grupo estaba compuesto por la reserva del Estado Mayor de la Cuarta División del Ejército. Lo encabezaba el coronel Lindell Pinto Ybarcena y estaba dividido en tres equipos de diez hombres cada uno. El desplazamiento del personal se produjo a pie o en auto desde el cuartel Cabitos entre las 12:30 p.m. y la 1:05 p.m.
Los equipos 1 y 2 se ubicaron a esa hora al frente del sitio arqueológico de Conchopata, desde donde un grupo de manifestantes arrojaba palos y piedras al interior de la pista de aterrizaje.
Las cámaras de la municipalidad, a las que accedió IDL-R, captaron las acciones llevadas a cabo por ambos equipos en dicho sector.
A las 2 de la tarde, integrantes de ambos equipos dirigieron sus armas en dirección a los manifestantes y permanecieron en posición de disparo.
Cinco minutos después, un disparo impactó en el cuerpo de Leonardo Hancco Chaccha, quien cayó inmediatamente al suelo. Falleció a las 4 de la mañana del día siguiente por impacto de proyectil de arma de fuego en el tórax.
En el curso de la investigación llevada a cabo por la Inspectoría, la suboficial Shenia Antezana, integrante del Equipo Nº1, se reconoció a sí misma en el extremo izquierdo del video. A su derecha, dijo, se encontraban los técnicos Quispe y Lezama, también del Equipo Nº1.
Shenia Antezana también reconoció al teniente Osnar Oré, integrante del Equipo Nº2. Y dijo recordar que en el mismo lugar se encontraban los comandantes Arturo Tejada y Jimmy Vengoa, del equipo de Oré, aunque no identificó sus ubicaciones en el video.
Horas más tarde, integrantes del Equipo Nº2, entre los que se encontraban Oré y Vengoa, también se dirigieron al extremo sur del aeropuerto.
A las 5 de la tarde, un cuarto y último grupo se sumó a las acciones militares en el aeropuerto. El Batallón Contraterrorista Nº51 aterrizó a esa hora en el helipuerto desde Huanta. El primer equipo, compuesto por doce efectivos al mando del teniente André Ruiz Moscoso, se mantuvo como reserva cerca de esas instalaciones.
El segundo equipo, integrado por dieciséis efectivos al mando del teniente Juan García Bruno, recibió la orden del general Luis Vivanco de dirigirse al extremo sur del aeropuerto.
Fuera del aeropuerto
De acuerdo con la orden de acciones militares “Magno Pérez”, el resguardo del extremo sur del aeropuerto estaba asignado a la Patrulla Nº1, también denominada Patrulla “Charly 4”, a cargo del capitán EP Víctor Grados Rivas.
Las imágenes de ese día demuestran que ese sector fue asediado por cientos de manifestantes a partir de la 1 y 30 de la tarde. Un primer grupo ingresó a la pista de aterrizaje por el cruce de las avenidas Sao Paulo y Abancay, situado en el extremo sureste del aeropuerto.
A partir de las cuatro de la tarde, un segundo grupo de manifestantes lo hizo desde el cruce de las avenidas Córpac y Abancay, en el extremo suroeste del aeropuerto, a una cuadra del Cementerio General de la ciudad.
En un documento enviado a la Inspectoría del CCFFAA el 22 de febrero de este año, Grados Rivas deslindó de toda responsabilidad de lo ocurrido en este último sector.
Grados dijo que a las 5 y 30 de la tarde pudo observar en el sector suroeste a personal de las patrullas de reserva. Se refería a los cuatro equipos de comando antes descritos: la Compañía de Comando de la IV División, la Compañía de Comandos Lince Nº2, el Batallón Contraterrorista Nº51 y la reserva de la Cuarta División.
“Ellos sí salieron al exterior”, apuntó Grados en su descargo enviado a la Inspectoría. “La patrulla de reserva del Estado Mayor de la IV DE y del BCT Nº51 estaban vestidos con uniforme Multicam y la Compañía Comando IV con boina negra, los cuales salen en los videos que salen en las redes sociales”, agregó Grados.
Grados se refería a un video registrado desde una de las paredes laterales del Cementerio General, que muestra a militares afuera del aeropuerto, disparando en la esquina de las avenidas Córpac y Abancay. Es este:
Como se ve en el video, una veintena de efectivos portan fusiles Galil. Algunos llevan boinas negras y otros borceguies, mientras que unos pocos cargan mochilas y escopetas lanza gases.
La descripción de las prendas hecha por Grados coincide con lo declarado por el soldado Kevin Espinoza García, integrante de la Compañía Comando IV, al mando del capitán Jamjachi. Al visualizar el video de los militares disparando a las afueras del aeropuerto, señaló: “Sé que son de mi compañía porque están con boina, pero no reconozco a nadie”.
El soldado Álex Álvarez Alava, perteneciente a la misma compañía, también reconoció que ese día parte de su grupo usó boinas negras.
Grados Rivas también identificó en esa zona a efectivos del Equipo Nº2 de la de reserva del Estado Mayor de la IV División del Ejército. En concreto, se refería a los comandantes Jimmy Vengoa Bellota y Osnar Oré Rafael.
La versión se refuerza con la declaración que rindió ante la Inspectoría el jefe del Equipo Nº2, y por ende jefe directo de Vengoa y Oré, el coronel Carlos Vega Pérez.
