La semana pasada el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, puso fin a la lucha de poderes que remeció al CAEN durante tres meses, entre su entonces director general, Luis Piscoya, y el entonces director académico, Álex Robertson, quien intentó cesar a la fuerza al primero para autonombrarse como jefe máximo de la institución.
En la publicación “Anuncio de desenlace”, IDL-Reporteros informó sobre la decisión de Cateriano de despedir a ambos (y a otros funcionarios que pusieron su cargo a disposición), a través de una resolución ministerial publicada el 6 de junio en el diario oficial El Peruano.
Este caso había puesto en una bochornosa posición al ministro Cateriano. En “Las ideas se exponen, los cargos se imponen”, IDL-R reveló que Robertson contaba con el respaldo del asesor presidencial Adrián Villafuerte, amigo y copromocional de la Escuela Militar de Chorrillos.
Tras su salida del CAEN, Luis Piscoya sostuvo una entrevista con IDL-R, en la que relató la inacción y omisión de denuncia de altos funcionarios del ministerio de Defensa, sobre todo del viceministro de Políticas para la Defensa, contralmirante AP (r) Mario Sánchez Debernardi, ante la usurpación de funciones de Robertson y una serie de “infracciones y corruptelas” en las que este habría incurrido.
Cateriano estaba al tanto de lo que ocurría en el CAEN y encargó a su viceministro que resuelva el problema. En medio de esto, Luis Piscoya envió al Presidente Ollanta Humala una carta que describía el golpe de estado liderado por Robertson.
“(…) (Robertson) No ha recibido advertencia personal de sanción alguna, hasta donde conozco, lo cual fortalece su capacidad de amedrentamiento a militares en servicio activo y civiles sustentado en un deducible poder extralegal (…) espero una intervención de su despacho (…)”, indica Piscoya en la carta, con fecha uno de abril.
Piscoya nunca recibió una respuesta formal del Presidente. Pero luego de lo publicado por IDL-Reporteros, Piscoya obtuvo una resolución ministerial que daba por concluida su designación como director del CAEN.
¿Cuáles son sus comentarios sobre la decisión del ministro de Defensa de cesarlo en el cargo de director del CAEN?
El ministro al recurrir falazmente al argumento del cargo de confianza lo que ha hecho es encubrir intencionalmente el desacato a su autoridad y la usurpación de funciones por tres meses consecutivos cometidos por Robertson y castigar irresponsablemente a quien durante tres meses se esforzó, con sus denuncias, activar su inercia condescendiente con infracciones públicas tipificadas por la ley como transgresiones penales. (…) Esta resolución es algo así como un mensaje a la comunidad del CAEN en términos de decir, no luchen contra la corrupción porque van a perder.
¿Por qué cree que Cateriano tomó la decisión de separarlos a ambos de la institución?
Es una decisión en cierto modo estratégica para quedar bien con alguien. Porque por un lado al señor Robertson le quitan la confianza y lo destituyen, pero no le imputan ningún cargo, a pesar que durante tres meses ha incurrido en una serie de infracciones y corruptelas. Tampoco mencionan el hecho que hay personas que debieron poner en orden la institución, que están al nivel del viceministro y el director general de Educación y Doctrina. Ellos, en diferente grado, no han cumplido con advertirle a Robertson que estaba cometiendo infracciones y que lo que hacía era penalizable. No le abrieron en ningún momento un proceso disciplinario.
¿Usted comunicó estas situaciones irregulares al Mindef?
Sí. Desde el 12 de marzo he comunicado de estas irregularidades por lo menos unas tres veces por semana. En algunos casos prácticamente a diario. El viceministro sí dio una ordenanza: que el señor Robertson, en vista de que sus actitudes habían sido calificadas por la asesoría legal como inválidas, de nulidad irreversible, le ordenó en un documento, que es el oficio Nº 296, que reconozca la autoridad. Los documentos que yo formulé a los miembros del CAEN para comunicarles de estas ordenanzas fueron capturados por el secretario general Roberto Vizcardo y por Robertson, y no fueron distribuidos. Esto debido a que tenían un control del personal en base a la intimidación, por el hecho que el señor Robertson había dicho claramente en los pasillos que él era protegido por un asesor de Palacio de Gobierno.
¿Se refiere al asesor presidencial Adrián Villafuerte?
Bueno, eso ya se ha dicho.
¿Él decía textualmente que era Villafuerte?
Era completamente conocido por los miembros del CAEN. El personal militar se sometió a la autoridad de Robertson. Ese argumento para la intimidación ha sido muy importante. Los informes que he hecho al viceministro y que han dado lugar a una actividad de control por parte de la oficina de control institucional del CAEN son sobre los beneficios y ventajas indebidas que ha tenido el señor Robertson y sus más allegados colaboradores a lo largo de mi gestión.
¿Cuáles han sido esos beneficios?
