El 26 de enero, la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva informó que en Lima había cerca de 650 pacientes urgidos de entrar a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) pero, como reportó ese día la Defensoría del Pueblo, solo quedaban 3 camas disponibles.
Una vez más desesperadas familias peruanas recorren hospitales y clínicas suplicando un espacio en las UCI que evite la muerte de sus familiares.
En medio de esa búsqueda de atención médica, en el Hospital Nacional Cayetano Heredia, se encaleta la triste imagen que un trabajador administrativo del hospital describe como el “pequeño cementerio de ventiladores”.
Se refiere a una sala que se ha dejado de usar, ubicada en el segundo piso del hospital, con polvo, donde se amontonan en un rincón nueve ventiladores casi nuevos con el escrito “inoperativo” pegado en hojas bond o en cintas masking tape, sobre ellos.
Según las fuentes y documentos consultados, no son 9 sino 18 ventiladores -de un lote de 20 unidades entregadas al hospital- que dentro del primer mes de funcionamiento reportaron fallas sobre el valor de oxígeno enviado por el equipo.
“No son fallas aisladas. Cuando llegaron estuvieron bien (…) Pero a las semanas ya se presentaron dos problemas repetitivos. Las celdas de oxígeno y los mixer. No funcionaban correctamente, arrojaban valores equivocados (…) eso es vital, porque sirve para regular el porcentaje de oxígeno que se manda al pulmón”, dice la fuente que pidió no ser identificada.
Los ventiladores llegaron el 06 de julio, y ya en agosto los valores del porcentaje de oxígeno no correspondían a los datos que los médicos ingresaban. En solo un mes de uso, en medio de la crisis sanitaria, estos equipos se convirtieron en un riesgo para los pacientes.
Una fuente relacionada a la unidad de soporte biomédico, contestó a IDL-R que efectivamente los primeros 5 o 6 ventiladores presentaron fallas al mes de operación en cuidados intensivos. Otros equipos funcionaron solo dos semanas y ya presentaban problemas en los sensores de oxígeno. También afirmó que había recibido la instrucción de devolverlos.
“Todo ha sido documentado y reportado. En noviembre me comunicaron que se procedería a la devolución de los 18 ventiladores de esa marca al Minsa. (…) en todo este tiempo ninguna de las otras marcas que tenemos de ventiladores han presentado fallas de este tipo ”, señaló la fuente.
Estos equipos son producto de la compra más grande de ventiladores mecánicos que hizo el Gobierno peruano en el 2020. A través de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), se compraron 450 ventiladores de este tipo a la empresa estadounidense IQ Medical Services: de la marca china Northern Meditec Limited, modelo Crius V6.
Cada ventilador costó casi 25 mil dólares y en total se desembolsó más de 11 millones. Los equipos fueron fabricados en 2020 y vendidos al Perú el 02 de abril de ese mismo año. Los primeros 50 llegaron al país a finales de mayo, un mes después -con ceremonia presidencial de por medio- arribaron los otros 400. En julio fueron repartidos y al mes siguiente en el Hospital Cayetano Heredia ya empezaban a ser descartados.
Si bien la compra la realizó la ARCC, fue el ministerio de Salud quien aprobó la oferta técnica de la empresa, quien validó los equipos cuando llegaron y finalmente quien los repartió por diferentes hospitales del país.
Según consta en el consolidado de informes que recibió la ARCC del Minsa, estos equipos también presentaron fallas en los hospitales regionales. Igual que en el Hospital Cayetano Heredia, desde agosto se reportaron ventiladores inoperativos en el Hospital de Huacho (3), Hospital de Cusco (3), Hospital Honorio Delgado (1)y Hospital María Auxiliadora (2).
Amalia Moreno, directora de la ARCC, explicó en entrevista con IDL-R que todos los reportes fueron resueltos, los equipos puestos en funcionamiento y no se necesitó ejecutar la garantía. Sin embargo, reconoció que no existía ningún informe del Minsa sobre el Hospital Cayetano Heredia.