Juan García Bruno, jefe del BCT Nº 51 de Huanta, declaró a la Inspectoría que al llegar junto a su personal a la cabecera sur del aeropuerto el coronel Luis Vivanco Palomino les ordenó que se presentaran ante Jimmy Vengoa. Este último le habría ordenado a uno de los subordinados de García, el suboficial Miguel Sapallanay, que salga del cerco perimétrico y se ubique entre la avenida Córpac y el jirón Abancay para que “dispare su lanzagas en dirección a la turba de manifestantes”.
Sapallanay, a su turno, reconoció que avanzó en esa dirección por órdenes de Vengoa junto a un compañero, pero que solo dispararon bombas lacrimógenas.
Al mostrarle el video de los militares disparando en las calles aledañas, Sapallanay dijo: “no puedo reconocer a nadie, pero si hubo una avanzada al mando del CMDTE Vengoa con parte de su personal, después salió parte de mi patrulla, donde estuvimos los que teníamos Lanza Gases [sic] y algunos fusileros al mando de mi JP [jefe de patrulla]”.
Pese a que ninguno de los militares admitió haber disparado al cuerpo de los civiles, la ubicación de los cuatro grupos de comandos en esta zona es clave. Entre las 5 y las 7 de la noche del 15 de diciembre, tres personas murieron en los alrededores del cementerio por impacto de bala compatible con fusil Galil: Edgar Prado, Christopher Ramos y José Luis Aguilar.
Pese a ello, la Inspectoría del CCFFAA desestimó las faltas graves y muy graves para todos los investigados ya que, a juicio de esta, las acciones militares se realizaron “respetando la normatividad vigente, cumpliendo con los protocolos preventivos, realizando disparos al aire para disuadir a la turba enardecida de manifestantes que los atacaba violentamente poniendo en riesgo la vida de los integrantes de las patrullas y en estricto cumpliendo de preservar la vida de las personas”.
De acuerdo con el informe final, emitido el pasado 24 de marzo, solo 8 de los 36 militares fueron sancionados por faltas leves con entre 1 y 3 días de arresto simple.
A diferencia de lo ocurrido en la Inspectoría del CCFFAA, las investigaciones de la fiscal Mirela Coronel han seguido su curso. Al asumir el caso, en mayo de este año, Coronel tuvo acceso a las imágenes de dos cámaras de videovigilancia situadas en el frontis del Cementerio General. Las imágenes muestran a cuatro militares disparando contra población civil a dos cuadras y media del aeropuerto.
Coronel sostiene que estos militares pertenecen al mismo grupo de comandos que, en momentos previos, fueron captados disparando a las afueras del aeropuerto, entre las avenidas Córpac y Abancay.
El análisis de los videos se encuentra en la disposición fiscal Nº27, del pasado 18 de octubre, elaborada por Mirela Coronel.
A las 6 y 28 de la tarde, afirma Coronel, un video muestra a “una persona vestida con uniforme que realiza hasta cinco movimientos con el armamento que tiene en sus brazos, dirigiendo su armamento con dirección al Parque Alameda” (sic).
La fiscal sostiene que estos disparos apuntan en la dirección donde cayó muerto el adolescente Christopher Ramos a las 6 y 35 de la tarde, según la hora que registra la cámara de un local comercial que captó el momento en que Ramos fue impactado.
Coronel también relacionó una vista posterior del mismo video con la muerte de José Luis Aguilar Yucra.
Segundos después, apunta Coronel, “aparecen dos personas uniformadas portando su armamento (…) a la persona (se le ve) direccionar su arma en diagonal a la avenida Arenales”. La cámara de seguridad registra las 6 y 28 de la tarde.
Aguilar Yucra falleció en el cruce de las avenidas Los Ángeles y Arenales, en la dirección en la que apunta el efectivo del video. Sin embargo, hasta ahora se desconoce con exactitud la hora en que fue impactado por la bala.
La ubicación de los militares en dicho sector coincide también con las imágenes captadas por un vecino esa misma noche desde la ubicación en la que falleció Edgar Prado media hora antes. En la grabación, obtenida por IDL-R, se oyen disparos y se observan cerca de diez cartuchos 5.56 mm tendidos en la pista.
Al día siguiente, en esta misma esquina, vecinos de la zona fotografiaron decenas de cajas de municiones compatibles con fusiles Galil usados por el Ejército.
En base a la nueva evidencia, el 18 de octubre pasado la fiscal Coronel dispuso que el comandante Vengoa Bellota fuera investigado en una carpeta fiscal aparte.
La tesis fiscal es que Vengoa estuvo al mando del equipo que se desplazó desde el extremo sureste del aeropuerto hasta el frontis del Cementerio y por tanto este sería el autor material de las muertes de Ramos y Aguilar.
Sin embargo, como muestran los videos que sostienen esta imputación, hay por lo menos dos militares disparando en la dirección y la hora en que fueron asesinados los dos adolescentes.
En breve diálogo con IDL-R, Vengoa indicó que la tesis de Coronel es errada, pero dijo que respondería sobre el tema únicamente ante las autoridades. Segundos después cortó la comunicación.
Los hallazgos de Coronel forman parte de la denuncia constitucional por homicidio calificado y lesiones graves presentada por la suspendida fiscal de la nación Patricia Benavides contra la presidenta Dina Boluarte, el exministro de Defensa y actual premier Alberto Otárola y los exministros del Interior César Cervantes, Víctor Rojas y Vicente Romero.
Sin embargo, en la denuncia no se precisa la cadena de mando militar en la ejecución de estas acciones. A un año de lo ocurrido, ni el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ni el jefe de la Cuarta División del Ejército, de la cual depende la región militar de Ayacucho, han sido incluidos en las investigaciones fiscales.