Básicamente son salariales. Aumentos de sueldo en varios casos desproporcionados. Y en el caso de Robertson, como no autoricé un pago indebido que él reclamó, este manifestó que podía arreglar eso. Y en efecto, en 48 horas le hicieron no solo el pago indebido, sino que le aumentaron el sueldo.
¿La decisión de ese aumento de quién dependió?
Esa decisión debería contar con la autorización del director general, pero yo no he firmado esa autorización. En ese nivel podría haberlo hecho el director general de personal del Mindef, el viceministro o eventualmente el director de la Dirección General de Educación y Doctrina.
¿Usted lo comunicó oportunamente?
Sí, cuando me enteré.
“Es claro que Cateriano no quería tocar a Robertson, que cometió infracciones muy tangibles y públicas”, dijo Piscoya.
¿En qué otro tipo de irregularidades estuvo involucrado Robertson?
La situación se ha hecho clara a final de año con el manejo de las actas. Encontré que en la etapa final del año académico me pusieron para la firma el diploma de la conclusión de estudios de 14 participantes en la maestría en Desarrollo y Defensa Nacional sin que hayan concluido sus estudios. Eso era indebido. Luego he descubierto varios casos de personas que han dado exámenes después de la clausura del año académico y en condiciones irregulares.
¿Usted no pudo hacer nada al respecto desde su posición de director?
Eso se vio en control posterior. Cuando he hecho la supervisión encontré estas cosas. (…) Elaboré un programa de doctorado que se aprobó. Pero en cuanto se puso la convocatoria para su funcionamiento, ocurrieron muchas irregularidades. La primera fue que se quería que tengan acceso personas que no cumplían con los requisitos.
¿Cateriano estaba enterado de todo esto? ¿Conversó con él?
El primer informe que hice del acto de usurpación de funciones de Robertson y de impedimento físico para que ingrese al CAEN se lo dirigí al ministro el 12 de marzo con todos los detalles. Y el día 14 le propuse también las medidas correctivas porque siendo un desacato público con intervención policial no había duda que había habido una medida de fuerza y que Robertson había incurrido en grave falta, y que por tanto él sus colaboradores debían ser cesados en sus contratos.
¿Recibió alguna respuesta formal o verbal de parte del ministro?
No, no. Le he pedido audiencia varias veces, pero solo he hablado con su asesor. Inclusive a través del viceministro Sánchez Debernardi también pedí cita y cuando traté este tema con él en una audiencia, me comunicó que iba a tratar de que tengamos una sesión con el ministro. Pero no la concedió. Su política ha sido visiblemente no intervenir y delegar en el viceministro. Ha sancionado al que defendió la ley y liberó de responsabilidades al que la infringió todo el tiempo. (…) Es claro que Cateriano no quería tocar a Robertson, que cometió infracciones muy tangibles y públicas. Una persona que se autonombra director general encargado está usurpando una función del ministro. (…) Eso lo sabía Cateriano.
El jueves 30 de mayo, el viceministro de Políticas para la Defensa, Mario Sánchez Debernardi, se entrevistó con Piscoya en el CAEN. Sánchez Debernardi le comunicó que por encargo del ministro, este debía poner de inmediato su cargo a disposición. ¿La razón? Haber ‘llamado a la prensa’ y vulnerado un ‘pacto de caballeros’ de manejar reservadamente el tema.
Piscoya le respondió directamente a Cateriano a través de una carta, con fecha 3 de junio. “Nuestro sistema legal no admite pacto de caballeros entre funcionarios para silenciar el incumplimiento de la ley y penaliza el encubrimiento. (…) No encuentro causal alguna para allanarme a una medida disciplinaria que debió aplicarse oportunamente a quienes usurpando funciones del titular del MIENDEF [sic] han vulnerado la seguridad jurídica del CAEN con actos de fuerza, razón por la que le comunico mi decisión de no poner a disposición mi cargo”, dice Piscoya en la carta.
¿Cree que lo que ha ocurrido en este caso revela el poder que tiene el asesor presidencial Adrián Villafuerte?, preguntó IDL-R a Piscoya.
Uno podría interpretar lo que ha ocurrido en el CAEN como un poder extralegal. Podría decirse que es un poder subyacente o en la sombra.
¿Por qué cree que era tan importante para Robertson tener el control del CAEN?
Hay signos de que para Robertson y sus más inmediatos colaboradores era muy importante controlar los cuadros de mérito. Y cuando encuentras que en las actas se han manipulado inadecuadamente las notas, entonces hay que pensar que era un punto muy importante. Y nadie en el país con criterio político desconoce la importancia de quiénes son los generales que van a tener a su cargo las regiones militares y los órganos estratégicos de nuestro país. Tener gente de lo más rigurosa, imparcial y estricta en ese campo es fundamental, pero creo que eso no está garantizado en el CAEN en este momento. Lo que veo que queda hace perder más la confianza. El único que no ha sido suspendido es el señor Vizcardo, que es también un coronel retirado. Su capacidad para mentir es muy notable♦