“La primera vez que nos reportaron fallas fue por el sensor de oxígeno, la segunda también por el sensor, siempre fue ese tema. Pero la empresa ha ido y ha cambiado [esas piezas] porque son consumibles (…) es posible que el sensor en otros equipos dure más, pero el problema es que uno tiene que darle su mantenimiento”, indica Amalia Moreno.
Para la directora de la ARCC, estas fallas no sucederían si se contratara a una empresa que se dedique al mantenimiento continuo y preventivo de los ventiladores. Moreno argumentó que hasta el momento no se ha devuelto ningún equipo por fallas de fábrica, y que será la misma empresa IQ Medical Services la que determine si los equipos parados en el Hospital Cayetano Heredia serán reemplazados o no.
Según pudo conocer IDL-R, el 21 de enero pasado el ministerio de Salud empezó a averiguar sobre el caso del Hospital Cayetano Heredia pues tampoco lo conocía. En la tarde de ese día, el Director Ejecutivo de la Dirección de Equipamiento y Mantenimiento, Wildredo Solís, recibió la confirmación de que había 18 ventiladores “en mal estado” en el Hospital Cayetano Heredia.
¿Por qué el ministerio de Salud ignoraba este caso? ¿Sabían que aprobaron una compra de ventiladores con tan poco tiempo de vida? ¿dónde están los demás ventiladores Crius V6? ¿Solo en el Hospital Cayetano quedaron varados estos equipos? Desde el 20 de enero IDL-R intentó comunicarse con la Dirección General de Operaciones del Minsa a través de la oficina de prensa pero hasta el cierre del artículo no hubo respuesta a las llamadas y menos a las preguntas.
Para conocer cómo funcionaron estos ventiladores en otros hospitales, IDL-R contactó a Willy Díaz, jefe de la UCI del Hospital Dos de Mayo, quien mencionó que solo tenía un ventilador modelo Crius V6 y que no reportó deficiencias en los valores de entrega de oxígeno.
“También hay que entender qué clase de ventilador es (…) son de uso para solo contingencias, son para un uso de corto plazo”, indicó.
De la misma forma, Josef Vallejos, médico intensivista que estuvo a cargo de la UCI del Hospital Emergencia Ate Vitarte, especificó que son equipos modestos, de gama media a baja.
“No es que sean [ventiladores] malos, sus especificaciones técnicas no son para manejar este tipo de pacientes con distrés por Covid-19, sino para pacientes menos complejos, menos graves (…) No le puedes exigir grandes cosas a este equipo. Yo no los usaría en el manejo de esta pandemia, con cuatro de esos me compraría un buen ventilador”, afirmó Vallejos.
En resumen, ambos médicos explicaron que estos respiradores son los menos indicados para manejar una crisis sanitaria como la que vive el Perú.
La compañía IQ Medical Services respondió por correo electrónico a IDL-R que “de ningún modo creemos puedan considerarse [estos] equipos de baja gama (…) no tienen nada que ver con el desgaste de los sensores de oxígeno, lo que sucede en cualquier equipo si se usa intensivamente (…) nuestra empresa viene cumpliendo con las atenciones y en el caso del sensor de oxígeno, a pesar de no ser una falla de fábrica viene siendo proporcionado de forma gratuita en los casos que lo han requerido”.
Sobre el caso del Hospital Cayetano Heredia, la empresa señaló que les reportaron el caso el 21 de enero y al día siguiente enviaron un técnico al hospital. A pesar que las fuentes indicaron que se trataba de 18 ventiladores fuera de servicio, la compañía señaló que solo examinó ocho ventiladores. Siete de ellos fueron reparados y pudieron entrar en operación. Solo uno quedó pendiente de un reporte técnico más complejo.
Compras de emergencia
En julio del año pasado, la investigación de la alianza periodística Centinela Covid-19, de la cual forma parte IDL-Reporteros, reveló que de América Latina, el Perú fue una de las naciones que compró más apresuradamente en el contexto de la pandemia y que pagó algunos de los precios más altos de la región.
La empresa que concentró las licitaciones en Perú fue IQ Medical Services. La ARCC emitió órdenes de compra por un total de 62 ventiladores mecánicos de transporte y 501 estacionarios:
- 59 ventiladores de transporte marca Amoul por 14 mil dólares la unidad.
- 20 ventiladores volumétricos + PCV avanzado marca Prunus por 40 mil 500 dólares la unidad.
- 31 ventiladores volumétricos + PCV avanzado marca PuAO por 40 mil 500 dólares la unidad.
- 450 ventiladores volumétricos + PCV Northen Meditec Limited por 24 mil 950 dólares la unidad.
Sin embargo, estas adquisiciones tuvieron serias dificultades: se reportaron incumplimientos técnicos, se venció el plazo de entrega y en dos casos hasta se devolvieron.
El caso más conocido es el de los 31 ventiladores PuAO. El 07 de mayo de 2020, cuando los ventiladores llegaron al Perú fueron inspeccionados por el Minsa antes de repartirse, y en la revisión detectaron una falla relevante.
“La presión respiratoria estaba por debajo del rango que necesitábamos nosotros. Sí, es un ventilador que sirve para otras patologías pero no para Covid-19”, declaró Juan Herrera Chejo, entonces director general de operaciones del Minsa, a Perú21.TV
La controversia surgió sobre lo que informó la empresa al respecto del PEEP -que sirve para controlar la presión de la expiración- durante la licitación.
Según las especificaciones entregadas por IQ Medical que revisó IDL-R, en “detalles rápidos” se registra que el ventilador debería llegar a maniobrar hasta los 20 cmH20. Pero en el apartado sobre los parámetros técnicos se señala que el tope sería solo la mitad: “1.0 kPa” o 10 cmH2O.
Los equipos fueron otra vez empacados y en la quincena de mayo se devolvieron a IQ Medical Services. En su reemplazo, recién en noviembre se ordenó una nueva compra de 20 ventiladores de la empresa Draeger Perú por 2 millones 400 mil soles.
En mayo, también llegaron otros 20 ventiladores marca Prunus de IQ Medical Services. Estos equipos -como reveló IDL-R– fueron observados por la Contraloría General de la República porque tampoco “cumplirían con la totalidad de especificaciones técnicas requeridas”.
De acuerdo a la “Ficha Técnica de cumplimiento de características técnicas” firmado por personal del Minsa, los ventiladores tuvieron carencias en los controles de programación directa, en el monitoreo de parámetros del paciente, en las alarmas, en los humidificadores y en los accesorios.
A continuación la relación de los 15 ítems que no cumplieron los equipos:
A través del OFICIO N°583-2020-DG-HSR/MINSA, el Minsa concluyó que estas observaciones no fueron subsanadas, pero que los equipos aún así podían atender a pacientes con COVID-19. Por lo que a pesar de estas faltas, los respiradores fueron distribuidos.
En consecuencia, la ARCC firmó una adenda al contrato con IQ Medical Services para modificar las especificaciones técnicas consideradas por el Minsa como no determinantes y la empresa restó un total de 31 mil 400 dólares por las observaciones que no pudo subsanar.
Por último, la llegada de 47 ventiladores de transporte marca Amoul -de un pedido de 59- sufrió retrasos por más de 13 días como señaló la Contraloría de la República en el Reporte de avance ante situaciones adversas N°001-2020-OCI/PCM-CC. Aunque a la empresa ya se le había concedido una prórroga, los ventiladores no llegaban.
Finalmente la ARCC decidió resolver el contrato y devolver los ventiladores que sí llegaron. Según la compañía, esto no se debió al retraso de la entrega sino “porque la Dirección General de Salud ya no consideró necesaria ni urgente su adquisición”.
Como vemos, la primera ola del Covid-19 fue también una coladera de deficiencias en uno de los equipos más importantes para conservar con vida a los pacientes hospitalizados por COVID-19. Al día de hoy, las UCI están copadas en un 89% a nivel nacional, con tendencia a empeorar, dejando a familias relegadas a una lista de espera interminable y ahora, sabemos, con el peligro de que, si logran entrar, les toque un respirador casi descartable.